El sentimiento de culpa

8 0 0
                                    

Pensar siempre en ti es lo mejor que puedes hacer, aunque las personas siempre lo ven como un acto de egoísmo .

Parada ante semejante arquitectura , resplandeciendo en su elegancia y refinadas esculturas de mármol,  destacaba a primera vista  su perfecto jardín de rosas con añadiduras de otros elementos como la gran fuente que se encontraba en el centro de el, con un agua clara y cristalina, la entrada a la mansión me tenía estupefacta , y al llegar a la gran puerta me dejo sin palabras, talvez pudieron ser los nervios que me comenzaban a consumir pero con solo mirar la mansión podía sentir como se erizaba mi piel.

Había algo en este lugar que me hacía temblar ,busque una escusa perfecta para justificar mi estado y llegué a la conclusión que podría estar así por los rumores que llegaron a mi sobre la Familia real .

.–¡SEAN TODOS BIENVENIDOS!–. mi voz interior fue interrumpida por otra  entusiasta y efusiva que llamo la atención de todos.

La propietaria de esa voz era una joven de estatura media y una figura proporcional, lo más destacable en ella no era su desaliñado cabello castaño ,si no que era su particular vestimenta ,"Paris la ciudad donde puedes ser libre" ella interpretaba al pie de la letra ese dicho, llevaba unos pantalones color caqui que hacía resaltar su linda cadera con unas botas negras y una camisa blanca mal acomodada, sobre su frente caían pequeños mechones de su pelo ;mientras yo le daba una pequeña observación a la chica note que ella también lo estaba haciendo con sus expresivos ojos azul cielo.

.–Es un placer tenerlos porfin aquí, todos estaban muy emocionados por su llegada–.con una sonrisa marcada en su rostro pecoso nos dió la bienvenida.

.–Eh oido que los show del Gold Circus son únicos, no importa las veces que lo hayas visto siempre te sorprenden–.Dijo aún más emotiva hacia nosotros.

.–No son rumores es que lo son–.hablo la señorita Lucero que con el anterior comentario notaba la seguridad que tenía en su rostro.

.–¡Oh! Me alegra oír eso , no puedo esperar para poder ver su increíble show.–hablo con más calma está vez.

–Espero que nuestro show sea de su agrado madam.–acto seguido hizo una reverencia y unos momentos después la imitamos.

La joven nos invitó a pasar y definitivamente lo que ví antes no era nada comparado a todo lo que estaba adentro,podía notar que en algunas partes de la mansión relucía la arquitectura italiana,cuadros maravillosos de la familia real ,rosas y más rosas por todas partes y esculturas totalmente bellas.

Al cruzar un gran pasillo note que había un cuadro en particular de una joven doncella recostada de un jardín de rosas , en su mayoría marchitas, y un inusual líquido saliendo de sus rosados labios,con su corona puesta que parecía hecha de espinas.

Mientras más veía más perturbadores se volvían los retratos, llegamos a una gran puerta de madera donde había guardias que podría confundirlos con estatuas de extremo a extremo de la puerta.

–Majestad la condesa Karime la esta esperando en su sala de invitados– hablo unos de los guardias mientras hacía una reverencia hacia la joven, recordé que el cuadro de la chica de las rosas tenía una enorme similitud con ella, pero no me percate que fuese la joven que nos guiaba por el pasillo, me resultaba imposible que fuese ella con el aspecto que traía a comparación del de la pintura.

–Su majestad–cada uno de mis compañeros, incluyendo me realizamos una reverencia ante la condesa, una mujer totalmente hermosa, los rumores eran cierto, su apariencia imponía poder y temor, y sus ojos negros  como el cielo a media noche, y sus llamativos iris que daban un aura espeluznante .

–Es un placer tenerlos aquí, Lady Nataly estaba muy impaciente por qué llegaran –hablo la condesa Karime amablemente.

–Espero que su estancia en la pequeña mansión de mi familia sea de su agrado–.
Dude por un momento de las palabras que uso, pequeño no era el adjetivo adecuado que usaría para describir este lugar tan inmensamente grande y perfecto.

Después de un rato la señorita Lucero fue a hablar en privado con la condesa Karime, Lady Nataly desapareció del lugar sin despedirse, simplemente hubo un momento en la que la perdí de vista y no fue hasta en la noche donde volví a verla, tomatela transformada en lo que es...
una princesa.

                                    ♠

Parada frente al gran espejo de plata arreglaba con torpeza mi cabello para verme presentable,siempre era un lío para mí, no estaba acostumbrada a cuidar de mi apariencia pero está era una ocasión especial.

Estaba dándome la última inspección cuando tocaron la puerta.

–Señorita Tara la cena está lista–hablo un mayordomo desde el otro lado de la puerta,
emocionada baje las escaleras buscando desde la parte superior de estás a mis compañeros sin éxito,desde ese punto podía verse el gran salon adornado con velas blancas y flores del mismo color,era totalmente encantador solo anhelaba algún día poder vivir en un lugar así, lleno de grandeza y lujos, pero si solo pensaba en la ambición ni todos los castillos del mundo me harían desear estar en ellos sin mi familia.

Camine un rato más por los pasillos del lugar mientras buscaba a los demás.
Y para mí grata sorpresa encontré a alguien que ni en mis peores pesadillas imaginé.

No estaba parada frente a un espejo, ni siquiera era mi reflejo lo que estaba frente a mi, la persona que estaba a dos escalones de distancia era mi hermana Lenay, de rosadas mejillas y ojos tan hermosos como la madre naturaleza, estaba igual como la recordaba con su pelo castaño y puntas particularmente moradas como las lavandas, perfectamente arreglado, mantenía una postura firme y segura de si misma; me miraba con desaprobación, esa mirada típica de ella , que siempre usaba cuando causaba una travesura, igual a la que hace mi madre, no entiendo porque siempre dice que ella y yo somos como dos gotas de agua, si somos tan diferentes.

–Estas aquí–hablo frívola, yo ni siquiera pude dirigirle la palabra, estaba tan impresionada que no podía articular ni una–Dime como es que  llegaste aquí Tara... ¿con engaños?...
¿Acaso estafas te a alguien?,
o ¿Escapaste de tu casa pequeña niña?–.

Cada vez que ella hablaba lo único que yo podía era retroceder,como un depredador acechando a su presa me acorraló en el pasillo donde antes había bajado, cada palabra que salía de su boca eran como navajas atravesando mi pecho, desgracia, desconsiderada, mal agradecida, cada una de ellas eran crueles pero ciertas y no la interrumpí, me más merecía en todos los aspectos.

–¡ES QUE NO PUEDO CREER QUE LO HAYAS HECHO!–levanto la voz y levanto la mano en un impulso de bofetearme pero se resistió–¡LO SIENTO, DE VERDAD!, No.. no era mi intención herirlos de esta forma–mi voz salió débil y las primeras lágrimas salieron de mis ojos–Lenay por favor cálmate–mi hermana me miraba con irá y frustración.

–ERES UNA DESCONSIDERADA, ¿COMO PUDISTE HACERNOS ESTO TARA?–No paraba de insultarme mi hermana y yo solo era un mar de lágrimas, ella tenía toda la razón–Esto siempre fue así, a mamá siempre le importaste más que a nosotros... Y por ti es que ella está enferma – las palabras enferma resonaron repetidas veces en mi cabeza, mi madre no .. mamá.

–ESTAS MINTIENDO – después de estar mucho rato en silencio dejando que Lenay descargará toda su ira en mi alce la voz negandome a lo que reclamaba.

–Lo que dices no ...  No NO ES VERDAD –la mire con los ojos llenos de lágrimas –Jamas mentiría de algo tan grave Tara –me miro segura de sus palabras, era verdad, jamás jugaría con algo tan grave– Eres una desconciderada, mamá siempre se preocupo tanto por ti y ¡MIRA COMO LE PAGAS!– su voz hacía eco por el lugar y temía que alguien escuchará nuestra discusión o ocasionaramos un revuelo .

El sonido de la madera hueca en el piso se aproximó a nosotras y Lenay me miró con última vez con desaprobación antes de marcharse.

Yo dejé que mis lágrimas resbalaron mis mis mejillas pálidas, todo mi pasado se apoderó de mi mente y durante toda la velada no estuve tranquila ya que ella también estaría durante el mismo tiempo que yo si no es que más, y mi miedo era más grande porque ella resulto ser un integrante del otro circo invitado.

El sentimiento de culpa fue mi compañero durante esa cena tan incomoda para mí.

Mi corazón entre tus telasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora