𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 | Larissa Cohen estaba luchando por el legado de su padre, a quien presenció morir en un accidente en el Gran Premio de Italia, en Monza, cuando tenía ocho años. Luchó por su nombre, su padre, sus tíos, por las mujeres. Pero la peor luc...
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—PAPOUILLE, ¿ESTAS LISTA PARA QUE COMIENCE LA SEMANA QUE VIENE EN EL GRAN PREMIO DE GRAN BRETAÑA?
Anthoine Hubert cuestionó a su amada amiga acurrucándose a su lado mientras estaban juntos en el avión, que estaba a punto de aterrizar en el Reino Unido.
—Estoy lista para patearle el trasero a Lewis, si eso es lo que quieres decir. No voy a dejar que gane un Gran Premio en casa. Me rebelaré, y los brasileños sabemos cómo hacerlo.— Larissa sonrió con cansancio en el brazo del hombre francés, ya que tenía un severo jet lag y estaba exhausta por volar de São Paulo a Francia solo para poder volar al Reino Unido con Anthoine.
Apenas había dormido desde que había renunciado a su apartamento en Mónaco para permitirle a Zahra un lugar donde quedarse sin tener problemas económicos.
Aunque sabía que era principalmente porque la casa de su padre en São Paulo siempre le había dado noches inquietas y pesadillas, desde que él había muerto.
Se debía principalmente al hecho de que la propiedad estaba completamente vacía, y solo ella se quedaba ahí, ya que había desalojado a su madre y la había sacado de su vida y por su tamaño, ya que era una mansión muy grande, había hecho notar la ausencia de su padre aún más de lo que ya lo había hecho, lo que la mantuvo despierta todas las noches.
Sus ojeras estaban oscuras y muy prominentes, casi de aspecto púrpura, ya que su piel se veía más gris que nada, sin bronceado, sin color, solo gris.
Desafortunadamente, había comenzado a perder peso de nuevo, y a pesar de sus mejores esfuerzos para volver a subir de peso con la ayuda de Toto Wolff y la comida extra que le había estado dando, simplemente no pudo volver a lo que era antes de haber entrado en la Fórmula Uno.
Muchas gracias, Franz.
—Papouille, ¿estás segura de que no quieres quedarte conmigo? Realmente necesitas dormir, y me preocupa que no recibas la cantidad de horas de descanso que tu cuerpo necesita.— Anthoine frunció el ceño preocupado por ella, viéndola bostezar varias veces mientras él hablaba con ella.