11

1.1K 39 4
                                    


''i know i can treat you better than he can and any girl like you deserves a gentleman''


Humillante y amargo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Humillante y amargo.

¿Que otra definición podía darle a ello?

A ciencia cierta caí en un hoyo muy bajo, aunque, desde la iniciativa con este matrimonio simulado fue terrible pero me dí la labor de enfrentarlo, acepte a voluntad propia sabiendo las consecuencias lidiando con el papel de convertirme en una esposa como las del montón en la sociedad, destacando que siendo una jovencita teniendo por vivir me estanque en un papel de una unión fingida, con alguien que no amo y que con suerte me deleitó de los beneficios.

El problema es que si bien fui consciente de que debía corresponder como mujer a su esposo, a cortas palabras; consumir la intimidad, me condujo a un fragmento inesperado. Responder a la fogosidad de el hombre que tome por cónyuge no fue justo el conflicto pues le veía como acto de costumbre y no de antojo, un sexo sin apetito.

Nunca antes descubrí esto en mi interior pero fui decreciente paulatinamente, sin darle pie al asunto a fin de que pudiera olvidarlo siendo todo lo contrario una noche ambos en la habitación él por lo normal llega del trabajo tarde, yo suelo esperarlo con la cena preparada, pero esa vez no quiso probar la comida por lo cual siguió hacía mi como su presa, él estando al mando de mi cuerpo abuso tanto a propósito de quedar satisfecho y una parte dentro en mi sensibilidad se quebró,como resultado llore que me sentía desgastar. Consideré el factor de haber tenido un mal trance en esa ocasión borrando las posibles causas de mi dolor expuesto en llanto, pretendiendo normalizar esa escena llegando a una línea fuera de lo común pues fue como efecto bola de nieve, volví a derramar lágrimas en otra oportunidad y se repitió, cada vez más fuerte al borde que no pude sostener.

¿Existía algo inadecuado que hacía sin conciencia?

A tantas dudas me trepe al pensamiento de asistir a una consulta con algún experto, podía ser la solución.

«Guiamos tú mente y cuerpo a la sanidad»

La tarjeta promocional tiene un eslogan básico para ser de un sexólogo con cinco estrella en recomendaciones. El lugar tiene pinta como oficina de película, el flujo de aire frío se desplaza haciéndose sentir en la piel.

-Debí haber traído suéter.

Me recordé a voz baja.

Llegué apurada imaginando que se me haría tarde, igual estando sentada en espera tuve que meditar como regresaría a casa a tiempo sin que mi querida pareja notará que estuve por fuera unas cuantas horas porque sí, en efecto, estoy en enlazada con un machito que piensa en la mujer como única función ama de casa.

-Buenos días, señorita.

Una presencia masculina entro al espacio saludando, viene con una bata blanca parece ser de las que usan los doctores pero recortada a la medida un poco arriba de las rodillas, por cierto que piernas tan largas. La última vez que escuche a una persona referirse a mi como "señorita" fue en mi graduación de secundaria, sonreí regresando la cortesía del saludo aunque se percibió forzado.

NAMJOON;short stories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora