Habían pasado tres días desde su encuentro en el centro comercial en los cuales Juliana no dio ninguna señal de acercamiento ni de interés, por lo que, secretamente, Valeria se encontraba algo molesta. No solo por su notable ausencia sino también porque aquello era un golpe certero a su ego, se reclamaba el hecho de saber que algo no estaba bien y aun así seguía sin poder controlar sus deseos y las ganas de tenerla cerca. Pensó que, tal vez, Juliana no se había acercado para darle "una lección" y martirizarla, pero estaba muy lejos de la verdad.
Cuando su móvil sonó aquella tarde, mientras estaba en el atelier, y al contestar escuchó la voz de la morena, que le quitaba el sueño, no supo si responder o no. El salto de su corazón traidor emocionándose resultó más fuerte que su razón y fue incapaz de evitar la enorme sonrisa que apareció en su rostro. Suspiró profundo sabiendo que la había echado de menos y que estaba perdiendo la batalla entre lo correcto y sus ganas por aquella mujer, pero ¿eran solo ganas? ¿Se trataba solo de sexo? Lo que empezaba a crecer en ella no tenía pinta de ser pasajero, por el contrario, parecía de esas vainas que te cambian los planes, que te transforman la vida, que te llevan por otros rumbos a los que te habías enrutado.
En Juliana las cosas no eran distintas, extrañaba su olor, su piel, la belleza de sus ojos y la perfección de sonrisa, el único motivo por el cual no la había llamado era la cantidad industrial de trabajo que tenía. Apenas lograba dormir tres horas por día, en la comisaria las cosas estaban patas arriba debido a la ola de criminalidad que se había incrementado en la ciudad en las últimas semanas.
- Hola, ¿Quién es? – preguntó la diseñadora en un intento por disimular su alegría.
- Estoy segura de que sabes quién soy, después de todo alguien tan importante como tú no comparte su numero personal con todo mundo – las mejillas de ojiazul se tiñeron de rubor, pero se mantuvo en silencio. Así que la morena dudó un instante y, sin poder, evitarlo sintió celos al pensar que otras mujeres pudieran tener su contacto personal – Soy Juliana Valdés.
- ¿La morena pretenciosa? – preguntó bromeando.
- Preferiría que me llamaras de otra forma, pero si así lo quieres estará bien para mí – respondió.
- ¿Cómo quieres que te llame? – se sonrió mientras esperaba una respuesta.
- Morena guapa, sexy detective, cosas así que le hagan bien a mi ego. Sobre todo, después del papelón de la discoteca con tus amigas – ambas se carcajearon por el comentario y el chistoso recuerdo.
- Ves como si eres pretenciosa, esa noche te recompensé muy bien el oso de la discoteca con mis amigas. Hicimos de todo y mucho más, que no te acuerdas.
- Lo recuerdo perfectamente, créeme – ambas se quedaron en silencio recordando algunas cosas de la maravillosa noche que pasaron en el hotel.
- Sexy detective será – dijo Valeria rompiendo el silencio.
- Entonces crees que soy sexy...
- No dije eso, me pediste algo que aumentara tu ego y quise complacerte – contestó en tono seductor mientras se mordía el labio inferior. Por supuesto que la encontraba sexy, era la mujer más bella y sensual que había conocido en su vida, no necesitaba realizar esfuerzo alguno, solo existir, sus ojos marrones y su sonrisa hacían el resto para cautivar y envolver a cualquier ser humano – Así que voy a agendarte como "sexy detective".
- Me parece justo – hicieron un corto silencio para calmar sus nervios - ¿Cómo estás? ¿Qué tal estos días?
- Muchísimo trabajo, gracias a Dios las cosas van muy bien en las tiendas y estoy trabajando la nueva colección. Casi no tengo tiempo de nada – respondió con honestidad - ¿y tú?
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Ángel
FanfictionCómo saber si un ángel es bueno o malo? La detective Juliana Valdés tendrá que descubrirlo.