💥 04.- Bad Kitty 🐾

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Todoroki caminaba rumbo a su habitación, luego de una sesión de entrenamiento, con una toalla colgada en sus hombros y el pecho al descubierto, dejando apreciar su trabajado torso.

Se cruzó con Bakugo en el pasillo, quien ignoró su presencia, alejándose a la cocina a un paso tranquilo y, por un segundo, le pareció verlo sonreír con malicia.

¡Nah, seguro eran ideas suyas!

Abrió la puerta de su habitación y...

... encontró sus preciados tatamis totalmente destrozados a arañazos.

Suspiró.

Le tocaría reemplazar los tatamis por tercera vez desde que Bakugo se vió afectado por aquel Don.

Pero eso se ganaba por dejar la puerta de su habitación entreabierta.

Bakugo se encontraba sentado en el suelo de la cocina, agitando su cola con malicia, calculando cada movimiento de su presa para lanzarse al ataque.

Sus orbes rubí permanecían fijos en Deku, quien terminaba de preparar su almuerzo, sin percatarse de la presencia del felino.

Y, en cuanto le dió la espalda para tomar los palillos...

... con un movimiento ágil, el gato saltó a la mesa, robando el pedazo de carne del katsudon que había preparado el peliverde.

Midoriya giró por el ruido.

-¡¡K-Kacchan, espe……!!

Muy tarde, el gato ya había salido de la cocina, con parte de su almuerzo en el hocico.

Deku suspiró.

-¿Cuánto durará esto...?– se preguntó en un lamento.

El más perjudicado con la transformación de Bakugo, había sido él. Pobre Deku...

...

Denki caminaba con el ceño fruncido, echando chispas por el pasillo, literalmente.

¡Iba a matar a ese gato endemoniado!

Trató de abrir la puerta de la habitación del chico explosivo, donde lo había visto entrar minutos antes, tras salir de la cocina. Pero tenía el seguro puesto.

¡Rayos...! Se había olvidado del pelirrojo.

-¡Kirishima, abre la puerta, sé que Bakugo está ahí!¡Ésta vez fue muy lejos!– gritó Denki, enojado, azotando la puerta.

-¡No sé qué te hizo, Denki, pero te aseguro que no volverá a hacerlo!¡De verdad!– aseguró Kirishima, apoyando su cuerpo contra la puerta, impidiendo que el rubio eléctrico la derribara.

-¡Te diré lo que hizo ese condenado gato!– gritó Denki, molesto, comenzando a soltar más chispas. –¡Marcó su territorio en toda mi habitación!¡Ahora todo apesta a orina de gato!– gritó.

Y, con una fuerte descarga eléctrica, cayó atontado sobre el suelo, diciendo incoherencias. Otra pobre víctima...

Kirishima miró con enojo al gato que se encontraba acostado en la cama, el cual parecía estar sonriendo con malicia, mientras movía su cola de un lado a otro.

«Eso se ganó la rata eléctrica por pisar mi cola el otro día.» maulló.

Kirishima suspiró.

No había descansado nada, escuchando las quejas que sus compañeros le daban sobre el mal comportamiento del felino.

Y si normalmente Bakugo era malcriado y caprichoso como humano... ¡Como gato era hasta cien veces peor!

"Por algo dicen que el rencor de un gato dura siete generaciones..." pensó Kirishima.

Bakugo no iba a negarlo...

... se sentía un estúpido persiguiendo aquel ratoncito de juguete que encontró tirado en la sala, ¡pero no podía evitarlo!

Apenas lo vió, sintió deseos de jugar con él.

«Cosas de gatos» pensó.

Y, mientras él se entretenía mordiendo y arañando aquel juguete.

Tras el sofá de la sala, Uraraka y Mina lo grababa con sus celulares.

¡Tenían que recordar ese momento para siempre!

-¡Es tan adorable~!– exclamó Uraraka con ternura. Mina asintió, dándole la razón a la castaña.

Aunque, desde el punto de vista de Bakugo...

... aquel ratón era cierta encapuchada con orejas de gato a quien, en su imaginación, ¡estaba dándole una paliza por transformarlo en un jodido gato!

Claro, súper tierno.... ¿no?

...

Luego de descubrir a las dos chicas que estaban grabando aquel vergonzoso momento de debilidad, Bakugo las atacó, tomando uno de los teléfonos (el de Uraraka) con su hocico para arrojarlo por la ventana.

«¡Ja! Con suerte lo habré roto.» pensó satisfecho.

Pero, cuando se giró para ir por el teléfono de Mina, ésta ya había desaparecido, encerrándose en su habitación.

¡Con la evidencia grabada!

Gruñó molesto. Ya luego la atraparía.

Entró en su habitación, viendo al pelirrojo sentado en el escritorio, concentrado en lo que estaba escribiendo.

Bakugo se frotó contra las piernas de Kirishima, maullando por atención. Pero el pelirrojo estaba ocupado tratando de hacer su tarea y, de paso, ¡la tarea de Bakugo!

No tenía tiempo para distraerse, complaciendo los caprichos de su amigo.

Además, estaba enojado con él por todos los desastres que causó aquel día.

«¡¡OYE!!¡¡HAZME CASO, MALDICIÓN!!» maulló molesto, saltando a las piernas del pelirrojo.

-Bakugo, estoy ocupado.– dijo Kirishima con frialdad, bajando al animal de su regazo.

«¡Maldito, a mí NADIE me ignora!» gruñó molesto. ¡Kirishima le haría caso, sí o sí!

Bakugo saltó hacia el escritorio, haciendo volar la tarea de ambos, regándola por todo el piso. Kirishima se levantó, mirándolo molesto.

-¡Esa no es una actitud de hombres, bro!¡También estoy ayudándote con tu tarea, ¿sabes?!– regañó el pelirrojo, frunciendo el ceño.

Bakugo agachó las orejas y se encogió, haciéndose un ovillo, poniendo ojitos tiernos. En realidad no estaba arrepentido por lo que hizo, solo fingía estarlo.

Kirishima ablandó su expresión y con un suspiro, cargó al gato, acariciándole el lomo, escuchándolo ronronear.

Bakugo sonrió.

No podía negarlo: ser un gatito malo tenía algunas buenas ventajas.

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Hola, espero que les gustara el capítulo de hoy.

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Y eso es todo... ¡Nos vemos el viernes! Nyan~

Ore no chiisai NEKO -俺のちさいい猫-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora