Ore no chiisai NEKO -俺のちさいい猫-

💥 07.- Sentimientos bajo la lluvia 🐾

Kirishima decidió dar un paseo con Bakugo para cambiar de aires, pues el chico explosivo llevaba encerrado en la residencia desde que fue transformado en gato. "Por su seguridad", según el director Nezu.

Así que, Kirishima le pidió permiso a Aizawa y, para su sorpresa, éste aceptó.

Siempre y cuando no salieran de los terrenos de la UA, claro.

Y Kirishima, sin perder tiempo, fue a la residencia para buscar a Bakugo.

¡No podía contener la emoción que sentía!

-¡¡¡BAKUGO!!!– gritó entrando de golpe a la habitación.

Bakugo, que dormía tranquilo sobre el marco de la ventana, ante el grito del pelirrojo, dió un salto y casi cae por la ventana del segundo piso…

… por suerte, Kirishima lo sostuvo a tiempo, salvándolo.

«¡¡¿ACASO QUIERES MATARME, MALDITO PELOS DE PUNK?!!» maulló molesto, deseando explotarlo con su Don.

-¡P-Perdona, me emocioné de más!– dijo Kirishima, sonriendo apenado.

Bakugo ladeó la cabeza y agachó sus orejas, confundido. ¿A diablos se debía aquel entusiasmo?

-Le pedí permiso a Aizawa-sensei para dar un paseo contigo, ¡y aceptó!– explicó el pelirrojo cómo un niño emocionado.

Y Bakugo se contagió de su emoción, frotando su mejilla contra la del pelirrojo, ronroneando.

Kirishima se sonrojó ligeramente, pero sonrió.

Bakugo se había vuelto más cariñoso con él los últimos días. Y se había acostumbrado a aquellas muestras de cariño.

Aunque, a veces resultaba doloroso no saber si para el chico explosivo significaban lo mismo...

…

«¡Estoy hartooooo!» maulló Bakugo con enojo, desde los brazos de Kirishima. Luego de que la quinta chica se alejara luego de acariciarlo y hablarle como idiota.

Kirishima rió.

-Eres bastante popular, Bakubro.– bromeó.

«¡Al próximo que trate de acariciarme, lo morderé!» sentenció el chico explosivo.

Siguieron caminando por los alrededores de la UA y, tal y como prometió, acabó mordiendo a un chico de la clase B que se acercó para acariciarlo…

… y, como siempre, desde que se conocen, Kirishima tuvo que disculparse por el mal genio de su amigo.

¡Ni siquiera de gato cambiaba eso!

…

Llegaron al bosque y, Kirishima se tensó un poco, sintiendo su corazón acelerarse por los nervios que se apoderaban de él.

Planeaba hacer algo arriesgado que, de salir mal, podría perjudicar su amistad con el chico explosivo…

… y tenía algo de miedo.

Inconscientemente, apretó el abrazo que tenía en el gato, haciendo que éste soltara un quejido.

-¡Ah, perdona, bro!– se disculpó, liberando el agarre.

Bakugo lo miró con las orejas agachadas y el ceño fruncido.

«¿Qué diablos le pasa hoy a éste?» se preguntó.