💥 06.- Entre mimos y celos 🐾

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Ya había pasado una semana desde que Bakugo fue afectado por aquel extraño Don y... seguía siendo un gato.

Así que, los miembros de su escuadrón decidió llevarlo con Recovery Girls para que lo examinara...

… pero…

-¡Cero, ¿no puedes atarlo con tu cinta para que no escape?!– reprochó Denki, tratando de atrapar al escurridizo felino.

-¡Eso intento, eso intento!– se quejó el azabache.

Arrojó su cinta y...

... atrapó las piernas Denki, haciéndolo caer de cara al suelo. ¡Uy!

«¡Ja!¡Fallaron, idiotas!» se burló, viendo como sus amigos discutían entre ellos por su error.

-¡Te tengo!– Bakugo se giró, logrando esquivar el ataque "sorpresa" de Mina, quien cayó al suelo, sobre el pobre Denki, aplastándolo. –¡Jooo, casi lo atrapo!– exclamó.

«¡En tus sueños, ojos de mapache!» maulló, dándose la vuelta para entrar a su habitación.

Pero una pequeña lucecita roja llamó su atención y, movido por su instinto felino, trató de atraparla con sus patitas.

Y, mientras Bakugo era distraído por aquella lucecita, Kirishima lo cargó, sonriendo victorioso, con un puntero en las manos.

-¡Te atrapé, Kacchan!– dijo.

Bakugo gruñó con molestia ante el apodo, aunque…

… si lo usaba Kirishima, no tenía problema. Hasta le  sonaba bien.

¡Pero no lo admitiría nunca!

Luego de examinar a Bakugo y recibir varios mordiscos y arañazos por parte del chico explosivo, Recovery Girls les pidió ser más pacientes con la situación.

Ella no podía hacer nada, salvo esperar a que los efectos de aquel Don culminarán pronto.

Y, de ser algo permanente, Bakugo tendría que aprender a vivir como un gato el resto de su vida.

«Vaya consuelo…» gruñó Bakugo, mientras volvía a la residencia en brazos del pelirrojo.

Alzó la mirada al sentir algo húmedo chocar contra su cabeza, empapando su pelaje. Pensó que era lluvia, pero…

… su corazón se encogió al ver a Kirishima llorando, con la mirada perdida.

-Kirishima, ¿estás bien?– preguntó Mina, preocupada al ver llorar a su amigo.

Kirishima se secó las lágrimas con el dorso de la mano libre y mostró una sonrisa.

-Sí, solo me cayó pelo de gato en el ojo.– bromeó.

Era obvio que mentía.

-¿Seguro?– preguntó la chica, tocando el hombro del pelirrojo. –Somos amigos desde la escuela, sabes que puedes contarme lo que sea…

-Es que…– suspiró y detuvo su andar, mirando al felino en sus brazos. –… no puedo imaginar lo difícil que es para Bakugo toda esta situación.

Bakugo agachó sus orejas, centrando su mirada rubí en el triste rostro de Kirishima.

«¿Por qué siempre tienes que preocuparte tanto por los demás…?» se preguntó Bakugo con un ligero enojo.

-Si yo hubiera estado con él durante la patrulla, esto no…… ¡Auch!

Bakugo había mordido el brazo del pelirrojo, quien soltó un quejido de dolor al no haber activado su Don para protegerse.

El felino se liberó del agarre y cayó, de pie, en el suelo.

«¡¡DEJA DE ANDAR LLORANDO O TE HARÉ PEDAZOS, IDIOTA!!» maulló molesto.

Mina rió, divertida.

-¿Lo ves? Bakugo no quiere que te culpes por esto.– dijo la chica, sonriendo.

-Pero yo...

-Esto no fue tu culpa, Kirishima.– aseguró Mina, interrumpiéndolo.

Kirishima miró al gato, ahora en el suelo, con el pelo del lomo erizado y mostrando sus colmillos en señal de amenaza. "Seguro estaría soltando explosiones ahora mismo" pensó con gracia.

Se agachó a la altura del felino y sonrió, mostrando sus dientes de tiburón.

-Prometo que no volveré a culparme, Bakubro.– aseguró.

Bakugo se relajó, bajando el pelaje de su lomo. Se acercó al pelirrojo y se frotó contra sus piernas.

-Jooo, ¿por qué solo es cariñoso contigo?– se quejó la chica de piel rosa, haciendo un puchero, inflando sus mejillas.

Kirishima rascó al felino tras las orejas, escuchado los ronroneos que éste soltaba ante los mimos que le daba.

-También con Eri-chan se comporta así.– dijo el pelirrojo, sonriendo.

-¡No es justo!¡Yo también quiero!– se quejó la chica, agachándose para acariciar también al felino.

Pero Bakugo se giró y la trató de morder. Por suerte, Mina apartó la mano a tiempo.

-¿Lo ves?¡Solo contigo es así!– lloriqueó la chica.

Kirishima rió, acariciando el cabello de Mina con su mano libre.

Bakugo gruñó.

¡ÉL era el único que debía recibir mimos por parte del pelirrojo!

El gatito se acercó a Mina y se frotó contra sus piernas. Los ojos de la chica se iluminaron y cargó al animalito, sonriendo feliz.

¡Mala idea!

-¡¡AAHHGG, QUITÁRMELO, KIRISHIMA!!

-¡¡BAKUBRO, ESO NO ES DE HOMBRES!!¡¡SUÉLTALA!!

Bakugo le había clavado sus colmillos en la mano de Mina, quien solo gritaba y zarandeaba el brazo, con la intención de que éste la soltara.

Kirishima podía regañarlo luego, pero haría que esa ojos de mapache entendiera que el pelirrojo era propiedad privada.

Además, aquella era la venganza perfecta por haber subido aquel vergonzoso video.

💥❤️💥❤️💥❤️💥❤️💥❤️💥

Hola, ¿cómo están?

Espero que les haya gustado este capítulo y, de ser así, por favor, recuerden dejarle una ⭐ y comentar qué les pareció.

Y, bueno… les informo que la historia está casi llegando a su final, así que me esforzaré en actualizar lo más pronto posible para no hacerles tan largo el suspenso.

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¡Nos vemos el miércoles!

Ore no chiisai NEKO -俺のちさいい猫-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora