Los campos están llenos de aldeanos ocupados preparándose para el arado de primavera. Como ha puesto su tesoro en los campos experimentales, Shen Yanbei ha pasado la mayor parte de su tiempo en los campos cuando ha estado libre desde que regresó a la capital.
La temperatura aumenta, los plantones de trigo crecen y se ramifican, y Shen Yanbei ha dispuesto que los aldeanos persigan el abono, rieguen y desyerben los 50 mu de trigo de invierno, cuidándolos meticulosamente.
El centenar de mu de chiles plantados el año pasado estaban todos congelados, por lo que Shen Yanbei hizo arrancar los plantones de chile y preparar la tierra para el trigo de primavera. Las semillas utilizadas para los semilleros son las mismas semillas de trigo de primavera de alta calidad que quedaron del año pasado. Además, Shen Yanbei compró nuevas tierras para cultivar chiles. El mercado de los chiles es tan prometedor que esta vez no sólo compró tierras para él, sino que movilizó a los aldeanos para que las cultivaran juntos. Repartió gratuitamente semillas de chile a los habitantes del pueblo de abajo y les enseñó las técnicas de cultivo del chile, con la intención de difundir la especie.
No es ambicioso, ni está obsesionado con el dinero, y su estatus actual le ha proporcionado una comodidad más que suficiente para ganarse la vida.
Por ello, los habitantes de la aldea casi lloraron de alegría y gratitud por la ayuda de Shen Yanbei en el cuidado de las cosechas de sus campos.
La abundante cosecha de trigo de primavera del año pasado ya había hecho que los aldeanos se dieran cuenta de que el Erudito era un dios, y este año no dudaron en seguir el ejemplo de Shen Yanbei, e incluso algunos observaron cómo éste cuidaba sus cultivos mientras atendía los suyos.
Shen Yanbei se alegra de ver esto. Fue bueno que el pueblo pudiera aprender de su propia experiencia y desarrollar su agricultura, y eventualmente enriquecerse. Aunque no tenía un fuerte sentimiento de identificación con el país, estaba dispuesto a aportar su granito de arena para ayudar en lo que pudiera.
Después de instruir a los aldeanos para que llevaran un registro de sus cosechas, Shen Yanbei acudía a los campos cuando tenía tiempo para hacerlo, de modo que podía preparar la boda mientras atendía los campos.
Así es, ya ha pedido al Emperador de Zhao un decreto para casarse con él, ¡y sólo espera que la boda se celebre cuando vuelva a la capital!
Es una sorpresa para su nuera, ya ha dado largas, ¡es hora de cumplir su promesa!
Shen Yanbei estaba de buen humor mientras escribía una carta para enviarla a la aldea de la familia Shen. Hacía dos años que no volvía y no sabía cómo estaba el pueblo. Como se acercaba el Festival Qingming, no podía volver, así que pidió al jefe de la aldea que cuidara de la casa y que fuera a las tumbas del padre y la madre de Shen para pedirles perdón.
Mirando por la ventana las flores de melocotón que se desvanecían, Shen Yanbei se quedó en trance por un momento.
No se dió cuenta de que llevaba cinco años en este mundo ......
Los dos primeros años estaba con la nuera en el pueblo plantando campos y criando patos, los días son pausados y cómodos; los dos años intermedios estudiando para ponerse al día con los exámenes, ocupados y satisfactorios; el siguiente año más o menos para ir cada uno a su puesto, aunque cada vez menos separados, pero con tiempo y espacio para hacer más cercano el corazón del otro.
En comparación, a Shen Yanbei todavía le gusta vivir una vida pequeña como la de los dos primeros años. L
...... Pero ahora no hay nada malo en ello.
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MFMH (PROYECTO TERMINADO)
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