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A la mañana siguiente, cuando Yamaguchi despertó y vió que abrazaba a su mejor amigo, y para su sorpresa este también lo hacía, su primera reacción fue asustarse. En un intento por quitar su brazo para no incomodar a Tsukishima cuando despertara, acabó por moverlo de más, ocasionando así que abriera los ojos. Con la poca visión que tenía gracias a la falta de lentes, miró al de pecas y se sentó en la cama confundido.

"Es tarde?" Preguntó simplemente.

"No, aún no sonó la alarma. Buenos días Tsukki." Se levantó de la cama y estiró antes de dirigirse al baño para lavarse la cara. Mientras lo hacia, se preguntaba si acaso el rubio había llegado a notar, aún recién despierto, que estuvieron abrazados toda la noche.

☁️☁️☁️

La semana transcurrió con normalidad, aún no era la época de exámenes así que el equipo Karasuno estaba concentrandose plenamente en sus entrenamientos y los torneos que pronto se llevarían a cabo. Los de primer año estaban presentando mejoras considerables, gracias a la ayuda de los de segundo y tercer año.

"Yamaguchi-san, tienes un momento?" preguntó uno de sus kohais mientras estaban en el descanso. Era el más reservado de los nuevos miembros, y el peliverde lo había visto varias veces practicando por su cuenta.

"Si, Hisoka?" miró al chico, unos centímetros más bajo. Tenía pelo castaño y le llegaba hasta la altura de la mandíbula, cubriendo parte de su rostro, por lo que intentar mirarle a los ojos era casi imposible, sumado a su timidez que lo hacía inclinar la cabeza constantemente hacia abajo.

"N-no quisiera molestarlo, entiendo si no quiere, pero quería saber si... podría ayudarme."

"Ayudarte? Claro." Sonrió, era bueno saber que el menor confiaba lo suficiente para comenzar a abrirse y expresar sus necesidades. "Dime con que quieres ayuda."

"Soy el menos avanzado del equipo, y aún no puedo realizar el saque de arriba. Por eso... quería que me enseñe, si no es molestia."

"Para nada, luego de la práctica podemos quedarnos y pido la llave para cerrar al irnos."

"Muchas gracias, Yamaguchi-san." Se inclinó como agradecimiento, y se fue para continuar con el resto de sus compañeros.

Tal como lo hablaron, comenzaron a quedarse hasta un poco más tarde para practicar. Con el pasar de los días Yamaguchi pudo ver que todo el esfuerzo que ponía su kohai estaba dando resultado. Le recordaba a como era él hace un año, lo que hizo que tomase cariño por su alumno fácilmente, y quisiera ayudarlo a mejorar lo más que pudiera. El tiempo que pasaban juntos también hizo que el menor lograra abrirse con él, contándole sus preocupaciones con el deporte y que le aterraba la idea de tener un partido.

"No mentiré, el primer partido es el peor." Le comentó mientras tomaban agua en un pequeño descanso.

"Te fue mal en tu primer partido oficial?"

"Si, entré para realizar un saque, y fallé. Luego de eso me sacaron y sentí que el mundo y mis oportunidades de jugar se derrumbaban ante mis ojos." Suspiró, para luego continuar. "Pero eso terminó motivandome a practicar más, y en el siguiente partido que logré entrar hice varios puntos, y te aseguro que esa sensación de conseguir algo por lo que tanto te esforzaste no se compara con nada que haya vivido."

"Espero algún día poder sentirme así." Sonrió levemente mientras miraba la pelota que se encontraba en sus manos.

"Lo harás, has mejorado mucho. Estoy seguro que pronto tendrás la oportunidad de entrar en un partido."

☁️☁️☁️

"Tsukki!" Gritó el de pecas desde el pasillo, corriendo para alcanzarlo.

"Qué?"

"Te traje tu almuerzo, mí madre hizo tu comida favorita así que le pedí que me diera dos porciones."

"Oh, dile gracias." Dijo mientras tomaba la lunchera donde se encontraba la comida. Era con diseño de dinosaurios, desde que eran pequeños acostumbraban a llevar ocasionalmente comida a la escuela para el otro al punto que cada uno tenía en su casa una lunchera extra. Llegaron al patio y se sentaron junto a una pared para comer tranquilamente.

"Casi lo olvido. Hoy tampoco podré acompañarte luego de la práctica, lo siento."

"No ayudabas únicamente a Hisoka dos días a la semana?"

"Si, pero me pidió hacerlo también hoy."

El rubio no respondió y continúo comiendo en silencio hasta que sonó el timbre y volvieron a su salón. El resto del día estuvo más serio de lo normal, provocando que Yamaguchi se preguntara si se había molestado con él. Cada vez escaseaban más las veces que volvían juntos ya sea por ayudar a su kohai, o porque Tsukishima se iba antes del entrenamiento diciendo que estaba cansado o dando alguna excusa. Muchas veces notó que estas eran falsas, pero no decía nada ya que algún motivo debía tener para inventarlas, y no quería molestarlo preguntando al respecto. Sin embargo, le preocupaba ver a su mejor amigo actuando tan extraño. Llegó a creer que le había dejado de interesar el volleyball, pero cuando practicaban actuaba normal y se veía que lo disfrutaba, dejándolo más confundido.

Antes de comenzar la práctica, el entrenador Ukai pidió a todos acercarse para hablarles.

"En la siguiente semana será la Golden Week, y gracias al profesor Takeda nuevamente iremos a Tokio para tener varios partidos de práctica. Así que espero que de esfuercen, y les demostremos cuánto hemos mejorado y lo fuerte que es el nuevo Karasuno."

"Gracias!" Dijeron todos al unísono, y así dieron por iniciada la práctica.

Los de primero comenzaron a invadir a los más grandes con preguntas sobre los equipos contra los que jugarían y que tal les había ido el año anterior.

"Nunca he ido a Tokio." Comentó bajo Hisoka mientras escuchaba a los de primero preguntar a Hinata.

"Te encantará! El Nekoma es muy buen equipo, me pregunto cómo serán los nuevos integrantes." Dijo el de pelo naranja pensando en escribirle luego a Kenma para contarle la noticia, aunque probablemente ya estuviera al tanto. "Quizás tengamos tiempo de visitar parte de la ciudad también."

"Será una gran oportunidad para mejorar, lo verás." Le dijo Yamaguchi a su kohai, quien asintió con una pequeña sonrisa.

Tsukishima por otro lado no parecía emocionado por la noticia. Los únicos con los que había logrado entablar una "amistad" allí ya habían terminado el secundario, a excepción de Akaashi, y el sentimiento de que su mejor amigo no estaría acompañándolo por estar ayudando a sus kohais comenzó a perseguirlo.

Eyes closed - TsukkiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora