Eyes closed - Tsukkiyama

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A mitad de semana, siendo miércoles, Karasuno tuvo un partido de práctica con Dateko. Allí fue el debut de los de primer año que no habían jugado hasta ahora. Todos estaban orgullosos del avance que habían tenido. Especialmente Yamaguchi, quien había pasado más tiempo ayudando a los nuevos integrantes. Cada vez estaban más enfocados en los torneos próximos, por lo que el peliverde apenas tuvo tiempo para su mejor amigo. Tsukishima no admitiría que extrañaba que fuera parte de su rutina.

Las pocas ocasiones donde estaban juntos, en su mayoría en los recesos entre clases, también estaba Yachi. No le molestaba para nada su presencia, sin embargo... ¿hace cuánto no tenía una charla a solas con Tadashi?

☁️☁️☁️

El fin de semana llegó, y con ello la fiesta a la que Tsukishima y Yamaguchi habían sido invitados junto a Yachi. Luego de un par de días, finalmente la rubia había convencido al de lentes e incluso lo acompañó a comprar ropa para la ocasión, cosa que la sorprendió un poco ya que no esperaba el mínimo entusiasmo de su parte.

Los tres estaban en casa de Hitoka, ya que su madre los llevaría. Mientras la chica se arreglaba el cabello, Tadashi esperaba a que su mejor amigo saliera del baño habiéndose cambiado, para así él hacer lo mismo.

"Tadashi, ¿me ayudarías con los mechones de atrás?" Dijo con la plancha de cabello en las manos, estaba sentada frente al espejo de su habitación intentando quitar las pequeñas partes onduladas de las puntas.

"No soy muy bueno con eso, pero lo intentaré." Tomó el objeto y comenzó a imitar lo que su amiga había hecho con anterioridad, terminando unos minutos después.

"¡Gracias!" Con los mechones delanteros se hizo dos pequeñas trenzas, y siguió con el maquillaje. "¿Te gustaría que te maquillara?"

Yamaguchi se quedó callado unos segundos, nunca lo había probado y sabía que no todos opinaban muy bien sobre eso.

"Si no lo haces muy notorio, está bien."

Yachi asintió y cuando terminó con su rostro se acercó al del peliverde para comenzar. Antes de poder hacerlo, Tsukishima salió del baño ya vestido. Tenía una camisa blanca y pantalón negro, no vestía muy distinto a su vestuario de la escuela, con la diferencia de que llevaba la camisa con el primer botón desabrochado por el calor.

"Tsukki!" Gritó por el susto, algo en el fondo hizo que sintiera vergüenza de que lo viera ser maquillado por su amiga. Quizás la cercanía en la que ella estaba, o el que lo viera con algo en el rostro. Al ver al rubio no tardó en notar lo formal que se veía, generándole pánico internamente. Se levantó de la silla y, tomando su mochila con la ropa, se dirigió al baño. "Iré a cambiarme."

Su vestuario era mucho más casual, una remera azul no muy oscuro junto a unos pantalones negros, tenía como accesorios dos cadenas plateadas en el cuello las cuales no eran demasiado visibles. También llevaba un par de anillos, pero no demasiados por el miedo a perderlos entre la multitud.

Salió ya cambiado y se sintió observado por sus dos amigos.

"¡No imaginé verte así vestido Tadashi! Me gustan mucho tus accesorios."

En respuesta se sonrojo levemente y le agradeció. Tsukishima por su parte solo lo miraba.

"Ahora siéntate, te pondré un poco de delineado y máscara de pestañas."

"Yo... no estoy seguro. No creo que me quede bien."

"Hazlo." Interrumpió Tsukishima.

"¿Qué tal si alguien se ríe de mí?" Pensó en voz alta, y se arrepintió al instante.

"Que se jodan todos."

"¡Exacto!" Añadió Yachi.

"Está bien." Se sentó en la silla y a su lado Hitoka comenzó con el delineado. Les sorprendió el pulso de la chica, ya que en poco tiempo lo tenía hecho en ambos ojos. Luego aplicó un poco de máscara para finalizar.

"¿Qué tal?" Le acercó un espejo de mano para que se viera.

"Me gusta mucho." Dijo honestamente.

"Y tú, Kei? ¿No quieres nada de maquillaje?"

"Estoy bien así, no me gusta en mí."

Cuando se hicieron las 10pm, la madre de Yachi tocó la puerta para que suban al auto. La casa de la fiesta no era muy lejos, por lo que llegaron luego de unos diez minutos.

Se escuchaba desde afuera la música, y los recibió una chica de cabello largo y castaño, la dueña del lugar. Yachi se quedó conversando un poco con ella, y les dijo a sus amigos que entrasen. Cuando lo hicieron, vieron el living donde se encontraban ya unas veinte o treinta personas. Afortunadamente, el lugar era lo suficientemente grande como para que no se sintiera ahogados o fueran golpeados por alguien constantemente.

"¡Chicos!" Se escuchó entre la multitud. Voltearon al mismo tiempo para encontrarse con Hinata, acercándose hacia ellos. "No esperaba encontrarlos aquí."

"Nosotros tampoco." Contestó el peliverde.

"No podemos librarnos de ti nunca." Dijo el rubio.

"Comparto clases de química con la dueña de la fiesta, así que me invitó. ¡Vengan a la cocina! Aquí hay mucha gente."

Lo siguieron y comprobaron lo que decía el de pelo naranja, podían moverse con mayor facilidad. Shoyo tomó un vaso y se sirvió de una de las jarras en la mesada.

"¿Sabes que estás tomando?"

"Si, jugo, ¿no es obvio?"

Los dos mejores amigos se miraron, y se permitieron dudar.

"¿Cuántos tomaste ya?" Preguntó Tsukishima.

"No lo sé, unos tres quizás."

"No deberías tomar más que eso, Hinata." Opinó Yamaguchi.

"Es que hace mucho calor aquí." Sacó del bolsillo su celular, y pareció mirar un mensaje. "Kageyama me abandonó y no se atreve siquiera a contestar mis mensajes." Dijo molesto.

"¡Shoyo!"

"Me llaman, nos vemos en un rato." Sonrió y se acercó a su compañero de clases que lo llamaba. Apenas se fue apareció Yachi.

"No sabía que Hinata vendría, creí que si Kageyama no iba el tampoco."

"¿Sabías que estaba invitado?" Preguntó Kei.

"Me comentó Kageyama que Shoyo estuvo molestándolo toda la semana para que lo acompañe, pero él no quería ir."

Los chicos asintieron y decidieron tomar un vaso, Hinata tenía razón sobre el calor.

"Algunos tienen alcohol que trajeron, así que tengan cuidado."

Ninguno de los tres tomaba alcohol, después de todo eran menores responsables. No iban a negar que alguna vez accidentalmente, o no, habían probado, pero no era necesariamente de su agrado.

Sin embargo, los esperaba toda una noche llena de experiencias nuevas.