2. La visita

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La tía Becky se presentó y como siempre nos trajo regalos a todos, cosas de herramientas para mi padre, un bonita vajilla para mi mamá, un balón de soccer para mi hermano, un short y tres blusas para mi hermana y para mí un lindo vestido de color marrón con pequeñas flores, un suéter acogedor y unas sandalias a juego con el vestido, para mi gusto solo prefería el suéter, los vestidos no van conmigo, sin embargo, me gusta tenerlos y ponérmelos, las veces en que me quedaba sola en la casa me ponía mis vestidos, nadie me criticaba y escuchaba música no tan alta porque a mis vecinos les molestaba y temía que me demandaran como una vez lo hicieron con mi hermano <<el tonto no pidió permiso para hacer una fiesta por lo cual los vecinos se molestaron y lo demandaron aunque quien pediría permiso para hacer una fiesta>> por otro lado mis amigas siempre me cuestionaban por no usar vestidos, a veces me sentía mal por sus palabras, quizá tengan razón, mi tía siempre me traía un par de pantalones, tal vez esta vez fue la forma de decirme <<usa un vestido, sobrina>>.

Me sorprendió la visita de la tía Becky, bueno más bien el hecho de que su estancia iba a ser corta, ella misma nos confirmó al día siguiente de su llegada que tenía que regresar a la semana para atender sus pendientes y los muchos compromisos que tenía. Como siempre mis padres estaban ocupados en las tardes con sus clases, mi hermano se había ido en la mañana a trabajar, mi hermana estaba viendo series ya que le habían cancelado clases dos días y yo era la que pasaba más tiempo con la tía, era raro estar con ella, me percate de que había cambiado porque ahora estaba muy ocupada en el teléfono, tal vez gajos del trabajo, aun así, cuando estaba con ella si tenía varios temas de conversación, ahora bien a veces creo que hablaba más para sí misma:

– Jade ¿por qué no te pones el vestido? hace calor.

– Me lo pondré mañana de otro modo lo ensuciaré con la tierra.

– ¿Qué estás haciendo?

– Estoy trasplantando la fresa.

– Interesante, hace un año que vine solo había pasto.

– También estaba ese rosal.

– Oh sí es cierto, el rosal, ¡mírate! convertiste este jardín en un paraíso, puedo ver hasta las mariposas, a las plantas les gusta su nuevo hogar y a ti te ha cambiado, me alegra que te gusten las plantas, pasarías la materia de herbolaría y naturaleza fácil.

– Perdón, tía que dijo, ¿materia de qué?

– Olvídalo, en su momento algún profesor te lo dirá o tal vez Henry te lo explique.

Mi mamá nos interrumpió, había hecho la cena, pese a ello por motivos de sus clases en línea no podía comer con nosotras al igual que mi padre, mi hermana tomó su comida y se la llevó a su cuarto, mi hermano llego a tiempo y nos acompañó, estábamos los tres cenando y a él le fascina platicar con la tía y por lo visto es reciproco el gesto, se la pasaron poniéndose al tanto, la tía Becky hacía preguntas, mi hermano contestaba y viceversa, se veían también los dos platicando de muchos temas, hablando de soccer, el nuevo trabajo de la tía, sobre la novia de mi hermano, como estaba del otro lado del mundo. No me sentía mal, a mí se me daba eso de escuchar creo que alguna vez un profesor en octavo grado me dijo <<Jade, tú serías feliz si no hablaras>> la verdad en ese momento no lo había pensado pero ahora con los años me he dado cuenta que es verdad, me gusta escuchar las conversaciones de mis amigas y conocer los distintos puntos de vista de las personas y no sé si cuando hablo, la forma en que me expreso es de manera lenta, aburrida o me explayo tanto que se pierde el interés, porque luego mis compañeros están al teléfono contestando un mensaje o viendo alguna imagen en tendencia, a veces ya no existe la comunicación efectiva en estos tiempos, salvo que hable de chicos o de algún tema que no entiendan y venga en algún examen, es ahí cuando no paran de preguntarme, al menos agradezco que mis comentarios sean acordes al tema, tendré que cambiar si voy a entrar a la universidad pero no siempre soy así, también depende la persona porque he tenido amigos donde hablo y hablo y el tiempo pasa volando, la risa y los ratos alegres ayudan para sanar el alma, tal vez sea porque me dan confianza, como lo son Alejandra y Lili, ojala nunca cambie nuestra amistad...

Al día siguiente me había puesto el vestido marrón con florecitas, me sentía rara porque todos en mi familia me veían detenidamente, mi hermana quería que le prestara el vestido para una foto en Instagram, decía que a ella se le veía mejor, los demás solo me daban cumplidos, mi hermano empezaba a realizar preguntas extrañas como; ¿quién es el sujeto? ¿desde cuándo tienes novio? ¿es de la escuela? ¿por qué no se lo había contado? me sorprendí al saber que eso es lo que se le ocurría por su mente, yo no le ando preguntando por su novia, en fin, realmente me gustó mucho el vestido y a mi tía Becky también:

– Ese color te sienta bien, con tu cabello negro –dijo.

– Gracias, me gustan mucho las flores blancas en el vestido –conteste.

– Lady Rox, es un gran genio en la moda, es de la primera colección de otoño invierno que realizó junto con sus estudiantes.

– ¡Wow! Nunca la había escuchado ¿a qué marca pertenece?

– ¿Marca? Ella misma es la directora de la Rox's Fashion y el emporio Rox.

En eso sonó su teléfono y terminó la conversación, ese día no hice más que ponerme al tanto con mis tareas de las clases, muchas de las materias ya las había terminado, sin embargo, como quería aprender alemán, metí una clase extracurricular y eso es la que me entretenía, mis hermanos tenían sus deberes y actividades, no obstante. en esa tarde después de acabar con mis tareas e ir bajando por las escaleras para preguntar a mi mamá si había visto mi blusa azul y de paso ir por galletas con leche, note que mi madre discutía con la tía Becky, escuche una conversación en la sala, estaban tan enfrascadas que no se percataron de mi presencia, las voces de mi madre y la tía argumentando sobre algo. Nunca había visto a mi madre tan enojada con la tía, por su lado ella estaba hablando serenamente y tratándola de convencer, no tenía idea de que, solo escuche <<Le hará bien, ella tiene que conocer su mundo>>.

En mi mente pensé que era otra de esas conversaciones raras que hablaba ella, mi mamá me divisó y cambiaron de tema:

– Oh Jake, ¿necesitas algo? –me pregunto.

– Sólo quiero saber ¿dónde está mi blusa azul? –conteste.

– Se está lavando, checa la lavadora por favor –comentó mi mamá.

Y así es como sentí que se me quedaban viendo raro, tal vez era un tema delicado, no le di importancia hasta que en la mañana siguiente, un día antes de que se marchara mi tía, mis padres entraron a mi cuarto yo acababa de regar las plantas, me gustan verlas en las mañanas, regrese a la habitación para acabar con la tarea de alemán y cuando los vi a los dos, pensé que tal vez Dino había hecho algo, pero las palabras de mi madre comenzaron con un <<Hija, tenemos que hablar>> me puso tensa, tal vez era sobre la universidad, me temía que por la contingencia, los problemas económicos, toda la decadencia del mundo, se utilizara el dinero de la inscripción y gastos de la escuela en gastos del hogar y supervivencia, lo bueno que mi hermano ya casi iba a terminar y tenía un empleo, me sentía mal porque yo no aportaba nada, me equivoque con el tema.


GRACIAS POR LEERME. 

Yo soy Jade FernDonde viven las historias. Descúbrelo ahora