No puedo hacerlo - Capítulo Final

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Llego a la cabaña con ayuda del GPS de mi auto, es un sitio solitario con una vista espectacular.

La verdad es que me gustaría tener un sitio así para venir a despejarme de vez en cuando.

Realmente con la información que me dió Sabrina solo es una posibilidad de que esté aquí, espero realmente que sí porque no tengo más opciones.

Me estacione unos metros antes para evitar hacer ruido con el carro, me acerco a pie por detrás de la cabaña.

Trato de visualizar algo que me indique que hay alguien aquí, veo un auto estacionado al frente del lugar cosa que me incrementa la esperanza de que estén aquí.

Trato de buscar una ventana por dónde mirar al interior pero todas están cerradas, logro encontrar una pequeña rendija en la madera a un lado de la cabaña, trato de mirar lo más que puedo y veo a Kat atada a una silla, se ven sus mejillas rojas y ojos hinchados de tanto llorar, pero no logro observar a Leopoldo.

Busco una manera de entrar, traigo mi navaja suiza que nunca sale de mi auto y me acompaña a todos lados.

No tengo un plan, en mi cabeza la idea de que me haga daño a mí y no a Katherine es la posibilidad que más factible me parece, el me quiere es a mí.

Me parece estúpido que haga todo eso por algo que yo no controlo, no obligué a Sabrina a sentir nada pero es un lunático impulsivo así que no se puede esperar algo distinto de el.

Irónicamente el último sitio que revisé fue el que estaba abierto, la entrada principal. El sonido de la puerta chillando retumba en el interior de la cabaña, Kat está dando la espalda a la entrada así que no puede verme, no es un sitio muy grande pero tiene algunos sitios para esconderse, trato de ubicar a Leopoldo pero no lo veo.

—Kat, soy yo Brian— susurro pero un arma apuntando en mi sien me detiene de dar un paso hacía ella, ni tiempo me da de sacar mi navaja.

—Eres más inteligente de lo que creí Brian, diste conmigo antes de lo esperado, alza tu chamarra— ejecuto su orden y se fija de que no tengo ningún arma, también revisa mis piernas.

—No se usar armas— toma mi brazo sin bajar el su pistola de mi cabeza y me tira a dónde está Katherine.

—Tan inteligente no eres, vienes desarmado a buscar a tu amiga, eres un imbécil.

—Katherine te sacaré de aquí lo prometo — el rie sarcásticamente mientras Kat no para de llorar.

—No deberías prometer cosas que no puedes cumplir— el toma asiento con vista fija hacia nosotros, su arma sigue en su mano y trato de buscar una posibilidad de atacarlo.

—Maldito imbécil— hago un ademán de levantarme y el inmediatamente apunta su arma hacía mí.

—Si intentas algo estúpido te mato y creeme que lo haré.

Su amenaza parece sincera así que la tomo enserio.

—Me quieres a mí, suelta a Katherine que ella no tiene nada que ver en esto.

—Quizás es verdad, pero pagarás por quitarme a Sabrina—

—Yo no hice nada más que darle mi amistad, ella se enamoró y yo no controlo sus sentimientos.

—¿Por qué tuviste que aparecer Brian? Yo era feliz hasta que tú apareciste en su vida.

—Tú la maltratabas idiota, no la mereces tú eres un cobarde.

Con mucha ira se acercó y me golpeó con  su arma.

Eso me dió una idea pero debía sacar a Katherine de acá.

—¡NO ERA TU PROBLEMA!— Gritó con verdadera furia.

—Dejala ir, sabes que no tiene la culpa de nada— veo como una línea de sangre de desliza por mi mejilla.

—Desatala—  me ordena, yo no me muevo tratando de asimilar su mandato —¡RÁPIDO ANTES QUE ME ARREPIENTA!.

Su grito me hace reaccionar, le quito el amarre de sus brazos y piernas, ella me abraza.

—Debes irte— le digo mirando directo a sus ojos.

—No me iré sin tí— dice sollozando.

—Debes hacerlo, dejé las llaves de mi auto en la rueda trasera, conduce hasta ver algún oficial.

—Pero yo no se conducir.

—Ya basta de tonterías— Leopoldo se acerca violentamente y escondo a Kat a mis espaldas.

—Por favor no le hagas daño deja que se vaya.

Parece dudarlo pero finalmente accede.

Katherine camina temerosa hacía la puerta, cada paso parece lento, el está apuntando hacia ella y el miedo crece en mi interior.

Debo hacer algo.

El mira detalladamente a Katherine y se que es mi momento.

El comienza a desesperarse, me levanto con sumo cuidado tomando mi navaja.

—¡KATHERINE ABAJO!— Grito antes de lanzarme sobre el clavando mi navaja a un costado de su estómago, me estremezco al escuchar un disparo.

Levanto mi rostro y veo  Kat aparentemente bien.

—¡CORRE!— Ella no lo piensa dos veces y la veo salir.

Mi vista vuelve a Leopoldo que aún tiene el arma en su mano, empezamos un forcejeo y logro quitarsela pero esta cae y rueda fuera de nuestro alcance.

Busco mi navaja pero cayó a mis espaldas.

Siento un golpe en mi nariz que me hace caer, rápidamente trato de ponerme en pie, el quiere alcanzar su arma, tomo mi navaja y la incrustó en su espalda girándola en la herida, suelta un grito de dolor y cae de rodillas.

La sangre empieza a salir de su espalda y cae de costado.

Escucho sirenas a lo lejos.

Me acerco lentamente con mi navaja con la intención de asesinarlo.

Lo miro desde arriba viendo su rostro sonreír a pesar de que el dolor de refleja en su rostro.

—¿Vas a matarme?

—Mereces morir— por un momento enserio estoy dispuesto a matarlo así que empuño mi navaja para clavarla en su pecho.

Pero justo cuando voy a hacerlo me detengo y la clavo en el suelo a un lado.

—No puedo hacerlo— digo suspirando.

—Debiste hacerlo— el sonido de un disparo vuelve a inundar el salón vacío haciendo eco en las paredes.

Caigo a un lado de Leopoldo sintiendo un dolor intenso en mi  costado izquierdo al pasar mi mano por allí siento el líquido espeso saliendo de una herida.

El muy idiota me disparó.

Oigo a la policía entrar, indicando a Leopoldo que suelte el arma, el parece hacer caso ya que no oye más gritos.

Todo se vuelve pesado y lento, siento una paz enorme de repente.

Intento cerrar los ojos para disfrutar la tranquilidad pero un oficial me obliga a abrirlos.

Espeta algo que no entiendo y luego veo a una paramédico atendiendo mis heridas.

Lo último que recuerdo es ver a Anna entrando a la ambulancia dónde creo que me van a trasladar al hospital, queda muy lejos el más cercano así que cierro mis ojos resignado a morir.

Este es mi fin.

...FIN...

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Señoras y señores ésta historia ha llegado ha su final.

No diré nada hasta el epílogo.

Nos vemos pronto :)

Amor De ExtrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora