⠀⠀⠀⠀「TALK 11」

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El rubio regresó unos quince minutos después con dos generosos vasos de café de una popular cafetería, le extendió el vaso que contenía un café con crema y apenas una pequeña parte de leche al castaño, quedándose él con el que venía con bastante leche, chocolate, canela y crema, y una generosa cantidad de azúcar que le había echado antes de llegar.

Se sentó junto al pelinegro, dejó de calentar una de sus manos en el vaso descartable del café para tomar la mano de su novio, encajando las piezas.

—¿Hablaron mucho? —preguntó el rubio, dándole un sorbo a su café.

El castaño abrió su boca para hablar, su labio inferior tembló y parpadeó varias veces.

—Nialler... ¿Cómo soportas esto todos los días? —murmuró.

—No lo soporto, Harry, lo tolero, son cosas distintas.

—Yo... Habló en serio, apenas llegué hace un rato y... Quiero llorar, mucho y yo... Apenas hablé con Zayn, cerré los ojos y canté todo el rato que no estuviste porque no me gusta verlo... Porque duele, me duele mucho y quiero irme porque no quiero sufrir —Harry lloraba con cada palabra.

El rubio frunció el ceño, en vez de ir a abrazar al menor, sostuvo con más firmeza y apretó un poco más la mano del pelinegro.

—Hablas de llorar como si yo no supiera lo que es, Harry, dices que te duele y sufres y que no quieres estar aquí... ¿Pero no sabes las cosas que debe pensar Zaynie? ¿No puedes pensar en un momento en él y dejar todo lo tuyo un momento?

>>Zayn puede estar dormido pero no lo trates como que no esté aquí. Él escuchó todo lo que acabas de decir, Harry. De que no quieres estar acá y que no quieres verlo... Y le duele más a él que a ti.

Y Harry sólo pudo llorar aún más, el rubio tampoco fue hacia él, por más que en un momento en serio se sintió realmente mal por él, su novio merecía más su apoyo que ese chico.

Pasaron un par de minutos hasta que el castaño finalmente se controló para limpiar por última vez su rostro, miró al rubio un momento, antes de levantarse y bajar su vista al pelinegro, con el corazón encogido al ver su pálido rostro, sus labios y sus ojeras combinaban en distintos tonos de azul algo violáceos, sus delgadas mejillas y sus marcados pómulos.

Vió el suave sube y baja de su pecho, también cómo el otro sostenía la mano izquierda del pelinegro, de forma protectora, apretando con firmeza para que ésta no escapara de su evidentemente más pequeña mano.

Con algo de duda, tomó la mano del pelinegro que estaba libre, dejó su vaso de café en el suelo, algo alejado de sus pies para no volcarlo sin querer, y sumó su otra mano para tomar la del mayor entre ambas, como si la estuviera calentando.

—Lo siento, Zayn —murmuró e intentó mirarlo a la cara, aunque no pudo, cerró sus ojos—. Lo siento también por no estar para ti, cuando lo necesitabas, antes de esto... Y cuando todo ocurrió también. Espero que cuando despiertes... Hagamos las paces y nos llevemos mejor. Espero que sea pronto, y que me perdones.

Lágrimas silenciosas recorrían el rostro del castaño.

—Zayn te perdona, Harry —dijo el rubio, sonriendo, conmovido por la actitud tan madura del menor.

Porque de todos ellos, el más pequeño de edad era el que se demostraba más maduro, el menos idiota, y al rubio le dolía porque aquel chico ni siquiera era el mejor amigo de su novio, no estaba cerca de ser uno con los que más se llevaba, y era triste que el mayor tuviera que estar dormido para que las amistades quedaran claras y cada uno mostrara su verdadero rostro.

—Creo que está sonriendo, Nialler —murmuró el castaño.

—Sí lo está haciendo, Harry. Está sonriendo por lo que dijiste, sonríe para ti.

El castaño rio con felicidad, las lágrimas acompañaron su risa, pero ya no sabía si eran de alegría o de tristeza.

Sleeptalk [Ziall]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora