Capitulo XV

21 5 0
                                    

Fue un fin de semana largo o fue corto y a mí se me hizo largo ¡diablos! ¿De qué estoy hablando? ¿Por qué no pienso con claridad? ¿Por qué tengo tantas ganas de llorar? ¿Por qué solo quiero ver a Mathias? Hablare con Alonso, él sabrá calmarme.

Abro el WhatsApp busco Alonso en mis contactos y noto que está en línea y además dice "escribiendo" ¿estamos conectados o qué?

Alexa: Te amo.

Alonso: Te amo.

Alexa: Jajajaja te gane.

Alonso: Oyé, no sé vale.

Alexa: Deja de llorar que se te arruina la pintura, payaso.

Alonso: Ja, ja, ja, muero de la risa. ¿En dónde estás? Necesito contarte algo que no te va a gustar...

Alexa: Estoy con mi familia, regreso hoy en la tarde. ¿Qué pasó?

Alonso: Hablamos mañana entonces. Es mejor hablarlo en persona... te amo pequeña, tengo que hacer unas diligencias. Que tengas un buen día.

Guardo el teléfono y más pensamientos vienen a mi mente.

***

Luther él es Mathias mi novio, Mathias el es Luther mi hermano.

Mathias sonríe de medio lado y sus ojos azules no le quitan la mirada a mi hermano como queriendo conocer cada línea de sus ojos o saber que pensaba de él al respecto.

- Un placer, Mathias Muller.

- El placer es mío cuñado, Luther Calvet.

Sueltan sus manos y la mano de Mathias va directo a rascarse la nuca. Sí, esa bendita mañana que tiene cuando está nervioso.

- Y bueno, espero estés cuidando muy bien de mí pequeña ¡eh! Porque vamos a tener problemas si la veo llorar por ti.

Mathias ríe nervioso y asiente.

***

Pensar en eso me hace querer volver al pasado, cuando no pensaba en nada. Solo estaba bien y ya, no tenía preocupaciones como ahora... ya este año me graduó y todo eso me tiene en otro mundo, no pensaba en nada si no de que ya sea la hora de salir directo a la universidad y ahora viene Mathias con esto.

Oigo que pegan gritos, pero no logro escuchar para quienes son. Me levanto a duras penas, arrastrando mis pies con medio zapato a fuera y lo demás que queda adentro del pie. Sigo mi camino oyendo esa voz que no deja de pegar aquellos gritos y ya cuando estoy a unos metros escucho claramente.

- ¡ALEXA MUEVELO QUE NOS VAMOS!

Suelto una maldición para mis adentros y me agacho de golpe acomodarme los zapatos, me acomodo el pantalón, ahora voy por la camisa que esta toda torcida y no pienso en mi cabello... bueno, nunca pienso en él. Voy corriendo a montarme en el carro cuando paso por un espejo y veo mi greñudo cabello hecho un desastre.

- ¡Maldición doy asco!

Digo viéndome en aquel espeluznante espejo. Sí, espeluznante porque se trataba de ver mí reflejo.

Hago el intento de peinarme con los dedos, pero es algo imposible.

- Esto no tiene remedio.-Digo de nuevo viéndome con una cara de asco.- Me peino en el carro.

- ¡ALEXAAAAAAA!

¡Oh por dios! Ya mi madre se va a quedar sin voz. Corro sin parar hasta llegar a mi destino. Me despido con besos y abrazos hasta llegar a mi hermano que me ve con unos ojos tristes que me contagian.

Recordar no es tan malo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora