Fue un fin de semana largo o fue corto y a mí se me hizo largo ¡diablos! ¿De qué estoy hablando? ¿Por qué no pienso con claridad? ¿Por qué tengo tantas ganas de llorar? ¿Por qué solo quiero ver a Mathias? Hablare con Alonso, él sabrá calmarme.
Abro el WhatsApp busco Alonso en mis contactos y noto que está en línea y además dice "escribiendo" ¿estamos conectados o qué?
Alexa: Te amo.
Alonso: Te amo.
Alexa: Jajajaja te gane.
Alonso: Oyé, no sé vale.
Alexa: Deja de llorar que se te arruina la pintura, payaso.
Alonso: Ja, ja, ja, muero de la risa. ¿En dónde estás? Necesito contarte algo que no te va a gustar...
Alexa: Estoy con mi familia, regreso hoy en la tarde. ¿Qué pasó?
Alonso: Hablamos mañana entonces. Es mejor hablarlo en persona... te amo pequeña, tengo que hacer unas diligencias. Que tengas un buen día.
Guardo el teléfono y más pensamientos vienen a mi mente.
***
Luther él es Mathias mi novio, Mathias el es Luther mi hermano.
Mathias sonríe de medio lado y sus ojos azules no le quitan la mirada a mi hermano como queriendo conocer cada línea de sus ojos o saber que pensaba de él al respecto.
- Un placer, Mathias Muller.
- El placer es mío cuñado, Luther Calvet.
Sueltan sus manos y la mano de Mathias va directo a rascarse la nuca. Sí, esa bendita mañana que tiene cuando está nervioso.
- Y bueno, espero estés cuidando muy bien de mí pequeña ¡eh! Porque vamos a tener problemas si la veo llorar por ti.
Mathias ríe nervioso y asiente.
***
Pensar en eso me hace querer volver al pasado, cuando no pensaba en nada. Solo estaba bien y ya, no tenía preocupaciones como ahora... ya este año me graduó y todo eso me tiene en otro mundo, no pensaba en nada si no de que ya sea la hora de salir directo a la universidad y ahora viene Mathias con esto.
Oigo que pegan gritos, pero no logro escuchar para quienes son. Me levanto a duras penas, arrastrando mis pies con medio zapato a fuera y lo demás que queda adentro del pie. Sigo mi camino oyendo esa voz que no deja de pegar aquellos gritos y ya cuando estoy a unos metros escucho claramente.
- ¡ALEXA MUEVELO QUE NOS VAMOS!
Suelto una maldición para mis adentros y me agacho de golpe acomodarme los zapatos, me acomodo el pantalón, ahora voy por la camisa que esta toda torcida y no pienso en mi cabello... bueno, nunca pienso en él. Voy corriendo a montarme en el carro cuando paso por un espejo y veo mi greñudo cabello hecho un desastre.
- ¡Maldición doy asco!
Digo viéndome en aquel espeluznante espejo. Sí, espeluznante porque se trataba de ver mí reflejo.
Hago el intento de peinarme con los dedos, pero es algo imposible.
- Esto no tiene remedio.-Digo de nuevo viéndome con una cara de asco.- Me peino en el carro.
- ¡ALEXAAAAAAA!
¡Oh por dios! Ya mi madre se va a quedar sin voz. Corro sin parar hasta llegar a mi destino. Me despido con besos y abrazos hasta llegar a mi hermano que me ve con unos ojos tristes que me contagian.
ESTÁS LEYENDO
Recordar no es tan malo.
Teen FictionY es aquí donde Alexa empieza a relatar su historia, su vida. Tiene miedo de olvidar todo, de ¿quien es? ¿por qué es como es? ¿por qué no suele creer en nadie? ¿por qué tuvo que madurar tan rápido? Así que fue contando la transición tan complicada...