Capitulo XIII

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Estar aquí en el hospital no es tan divertido... ya estoy aburrida de ver las mismas cuatro paredes blancas y los mismos cinco canales.

***

Listo, presente, ahora a casa... me comenzó a doler la garganta y ya no aguanto el dolor de cabeza.

- ¡Alexa!

Escucho una voz a lo lejos. Me estoy sintiendo más débil de lo debido, ya la vista se me torna borrosa. Tengo que bajar estas escaleras lo más rápido posible si no rodare en ellas.

- ¡Alexa cuidado!

¿Cuidado? Pero ¿con qué? Y ¿por qué me gritan tanto? ¿Quién me habla? Veo a todos lados y no hay nadie.

Al terminar de tornarme a mi misma aquellas preguntas sin respuesta. Ya no tengo una vista fija, todo se vuelve nubloso...

***

Me diagnosticaron amigdalitis; por eso era el dolor de garganta y la fiebre súper alta.

Cuando me desmaye me trajeron de emergencia al hospital porque no me desperté en aquel momento y supuestamente estaba hirviendo de la fiebre. Me hospitalizaron porque tengo las defensas muy bajas y me están colocando suero... como odio las inyecciones. No soy como esas personas que se colocan de un dramático por aquello, yo solo veo a otro lado y me aguanto mi dolor.

Coloco música a todo volumen y P!nk nubla aquella habitación con "So what" escucho que tocan la puerta, bajo el volumen. No me dejan ni escuchar aquella diosa del pop.

- ¿Cómo se siente mi princesa?

- Mejor papá. ¿Cuando me voy de esta cárcel?

El ríe entre dientes y me empieza acariciar la nuca.

- Pronto pequeña. Tu hermano llamo y está preocupado por ti escríbele. Habla un poco con él.

- Vale.

Él sale de la habitación y me dedica una hermosa sonrisa aunque no tan perfecta.

Agarro mi teléfono y un suspiro sale de mí en aquel momento.

Alexa: Hola pequeño saltamontes. Ya estoy mejor, ya me quiero ir de aquí.

Luther: Hola mi pequeña. ¿Estás segura qué ya estas mejor? O ¿solo lo dices para que me deje de preocupar?

Alexa: Ya estoy mejor... este lugar lo detesto.

Luther: Me imagino que las inyecciones te tienen de un bello esos brazos jajajajaja

Alexa: Ja ja ja que graciosito ¡eh! Por acá montaron un circo cerca, si quieres vienes a meter el currículo. Para que trabajes como payaso.

Luther: Si va. Pero tú metes el currículo para enanos.

Alexa: Jajajaja te amo.

Luther: Te amo más princesa.

Me recuesto un rato para dormir porque no puedo hacer más nada en estas cuatro paredes, si no es ver al techo, prender y apagar el televisor y cuando ya estoy en extremo aburrimiento me coloco a jugar con la camilla. Ya que es de esa que suben y bajan cuando presionas un botón.

Tocan la puerta y digo entre dientes.

- ¿Ni dormí me dejaran? - Ruedo los ojos respiro profundo y termino diciendo. - Pase.

- Hola nena.

Le regalo una sonrisa de medio lado al ver al chico que me cambia de ánimos en un dos por tres. Él ve mi brazo derecho y nota como esta todo morado por tantas inyecciones.

- Ay nena... noto que te han maltratado un poco.

- Solo un poco... - Digo en un hilo de voz.

Me da un beso en la frente hasta que logro recordar que escuche una voz llamándome antes de que pasara lo sucedido.

-Mathi... ¿de casualidad tu me llamaste cuando iba bajando las escaleras?

- No... ¿Por qué?

- Amm... creí que alguien me había llamado.

¿Entonces quien me llamo? Quizás fue un síntoma por lo mal que me sentía y comencé a escuchar voces.

Mathias me contó todo lo que paso, apenas termine de bajar las escaleras me desmaye y no me lograron despertar por eso me trajeron de emergencia al hospital. Me comento que lo que era Brianna y Alonso se preocuparon mucho y si les daba tiempo venían a visitarme, ya que Mathias pidió un pase para poder faltar a clases y venir a verme.

Luego de hablar con mí chico por horas y la verdad es que no me di cuenta en qué momento paso tanto tiempo. Se comienza a despedir de mí.

- Me avisas cuando llegues nene.

- Claro que si nena.

Él sale y los recuerdos vienen a mi mente.

***

- No Alexa no me vas a ganar en este juego.

- Pero si lo juego mejor que tú.

- No, no, no. Yo soy el mayor y siempre el mayor es el que gana.

- Pero... - Hago puchero. - ¡Listo gane!

- ¡OYE! Te dije que no me ganaras.

Y me comienza hacer cosquillas por doquier, no puedo dejar de reírme, esto se apodera de mí.

- Déjame Luther. - Logro decir entre risas. - ¡Mamáááaá! Y él no para.

- ¿Cual es el escándalo? - Dice mi madre con voz firme.

- Mamá Luther no me deja de hacer cosquillas porque le gane jugando Need For Speed.

Mi mamá ríe ante aquel comentario y ve a mi hermano.

- No puedo creer que una niña de seis años le gano a su hermano de quince años jugando eso.

Y las risas se apoderan de toda la casa.

***

Suspiro y seco las lágrimas que comienzan a caer por mis pómulos. ¿Por qué últimamente estoy volviendo tanto al pasado? 

Recordar no es tan malo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora