Capítulo 5: Vol 0: Manada

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Sus ojos se abrieron lentamente, durante un breve instante todo lo que vio eran sombras, en el primer momento en que la luz hizo contacto con sus ojos su cerebro pareció reaccionar, sintió como si le hubieran dejado caer una avalancha encima, podía asegurar que varios de sus huesos quedaron destrozados debido a los acontecimientos del día anterior.

El circuito que había creado desapareció hace ya mucho tiempo, la energía en su interior estaba tan dispersa que dudaba que en su estado actual pudiera serle muy útil, giro un poco en la superficie rocosa en la que se encontró recostado, no tenia ni idea de donde se encontraba y el dolor que estaba sintiendo no ayudaba mucho a su cerebro para pensar.

Comenzó a reincorporarse con lentitud mientras sentía como la bilis le subía a la garganta, paso con dificultad el repugnante líquido mientras lograba ponerse de rodillas, palpo con lentitud la superficie en la que se encontraba mientras buscaba con sus cansados ​​ojos cualquier indicio que le indicara dónde se encontraba.

El lugar en el que actualmente residía era una cueva, nunca había estado en una por lo que solo tenia como referencia lo que el viejo le había dicho sobre ellas, en realidad se podía decir que este idiota no sabía casi nada del mundo que lo rodeo , perder todos sus recuerdos para luego ser criados en el bosque tal vez tubo algo que ver con eso.

Estaba oscuro apenas y podía distinguir las sombras de algunas de las rocas que sobresalían del lugar, sus sentidos todavía no estaban totalmente recuperados y eso afecto en gran parte su percepción del entorno que lo rodeaba, su aturdida mirada siguió inspeccionando el lugar hasta que sus orbes dorados se cruzan con las rojas.

Ahí parado enfrente suyo se encontró el Grimm con el que se había cruzado justo antes de perder la conciencia, sin hacer movimiento alguno sus brillantes ojos rojos no se separaron de los suyos, extrañamente ninguno de sus sentidos entro en alerta, lo único que hizo fue mantener la mirada con la bestia.

"Hola" Las palabras salieron de su boca con tanta naturalidad que incluso el Grimm pareció desconcertado "¿Tú me trajiste aquí?" Realizo la pregunta que le había estado rondando por la mente.

La gran bestia solo soltó un pequeño rugido a cambio con la intención de mostrarle al mocoso quien era el ser superior en estas interacciones, lástima que la criatura no conto con la increíble estupidez y bajas habilidades sociales del chico.

"Supongo que eso es un sí" Una sonrisa tonta se deslizo por los labios del chico "Que raro el viejo me dijo que ustedes eran malos" Adopto una pose de consideración para gran irritación del Grimm "Pero si me salvaste eso quiere decir que eres bueno, ¿verdad?" El nivel de estupidez o ignorancia del mocoso fue casi aterrador.

"Grrr" Esa fue la única respuesta de la cansada bestia.

El Grimm se levantó de la superficie rocosa de la cueva mientras comenzaba a dirigirse a la salida del lugar, en lo que a la criatura se refería su trabajo ya estaba hecho, el mocoso estaba vivo y con eso asegurado podría regresar a su clásica rutina de eliminar a los humanos y un que otro de sus compañeros de especie.

Después de todo un Grimm no obtiene el título de Alfa solo por exterminar la plaga humana, sino que también por bañarse en los restos de aquellos iguales a ellos, nos es que a la bestia le importara, mas fuerza significaba que podría bibliotecar cualquier batalla con facilidad, con la pequeña pisca de inteligencia que había obtenido tras vivir tantos años solo le había venido un único objetivo en su vacía existencia.

Vivir una vida tranquila.

Claro tan tranquila como podía ser la vida de una criatura de pesadilla cuya necesidad básica es eliminar vidas humanas, pero ese no era el punto aquí, siguió su caminata con normalidad y salió de la cueva donde había llevado al chico tras su pequeño encuentro el día anterior.

Destino: Cazador sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora