Rasco con cansancio la mugre que se comenzaba a acumular en su cabello, el piso en el que se encontraba sentado era bastante frio en comparación a la normalmente cálida hierba del bosque en el que había pasado toda su vida, las cadenas que se encontraban envueltas en sus muñecas y talones restringían sus movimientos en gran medida.
La celda en la que se encontraba estaba aislada del resto de prisioneros del lugar, otra de las cosas que lo diferenciaba de ellos era que él se había metido aquí de forma voluntaria, y si era sincero hasta el momento creyó que había sido la mejor decisión de su vida.
Claro estar encadenado y asilado en un pequeño cuarto totalmente sellado por barrotes podía ser visto como una desventaja, pero si se enfocaba en las ventajas que representaba su estado actual como esclavo de la familia Ainsworth en realidad en estos momentos estaba viviendo en mejores condiciones que cuando era libre.
Se le alimentaba con poca comida, ese hecho no le importo mucho, después de todo el alimento que se le daba era de lejos lo mas decente que había comido en toda su vida, otra cosa a tomar en cuenta es que por primera vez desde que tiene memoria no ha tenido que estarse preocupando por quedarse mucho tiempo en un solo lugar.
Al estar "cautivo" todas las personas que buscaban acabar con su vida le perdieron el rastro por lo cual no tenia que preocuparse por ser encontrado y emboscado por sus enemigos, así que al menos de momento la decisión de convertirse en un esclavo le había salido sorprendentemente bien.
Mientras divagaba como le era costumbre, alguien comenzaba a acercarse a la puerta blindada que conducía a su celda, los pasos resonaban contra el suelo de concreto a la vez que el familiar ruido de las ruedas girando comenzaba a llegar de manera lenta a sus oídos.
Cuando la gran lamina de metal crujió contra las bisagras finalmente fue despertado de sus divagaciones, la luz choco contra sus ojos dorados de manera repentina provocando que los entrecerrara, no pudo ver de nuevo hasta el momento en que la gran pueta que bloqueaba la entrada al lugar fue cerrada de nuevo.
Con lentitud pudo distinguir la figura femenina que se había estado encargando de provocar los ruidos de hace unos momentos, cuando los ojos morados se encontraron con los dorados todo el sonido se corto de repente, ninguno dijo nada, habían repetido esta rutina durante tanto tiempo que no tuvieron que hacerlo.
El silencio como casi siempre fue roto por la hermosa mujer frente a él.
"¿De nuevo despierto a mitad de la noche?" Su armoniosa voz alejo cualquier tensión en el ambiente "Deberías descansar más" Comenzó a buscar entre las llaves en su cintura la designada para abrir su celda "Emiya" El sonido de su nombre todavía sonaba extraño incluso para él.
La mujer frente a él estaba vestida con un uniforme de sirvienta perfectamente cuidado y planchado, en sus manos se encontraba alojado el tubo de metal que empujaba la carretilla la cual provocaba el ruido de las ruedas que había perturbado sus divagaciones.
"Nunca me ha gustado dormir" La indiferencia como siempre se mantuvo en su ronca voz "Pero agradezco el consejo" Descarto la reprimenda que vino de la mujer y espero a que ella continuara.
Un par de risitas escaparon de los labios de la otra persona presente en la habitación, mientras continuaba burlándose de la poca habilidad social del chico comenzó a sacar el contenido que había estado transportando con su carretilla, un pequeño plato acompañado por una vieja cantimplora fueron colocados en una bandeja que poco después fue empujada hacia su celda.
"Dejando de lado tus malos hábitos" El claro sentimiento de disgusto hacia sus malas costumbres nunca abandono sus palabras "Aquí tienes la cena" Apunto con entusiasmo la bandeja que ahora estaba frente a el "La señorita Angelica considero que era buen momento para que comas" El nombre de su jefa salió con algo de desgana por parte de la mujer.
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Destino: Cazador sin nombre
FanficForjado en las llamas del incendio que marco su existencia. El humano que fue antes de esa noche quedo consumido por las llamas malditas provocadas por un conflicto ajeno a él. Sin nada ni nadie lo único que lo mantiene caminando es la promesa que h...