Capítulo 4

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La mañana siguiente llegó demasiado pronto para el gusto del mago, su sueño se había visto plagado e interrumpido por constantes pesadillas donde era testigo de cómo cierto osito sufría destinos terribles donde él solo podía ser espectador más no interventor por más que lo intentara y vaya que si lo intentó.

Abrió los ojos una vez más, mirando al techo de su habitación en silencio por unos minutos, intentando 'despertar' en su totalidad, ni sus noches de insomnio le dejaban tan cansado como ahora mismo una noche de pesadillas lo dejó; Se sentó, tomando un profundo respiro que se volvió errático al escuchar el timbre de mensaje de su celular en la mesa de noche.

Tomó con prisas el aparato, casi tirándolo, pero era lo que menos le interesaba de momento, encendió la pantalla con esperanzas de que ese mensaje que timbró, fuera de Rubius, pero no, era un mensaje de Luzu en el chat grupal donde les daba los buenos días a todos; Vegetta gruñó un poco molesto al no ser lo que esperaba, respondió al saludo de su amigo y volvió a revisar el chat privado entre él y el oso, pero sus mensajes de anoche seguían sin ser ni recibidos, ni leídos y mucho menos respondidos, sus fallidas llamadas tampoco habían sido devueltas.

Tiró con fuerza y enojo el celular a un lado de la cama y se pasó las manos que le comenzaban a temblar por el cabello, desordenandolo y deslizándolas hacia abajo hasta tapar su rostro donde soltó un grito, un alto grito lleno de frustración que resonó con eco por los grandes pasillos de su hogar.


- ¡¿POR QUE LECHES NO RESPONDE?! ¡¿POR QUE LECHES ME ESTOY COMIENDO LA CABEZA CON ESTO SI SEGURO ESTÁ BIEN Y SIENDO UN BOBO Y UN PEREZOSO EN SU CASA?! ¡¿POR QUE COJONES ME IMPOR-...! - se calló al darse cuenta de que estaba comenzando a insultar, eso sólo pasaba cuando se salía de control emocionalmente hablando, suspiró de nuevo y soltó otro grito frustrado hasta que la garganta le hormigueó, ¿cómo es que ese rubio lo hace salirse de sus casillas hasta cuando NO está?


- Ya está, él es grandecito y sabrá que hace, ya se comunicará cuando SE LE DE LA GANA, ¡YO TENGO COSAS QUE HACER QUE ESTARME PREOCUPANDO POR UN TONTO! – remató con dicho grito y se paró con el ceño fruncido dispuesto a lavarse y vestirse para comenzar otro día más.


Se decidió a continuar con la construcción de la última sala que faltaba para que su castillo estuviese completo. Poco a poco la acción de construir lo fue consumiendo como era habitual en él, los pensamientos de preocupación hacia el rubio pasaron a segundo plano por un rato en lo que contaba bloques faltantes o restantes; Habían pasado las horas sin él sentirlas o percatarse y estaba colocando un candelabro cuando escuchó llamaron a su puerta, terminó de acomodar y se bajó de un salto, secándose el sudor de la frente y satisfecho porque había por fin terminado la sala, ya sólo era amueblar, pero ya era lo de menos.

Abrió su puerta para encontrarse con Alexby, Luzu y Mangel, aparentemente ya era poco más del medio día, aunque no sabría decirlo con exactitud porque estaba cayendo terrible nevada, los dejó pasar a los tres que se veían prácticamente congelados de semejante frío.


- Fua chavales menuda nevada está cayendo ¿Qué hacían afuera? - no le cabía en la cabeza que alguien eligiera salir voluntariamente con ese clima


- Estábamos revisando en el pueblo si todo estaba en orden cuando nos tomó por sorpresa la nevada Vegettoide – dijo Luzu, sacudiendo un poco de nieve de su capucha, los otros dos asintieron, confirmando lo que dijo el mayor

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