«¡Emma, arriba se te hará tarde para ir a la escuela muchacha!»
Aquel dulce grito era el mismo cada mañana, sabia bien que no debia protestar, por lo que en silencio salí de la cama y caminé en dirección al baño.
Luego de bañarme, vestirme y ordenar mi bolso para el día de hoy salí de la habitación y bajé las escaleras hacia la primera planta de la casa, donde estaban todos corriendo de un lado a otro ya que al parecer todos se habían quedado dormidos hoy, saqué algo del refrigerado para ir comiendo en el camino y salí de aquel lugar mientras me colocaba los audífonos para también acompañar mi caminata a la escuela con algo de música.
Caminé un par de manzanas hasta llegar a la escuela, al entrar al edificio caminé rápidamente a refugiarme debajo de una de las escaleras ya que aun faltaban diez minutos para el ingreso a la primera clase. Para mi sorpresa, al llegar allí ya se encontraba alguien más, un muchacho al que no había visto antes, muy probablemente un alumno nuevo—¿Disculpa?—Comenté a la vez que aclaraba mi garganta.
—¿Que?— Respondió con algo de molestia en su tono de voz.
—¿Te molesta si me siento aquí? Normalmente vengo aquí todos los días.—Respondí de mala gana.
—Me da igual.— Contestó.
—Está bien, como sea.— Respondí una vez más para luego sentarme y sacar un cuaderno para dibujar
—¿Que haces?— Comentó con curiosidad manteniendo su expresión de molestia.
—Nada.— Respondí cerrando el cuaderno regresandolo al bolso.
Minutos más tarde se escuchó por todo el edificio el timbre que indicaba a los alumnos que debían ingresar sus respectivos salones de clases.
Me levanté mientras acomodaba mi ropa y luego cerraba mi bolso para mas tarde continuar mi camino hacia mi salón.—¡Hey! Necesito hacerte una pregunta.— Exclamó el muchacho bajo las escaleras.
—¿Que necesitas?—Pregunté mientras volteaba a verlo alzando unas de mis cejas.
—¿Sabes cual es el salón de tercer año? Soy nuevo y no conozco el lugar.—Comentó con un poco menos de molestia.
—Así es, de hecho para allá voy.—Respondí.
—Excelente.—Comentó.
—Está bien, sigueme, no está muy lejos.—Comenté.
Subimos un par de escalones y caminamos por los pasillos hasta llegar al salón. Una vez allí caminé hasta uno de los lugares libres, los cuales normalmente se encuentran al final de cada fila como en esa ocasión.
Nuevamente abrí mi bolso y saqué el cuaderno de la asignatura de la primera clase.—Buenos días y bienvenidos alumnos.—Exclamó el profesor.
En respuesta a eso, todos los alumnos le respondimos con un lento y desganado saludo.
—Bueno alumnos, esta jornada la inciaremos dandole la bienvenida a su nuevo compañero. Su nombre es Andrew Evans y viene de Ohio. Por favor, ven aquí muchacho.
No se hizo esperar y de inmediato entró Andrew Cabizbajo acercándose al profesor sin emitir ningún comentario.
—Bueno Alumnos,el es Andrew, tiene dieciséis años y acaba de mudarse a la ciudad, espero que lo reciban como a uno mas de nosotros.—Informó el profesor.
El profesor le pidió a Andrew que tomara asiento en cualquier lugar que estuviese libre, luego de observar durante unos segundos comenzó a caminar hacia mi. Mientras miraba a mi alrededor mi vista se detuvo en el suelo, el gracioso de la clase tenía el pie listo para hacer tropezar a Andrew.
En esta ocasión no permitiría que alguien iniciara su primer día así, yo fui una de las idiotas que cayó en esa trampa
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Infinitos [EDITANDO]
Художественная прозаDe la debilidad al poder -Historia comenzada como fanfic que cambió de rumbo.