Guía Para Principiantes De Como Seguir Adelante

[ XLIV ] Tiemble hasta que esté caliente otra vez

 Notas del autor

Jiang Cheng se equivoca (como de costumbre) y conduce a algunas... revelaciones interesantes.

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Jiang Cheng puede sentir al otro hombre temblando. Temblores de cuerpo completo que lo sacuden donde está presionado contra Jiang Cheng, su rostro contra el hombro de Jiang Cheng. No puede ser cómodo; Lan XiChen es una o dos pulgadas más alto que él, y los brazos de Jiang Cheng se colocan torpemente alrededor de su torso para que los brazos del hombre queden aplastados a los costados.

Entonces lo siente. También lo oye. Una humedad filtrándose a través de la tela de su manga, tirones amortiguados de aliento, tranquilos y ahogados sollozos. Amortiguados, pero ahí.

Lan XiChen está llorando.

El estómago de Jiang Cheng cae al fondo y algo se retuerce en su pecho que se siente como si fuera su corazón. Oh diablos. Lan XiChen está llorando. Ni siquiera es la primera vez que Jiang Cheng lo ve, y no es tan enfermizo que haya visto al siempre optimista y siempre sonriente líder de la secta Lan derramar lágrimas no una sino dos veces, pero esto es infinitamente peor que verlo limpiar discretamente sus ojos. Porque ahora está sollozando en el hombro de Jiang Cheng, lo suficiente como para que su maldita manga esté mojada, y Jiang Cheng no sabe cómo arreglar esto.

Demonios, él ni siquiera sabe cómo comenzó esto. En un momento estaban entrenando, y se sintió absolutamente increíble, en la cima del mundo, y se dio cuenta de que el otro hombre estaba experimentando la misma adrenalina. Y luego simplemente se fue. Sus ojos se quedaron vacíos, y Jiang Cheng ha visto a suficientes personas con cicatrices permanentes de guerra para reconocer cuando alguien está en algún lugar fuera de su cuerpo, viendo algo diferente a lo que está frente a ellos.

Lan XiChen se había hundido como una marioneta a la que le cortaron los hilos, y si Jiang Cheng no hubiera reaccionado, no lo hubiera atrapado a tiempo, habría golpeado el suelo y se habría quedado flácido como un muñeco de trapo. Se tiró al suelo como si no le importara haberse caído, y probablemente haya algún tipo de metáfora allí que Jiang Cheng es demasiado tonto para captar, pero todo lo que sabe es que está mal.

¿Qué carajo se supone que debe hacer?

El otro hombre deja escapar otro sollozo estremecedor, y Jiang Cheng empuja su pánico al fondo de su mente, ignorando con firmeza la voz persistente que le recuerda que es una mierda para consolar a la gente.

No se trata de ti, se dice a sí mismo con severidad. Sin embargo, la voz tiene razón. Pregúntale a Jin Ling. La mitad del tiempo que había tratado de calmar los rasguños y moretones de la infancia de su sobrino terminó haciendo que el niño llorara más fuerte. Y lo que sea que tenga a Lan XiChen sufriendo tan obviamente en este momento, no es una maldita rodilla raspada.

Jiang Cheng le da palmaditas en la espalda al mayor con una mano, de la manera más tranquilizadora e incómoda que puede. Por un tiempo, simplemente se quedan ahí parados así. Las piernas del líder de la secta más alto son gelatina, piensa Jiang Cheng, porque sus rodillas todavía están torcidas y es un peso muerto apoyado en Jiang Cheng, quien es el único que los mantiene a ambos erguidos en este momento. Es incómodo como ninguna otra cosa, pero no puede moverse. No ahora.

Eventualmente, el otro hombre vuelve a poner sus pies temblorosos debajo de él. Se pone de pie usando el brazo de Jiang Cheng como apoyo y retrocede lentamente, frotándose la cara inútilmente con el extremo de una manga ancha.

Ahora que ya no está enterrado en el hombro de Jiang Cheng, finalmente puede ver bien la cara de Lan XiChen. Es obvio que ha estado llorando. Sus mejillas están húmedas, esos ojos ámbar vidriosos con un brillo de lágrimas, y hay un pliegue en su frente donde presionó demasiado contra la costura de la túnica de Jiang Cheng.