i'm sure that you got a wife out there.

576 62 19
                                    

Suposiciones.

Las suposiciones tenían la capacidad de ser la parte más dolorosa de ver irse a alguien a quien querías.

"¿Por qué?" "¿qué fue lo que hice mal?" "¿es mi culpa?"

Esas eran algunas de las preguntas que venían acompañadas de las suposiciones: siempre catastróficas; siempre en culpa propia.

Suponer había causado uno que otro conflicto entre su grupo de amigos. Existían muchas formas en que podían ser alimentadas y crear problemas de comunicación.

Por ejemplo, aquella vez en la que Kazutora había pasado dos días durmiendo en el reducido apartamento de Peh-yan solo porque había asumido que Chifuyu no lo querría cerca después de haberse peleado por una tontería a la que las suposiciones habían elevado de categoría.

Al final, ambos habían asumido los pensamientos del otro y una buena charla acompañada de acciones habían solucionado el problema.

Mikey pasaba por algo similar, solo que sin el final feliz, viviendo casi una década a base de suponer lo que Draken estaba haciendo con su vida y las razones que había tenido para alejarse de él.

El problema de las suposiciones de Mikey era que las cambiaba por afirmaciones.

Después de la muerte de Emma y la paliza que había recibido por parte de Draken, la que supuestamente merecía, se sentía capaz de afirmar que Draken jamás sería capaz de dirigirle la palabra nuevamente.

Pareciera no haberse equivocado.

Luego, después de años de pasar las fiestas decembrinas y el año nuevo juntos cuando eran jóvenes, podría jurar que Draken lo odiaba lo suficiente como para no plantarse en su casa ni invitarlo a la suya, por lo que había optado por no enviarle ningún mensaje.

De nuevo, no supo nada de él en esas fechas. Y a pesar de los ruegos imparables de sus amigos para pasar esos días juntos, no había accedido a ir a ninguna porque seguramente habían invitado a Draken y con todo lo ocurrido no estaba de humor para aquello.

Mikey tampoco, así que no había asistido a ninguna reunión de sus viejos compañeros de la Toman por dos años enteros. Eso hasta que para la navidad del 2006 había decidido que quizá no era mala idea tener un poco de compañía.

Por supuesto, Draken no estaba ahí.

Con tales hipótesis, parecía hasta razonable que Mikey cambiara sus suposiciones por afirmaciones.

Lo que Mikey no sabía es que las suposiciones alimentaban los problemas en ambos canales de comunicación y no solo en uno, así que no pensó conveniente decírselo a su terapeuta cuando había optado por ir en la primavera del 2007.

Los detalles de su relación con Draken los había guardado en lo más profundo de su corazón, solo para él.

No quería escuchar a alguien opinar de ello; no quería que un desconocido le dijera que estaba equivocado. ¿Cómo podría? Había dejado morir a su hermana menor y el primer amor de su mejor amigo. No se merecía superarlo, o hacer las pases con eso.

Lo que merecía era recordarlo cada instante de su vida. Ese era su auto castigo.

Y por eso seguía estancado.

Rememoraba ese día a cada instante; le daba vueltas a las palabras de Draken y se llenaba la cabeza de todas las cosas que pudo haber hecho para evitarlo.

Si tan solo hubiera logrado una, Emma seguiría con vida y Draken seguiría a su lado. Incluso si no era de la forma en que Mikey quería.

Era por eso que ahora, casi diez años después, Mikey podía asegurar que Draken sí que había pasado página y era feliz. Seguramente tenía una esposa y una familia a la que atender, importándole más que poco la tontería adolescente que fue alguna vez ser un pandillero, o bien, reconciliado con la idea de perder a su primer amor.

right where you left me | drakeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora