⚠️ Advertencia.
Mención de ataque de ansiedad y comportamiento autolesivo.⚔️
Mikey se preguntaba si dejaría de ser incómodo en algún momento.
Al menos en su totalidad.
Él, quien por varios años había sido tachado de desvergonzado y sin sentimientos, incómodo por una conversación; por sentirse vulnerable.
No era una conversación cualquiera, sin embargo, ni tampoco era una persona cualquiera. Incluso si Draken había sido su mejor amigo de la adolescencia, diez años de indiferencia habían hechos los estragos suficientes en ambos y en su relación como para tener alguno que otro silencio incómodo.
Era aún más raro que Draken quisiera llenar cada uno de ellos. No como si intentara huirles, sino como si creyera que su existencia le robaba tiempo para hablar con Mikey.
Se tomaba su tiempo para ello, sin embargo, como si también quisiera evitar interrumpirlo o acortar los segundos que se tomaba para procesar algunas cosas.
Era difícil.
Y por supuesto que Mikey sabía las razones que lo orillaban a estar incómodo; comprendía que era una sensación que el pensamiento de 'era mi mejor amigo' quería opacar, pero si iban a resolver el problema debía dejarse sentir y tomarlo como lo que era, sin forzarlo.
Ya se había contenido lo suficiente, aunque no sabía si los demás podrían decir lo mismo.
Le había costado su tiempo no llorar al primer recuerdo, o no relacionar a Draken con Emma cuando los había perdido el mismo día. Era inevitable pensar en uno sin hacerlo con el otro, sobre todo cuando lo sucedido con Draken era un efecto secundario.
Que sus amigos lo hubieran visto explotar una que otra vez por sentir no significaba que supieran hasta qué punto las cosas lo atormentaban día, tarde y noche.
Algunas cosas no cambiaban, y que Mikey hubiera aprendido a sobrellevar la necesidad de mostrarse siempre inquebrantable no lo hacía el mejor expresándose.
Pese a ello ahí estaban ahora, sentados en el pequeño escalón afuera del dojo. En su casa.
Dios.
Se sentía nostálgico y a la vez tan natural tener a Draken ahí. Recordaba aquellas veces en que se habían quedado platicando de cualquier cosa toda la noche, planeando lo siguientes movimientos de la Toman o simplemente conociéndose.
Una de las cosas que más extrañaba era eso: conocerlo. Y a lo mejor las personas cambian y dejan atrás, pero una parte de Mikey ansiaba saber qué cosas relacionadas a Draken seguían intactas. Mejor dicho, si las cosas que lo habían hecho quererlo de la forma en la que lo hacía todavía estaban ahí.
Sonaba, en parte, contradictorio. Pero eran pensamientos tan involuntarios como en los que directamente se culpaba de sus pérdidas. Ambos dolían.
¿Podían realmente culparlo? Diez años pensando que lo odiaba la persona que ahora no podía dejar de pedirle perdón cada tres palabras, misma a la que se había obligado a no acercarse pese a lo mucho que lo extrañaba.
De forma que él había ofrecido su casa para seguir conversando, una vez que el cielo había cambiado de tonalidad producto del tiempo y no sabía si seguir sentados en aquella banca del parque sería lo más conveniente. Entre ello, un par de detalles que desconocía pero para él eran importantes fueron revelados.
Primero, la afición de Draken por la mecánica se convirtió en su trabajo formal, y aunque la unión era algo extraña puesto que nunca les vio interactuar mucho, Inupi era su mano derecha.
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right where you left me | drakey
FanficLos amigos se separan. Los amigos se casan. Extraños nacen y extraños son enterrados. Las modas cambian y los rumores vuelan, pero Mikey sigue exactamente donde Draken lo dejó ese 14 de noviembre de 2003. 🗡️ historia corta. 🗡️ inspirada en la...