1. Primer Hijo

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Por B.B. Asmodeus.

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Fandom: How To Train Your Dragon (Películas y libros).

Parejas: Hiccup/Toothless; Humano/Dragón + OC.

Resumen: Furious II no podía ser más diferente que su antecesor, aun si este no lo quisiera.

Rating: General.

Categoría: Futurefic/AU. Fusión con trama de los libros. Romance, Fluff, con algo de Suspenso. ¿Crack? Quizás.

Nota Importante: Respuesta al Reto #7 de Caldo Toothcup para el Alma: ¡Toothcup Lives, Bitches!

Published: 06-05-15, Updated: 07-10-15
Chapters: 4, Words: 3,989

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1.

La primera vez que Hiccup se percató de tener una nueva familia.

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Furious II no podía ser más diferente que su antecesor, aun si este no lo quisiera.

"¿Qué pasa, pequeño?" Hiccup le susurró al pequeño Night Fury acurrucado a su lado. La fogata de la habitación perduraba con su iluminación y calor. "¿Extrañas a la lagartija?"

Ojos azules se agrandaron en sorpresa al escuchar los relámpagos de la tormenta rugiendo afuera. Hiccup rio, algo pícaro. Furious era tímido, más no temeroso. Para ser una cría de cuatro meses, tenía un temperamento bastante sereno. Sin embargo, había momentos especiales como este, donde sólo frente a Hiccup dejaba su guardia caer.

"No te preocupes, volverá pronto. Toothless está cerciorándose de que Berk esté seguro por la noche de hoy." Las escamas del dragón eran más suaves que las de Toothless. Más sensibles. Por ello, cuando Hiccup le hizo cosquillas en su panza, Furious se convirtió en una bola de risas y gruñidos indignados.

Había trascurrido un año desde que Toothless se había embarcado en un viaje personal, buscando lo que quedaba de su raza.

Ocho meses después había regresado con un huevo y un viejo dragón llamado Furious, diminuto y arrugado, quien había tenido una historia muy interesante que contar.

Había resultado ser, que a excepción de Toothless y el huevo en cuestión, la raza de los Night Furies eran historia. Habían estado extintos desde hacía cien años. Furious I, un Seadragonus en el filo de sus últimos días, había contado sobre la unión entre ambas razas durante la Rebelión que había protagonizado junto con Hiccup II, en la época del reinado de Grimbeard. Aquella Rebelión había llegado a convertirse en guerra, luego en cacería, y para cuando la derrota había aniquilado a dragón y humano por igual, Furious había optado por hibernar junto con el huevo restante de su raza camarada. Habían sido tiempos desesperados, oscuros.

O por lo menos, eso había sido lo que Furious había creído. Nunca había esperado que fuera encontrado por Toothless.

Hiccup fue groseramente despertado de sus meditaciones, un rato después. Toothless escogió sacudirse del agua de la tormenta cerca de la cama, porque así era de desgraciado.

Furious yacía dormido al lado opuesto del humano, y Hiccup se aseguró de taparlo bien, antes de retirarse del lecho.

"¡Ugh! Hueles a perro mojado."

Toothless roló sus ojos. Sin embargo, una de sus alas se apresuró en acogerlo en un abrazo. Hiccup le guiñó un ojo.

"¿Todo bien?"

"El perímetro está asegurado." Fue el gorgojo acariciando sus mechones. Luego, un gruñido se agregó de la garganta de la criatura. "¿Por qué no está en su nido?"

"Déjalo en paz. Se sentía solo." Hiccup golpeteó el pecho de Toothless con su puño cerrado. El Night Fury mayor solía ser duro con el pequeño, cuando Hiccup era el blando. Había mucho conflicto interno en su dragón a consecuencia de su viaje, y Hiccup teorizaba que Toothless no podía evitar desquitarse en Furious II. "Dentro de poco, necesitará lecciones de vuelo. ¿Crees estar listo para dárselas?" Debido a su larga hibernación, Furious II había tenido un desarrollo más lento de lo normal. Cuando Toothless había sido forzado a independizarse para sobrevivir casi desde nacimiento, Furious no había contado con la misma presión. Hiccup era un tutor paciente. Atento, y con escasas reprimendas. No estaba seguro, que con Toothless, Furious correría la misma suerte.

"Ambos se las daremos." Con un cabezazo suave, Toothless frotó su trompa contra la mejilla del jinete. "Como si me fueras a permitir estar solo con él, sin tus instintos sobreprotectores consintiéndolo."

Hiccup sacó su lengua. "¡Bestia celosa! Es tan sólo un bebé, Toothless."

Toothless bufó por su trompa. "Es más que eso."

Hiccup suspiró. Furious I había llamado al huevo Reliquia, en su momento. Para cuando el huevo se había partido en nacimiento en los establos, el Seadragonus ya había perecido debido a su edad. Había sido como un intercambio tétrico de una vida por otra. Antes de morir, sin embargo, habían sido advertidos de que mucho poder antiguo se había concentrado en Furious II todo este largo tiempo; Hiccup y Toothless todavía no descubrían las verdaderas connotaciones de ello.

Furious II, también había sido llamado Arma.

Sin embargo, desde que Hiccup había conectado su mirada con la de aquella diminuta criatura de cuatro garras, por primera vez, el jinete sólo había visto a algo que necesitaba ser cuidado, protegido—querido, como si fuera su propia carne y sangre.

Y de cierta forma, Furious II lo era. Hiccup tenía alma de dragón, después de todo.

Hiccup besó el cuello de su Night Fury. "Ya veremos."

Reliquia, arma, hijo, dragón—sólo los Dioses sabían lo que resultaría de todo esto. Pero, una cosa sí era segura: Hiccup haría todo lo posible para que Furious y Toothless nunca se sintieran solos de nuevo.

Podrían ser los últimos de su raza, sí, pero más que eso, eran el comienzo de la nueva familia de Hiccup Horrendous Haddock III.

Érase Una VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora