Con un tedioso dolor de hombro, Chan Yeol anduvo caminando por el vecindario cuando bajó del autobús en el paradero de siempre. Estuvo distraído sobándose que no esperó encontrar a Baek Hyun dejando sus bolsas de basura en el contenedor de la cuadra. Intentó pasar de largo, como de costumbre, pero, esta vez, no le funcionó. Cruzaron miradas y pudo leer sus labios. Baek Hyun refunfuño maldiciones por ese encuentro. Ni uno se saludó. Chan Yeol apartó simplemente la vista de él para seguir con su ruta; no obstante, no podía dejar de percatarse que le seguían los pasos. Así que, se detuvo y giró medio cuerpo para confrontarlo.
—¿Necesitas algo? —consulto, antes de ir al grano— ¿Por qué me estás siguiendo?
—No te estoy siguiendo —le respondió el otro con un tono seguro.
—¿Crees que no me doy cuenta?
—¿Acaso te consideras dueño de la calle? —le cuestionó de pronto.
Chan Yeol no tenía ánimos para discutir cuando ese hincón en su hombro causaba más fastidio en su persona. De manera que, regresó su vista al frente para dedicar con seguir sobándose y caminar los pocos pasos que le faltaban por llegar a su casa.
—¿Estás bien?
A Baek Hyun no le fue desapercibido aquel gesto que mostró antes de darle la espalda. Siendo a impulso, que se apresuró a estar a su lado, como si hubieran venido caminando juntos desde hace cuadras atrás.
—Lo estoy —mintió, pues cada que se frotaba el hombro hacía una mueca delatadora.
—Por supuesto —contestó Baek Hyun alegando sarcasmo—. Mírate. Estás perfecto. Será que puedo... —colocó una mano sobre el hombro herido de Chan Yeol para ganarse una mala cara de su parte que le hizo dejar de tocarlo, pero aclarando así su punto—. ¿Está dislocado? ¿Has ido al doctor? ¿Tomaste algún medicamento?
Percatar esa preocupación de su parte, solo le hacía caer en una respuesta. Una que era muy clara para su persona. Por lo que no podía mostrarse agradecido, sino indiferente por no creerle en lo absoluto. Sospechaba que seguramente algún compañero de la escuela se encontraba cerca, así que echó una mirada a su alrededor para cerciorarse.
—¿A quién buscas? —de nuevo, nada podía pasar desapercibido para los ojos de Baek Hyun.
—Saber que no hay nadie de la escuela viéndonos para que actúes de esta forma.
Baek Hyun río, causando cierta confusión en Chan Yeol.
—¿Acaso supones que estoy actuando?
—¿No es lo que haces?
—¿En serio lo piensas? —Baek Hyun continuó con una mueca divertida entre labios.
—Estoy muy seguro de ello —respondió sin titubear—. Y si es uno de tus juegos, no estoy para eso ahora. Solo, déjame y vete.
Cuando alzó el rostro a verle tras decir aquello último, percató que Baek Hyun ya no se mostraba en confianza o bien con esa diversión en su voz. Se veía pasmado, dolido, por el brillo en sus ojos y por cómo mordía levemente su labio inferior, en clara señal de que se contenía, ¿a qué? Chan Yeol no podía ni imaginarse que esas palabras le habían afectado a tal grado de haberse sentido mal. Supuso que era otra actuación de su parte. Mostrarse vulnerable. Y después ser señalado como el que empezó primero. Así que, resopló y cambió la dirección de su mirada hacia el camino que debía continuar. Baek Hyun no lo siguió. Se dio cuenta de ello cuando llegó a la entrada del restaurante de su madre. Había desaparecido tan de repente.
Aquel dolor en su hombro se intensificó durante la madrugada que tuvo que ir junto a su madre hacia la clínica más cercana para que pudieran hacerle una revisión más minuciosa de la que le hicieron en sus entrenamientos. El doctor que le atendió le recetó un medicamento para los ligamentos, así como un breve período de descanso. Por supuesto, esa noticia no le cayó para nada bien a Chan Yeol, pero, aun si se rehusaba, tenía que obedecer. Durmió por varias horas, llegando a su casa, a sabiendas de que no asistirá a la escuela al día siguiente.
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Seamos felices juntos
Storie breviAl instituto llegó un estudiante nuevo; Byun Baek Hyun era lindo, sumamente generoso con las personas a su alrededor, ayudaba a los estudiantes a estudiar, era inteligente y defendía a los chicos que sufrían por el constante bullying, era la bendici...