Capítulo 1. La apuesta.

214 8 1
                                    

--Regina te apuesto a que...
--¿Que me apuestas? Sabes que lo que me digas lo hago.

Regina y Rachel eran de las amigas que siempre hacían apuestas y cada que una fallaba la otra le daba un castigo.
--Pero este apuesta es diferente y sé que no te va a gustar.
--¿Qué es?
--Te tienes que acostar con Damián el chico de la biblioteca.
--¡Que!
--Hay me acabas de escuchar perfectamente.
--Pero...
--¿Qué? ¿Va a ser la primer apuesta que fallas?
--¿Porque esta apuesta?
--Porque hace mucho que no me divierto.
--Si lo cumplo, porque obviamente lo voy a hacer ¿que gano?
--Lo que quieras porque sé que vas a sufrir solo al ver a Damián...
--Ni lo menciones y en cuanto a eso quiero unos aretes de oro, hay unos en la joyería del centro que me encantaron pero también hay un brazalete y una cadena preciosa.
--Hecho, al menos no es tanto como la apuesta pasada, pero quiero ver si cumples tienes 2 semanas.
-- ¡Que! 2 semanas es muy poco.
--Si no cumples...
--Si no cumplo ¿Qué?
--Ya sabrás cuál es tu castigo.
--Está bien 2 semanas son más que suficientes.

Más tarde en la biblioteca...

--Buenas tardes.
--Buenas tardes ¿te puedo ayudar en algo?
--Si busco un libro de historia pero no es cualquier libro, necesito que hable sobre...

Regina se quedó pensativa.

--¿Sobre qué tema?
--El feudalismo.
--Está bien sígueme. Estos son algunos de los libros con los que contamos espero y te sirvan. Dijo el chico  guiándola hacia unas grandes estanterías.
--Oye tu sabes acerca de este tema.
--Si un poco.
--En 2 semanas tengo que hacer una presentación a mi clase sobre ese tema y la verdad es que no se mucho, crees que tú ¿me podrías ayudar? es que se me hace más fácil entender lo que me dicen que lo que leo.
--No te gusta mucho la lectura ¿verdad?
--La verdad es que no me gusta la historia, me gusta leer revistas de espectáculo, claro por no decir de chismes. Los dos se rieron. --O novelas pero libros de historia que horror y sé que son interesantes algunos por la forma en que escribe la persona que los redacta pero a varios de ellos no les entiendo nada.
--Está bien te voy a ayudar nada más porque me caíste bien.
--Muchas gracias de verdad que lo necesito.
--Soy Daniel mucho gusto.
--Mucho gusto Daniel soy Regina, tengo entendido que hay otra persona que se encarga de la biblioteca.
--Si Damián un buen amigo que se enfermó y no ha podido venir a la universidad.
--Lastima.
--Si lastima porque él sabe más del tema pero le voy a estar preguntando para ayudarte.
--Está bien te lo agradeceré eternamente.

En las horas que pasaron estudiando Regina aún tenía varias dudas más que nada porque no estaba poniendo mucha atención a lo que le decía Daniel, es que era tan lindo.

--Bueno Daniel creo que ya se me hizo un poco tarde me tengo que ir pero mañana en cuanto salga de clases vengo.
--¿Cómo a qué hora? Es que yo también puedo venir saliendo de clases.
--Como a las 2:00 p.m.
--Está bien a las 2:00 p.m. te espero.
--Adiós y de verdad muchísimas gracias.

Daño por una apuesta (Editando).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora