2.

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Olive pov.

No puedo creerlo. Eran ellas... Las hermanas Sanderson. ¡Son reales!
Las tres caminaron haciendo un meneo algo extraño pero gracioso.

- ¡Estamos en casa! - exclamó una de ellas, apuesto a que era Winifred, la mayor de las hermanas. - ¡Ah, dulce venganza! - decía mientras las otras dos bailaban y festejaban contentas. La de cabello extraño era Mary y... apuesto a que entonces esa bonita de ahí es Sarah. Ambas daban mucha ternura, no pude evitar sonreír al verlas. Era una sensación extraña, pero asombrosa.
Mientras las hermanas seguían celebrando su regreso sentí a alguien acomodarse a mi lado. Era Dani. Tenía miedo. Le di la mano para darle un poco de confianza y para no hacer mucho ruido solo module con la boca un "todo va a estar bien".

-¿Pero quien ha encendido la vela ? - preguntó Winnie. Bueno, claramente no fui yo, y debí haber sido yo. No un muchacho todo menso que no sabía lo que estaba haciendo.

- ¿Winnie? - preguntó Mary.

-¿Si? -

- Huelo niños. - eso alarmó a Dani, que me veía con los ojos abiertos y suplicantes por ayuda.

- Es una niñita... de siete años, tal vez ocho y medio... y una joven de...- olfateó de nuevo- dieciocho.

- ¡Hay que jugar con ellas! - exclamó Sarah. No se que pensar respecto a eso. Y luego, la rubia comenzó a cantar. Había leído sobre eso, decían que existen varios tipos de bruja, y creo que Sarah era una bruja sirena. Las brujas sirena tienen la capacidad de entonar una dulce melodía para atraer a sus víctimas. Y era cierto que su voz era hermosa, apuesto a que de no haber sido porque alguien la ha callado pudimos haber sido comida fácil. Antes de que pudieran notar a Dani, le he dicho que gateara hacia donde estaba su hermano mayor, para así saltar y salir de mi escondite. Las tres brujas al verme se sorprendieron.

- Creí que jamás vendrían. - dije para distraerlas.

- Saludos, jovencita. - dijo Winnie. Oh Dios, las hermanas Sanderson están hablándome, y están aquí, frente a mi.

- Yo... yo fui quien encendió la vela, yo las he traído de regreso.- Las tres me miraron, y yo a ellas, las miré una por una y cuando me encontré con los ojos de la rubia, sentí un pinchazo. Tenía unos ojos verdes muy bonitos.

- ¿Eres una bruja? - preguntó Sarah.

- Si, lo soy. - contesté segura de mi misma. En ciertos aspectos si soy una bruja, así que no tendría por qué dudarlo.

- No lo sé, aún huelo a algo sospechoso aquí. - Mary mencionó. - Aún huelo niños. -

-¿Hay alguien más contigo esta noche? ¿Alguien a quien estes ocultando? - se acercó Winifred hacia mi, y Sarah interrumpió casi de inmediato.

- Bueno, si es una bruja yo le creo. - alejó a Winnie de mi con su mano.

- Y... ¿Que clase de bruja eres, querida? - Dijo Winnie después de rodar los ojos a Sarah.

- Soy... una bruja verde. -

-Pff... ¿ Una bruja verde ?- dijo y las tres empezaron a reír.

- Las brujas verdes son muy inútiles.- se burló Mary. Auch.

- No en realidad, verán... existen muchas plantas que sirven para cosas sorprendentes, tienen propiedades curativas y... también rejuvenecedoras. - me miraron atentas. ¡Bingo! Sabía que la última palabra les llamaría la atención.

- ¡Como los niños! - exclamó Sarah.

- Si pero, las plantas funcionan mejor que los niños, lo sé...- No, en realidad no lo sé. - y también he probado las plantas, por eso es que luzco tan joven. - mentira, soy joven y jamás he encontrado esa planta. Pero estoy segura de que existe en alguna parte del bosque de Salem.

- Joven y preciosa. - Sarah no dejaba de verme, me estaba poniendo más nerviosa de lo que ya estaba. - Debemos créele a esta brujita, Winnie. - se acercó a mi tomándome del brazo y acercándome a ella. - ¿Como te llamas, bonita? - mis mejillas se sentían tibias.

- Olive... Olive T... Thomas! Olive Thomas. - si les decía que mi apellido era Traske probablemente Winifred me hubiera asesinado.

- Bueno Olive, nosotras somos las hermanas Sanderson y creo qué tal vez deberías quedarte a charlar más sobre esa planta. - Winifred cerró la puerta de la cabaña con un rayo de magia, el estruendo de la puerta fue tan pesado que hizo a Dani salir de su escondite.

- ¡Una niña! - exclamó Mary.

- ¡Atrápenla! - gritó Winnie.

Dani empezó a gritar y salieron al mismo tiempo Max y Allison para ayudarla.

- ¡Sabía que mi olfato aún servía! -

- ¡Déjenla en paz! - Max gritó y como para las Sanderson no es más que un simple mocoso, Winnie lo lanzó al suelo con sus poderes, y después lo azotó contra la pared. Al ver esto Allison salió en su defensa, golpeando a Winnie con una sartén vieja. Que caos.

- Basta! Dejen de atacarse entre todos. ¿Podemos hallar una solución como gente y brujas civilizadas? - las brujas callaron y se me quedaron viendo, pude haber tenido su completa atención, hasta que alguien decidió alborotar mas la situación.
Max estaba sobre una de las vigas de madera, muy cerca del techo, en sus manos tenía un encendedor.

- ¡Oigan! - todas volteamos a verlo. - Se han enfrentado al grandioso Max, y ahora deben sufrir.- "Que chico tan más tonto.", pensé y palmee mi frente en desesperación. - Invoco a la lluvia ardiente de la muerte.- ¿Es enserio lo que esta diciendo?

Las Sanderson se quedaron pensado de que rayos estaba hablando este muchacho. Luego vieron a Max prender el encendedor. Como son brujas de hace trescientos años es obvio que no saben lo que un encendedor es, por lo que creyeron que había hecho fuego con sus manos. Max elevó su mano hasta el detector de humo y los rociadores de emergencia se habían activado, mojándonos a todas ahí. Yo solo me quedé mirando a Max con mala cara, mientras las Sanderson corrían de lado a lado tratando de protegerse del agua que parecía que fuera a hacerles daño y en un punto de su carrera, Sarah tomó mi brazo y me jaló hacia ella, poniéndonos debajo de una viga más grande.

Max había tomado el libro de Winifred y salió corriendo.

- ¡Mi libro! - chilló. Y Max se fue.

- ¿Que haremos ahora? Estamos perdidas. - dijo Mary y las tres empezaron a casi llorar.

- Oigan, solo es agua.- dije y ellas me miraron muy de pronto. ¿Por qué la mirada de Sarah era más intensa que la de las otras dos? -

-¿Agua? - preguntó la rubia, y se asomó abriendo la boca para beber el agua. Que tierna.

- Ese muchacho nos ha engañado. ¡Hay que ir por el! -

- ¡Alto! Aún no pueden salir de aquí. - las detuve antes de que pudieran hacer algún daño.

- ¿Por que no?- preguntó Winnie.

- Porque... aún no conocen nada sobre el nuevo Salem y... no querrán caer en más trucos de muchachos insolentes como el que ya han conocido. Yo puedo ayudarlas, pero necesito que confíen en mi.-

-¡Yo lo hago!- dijo una sonriente Sarah. Sus hermanas la miraron fijamente, Mary riendo y Winnie rodando los ojos. Algo traían entre manos.

- Confiaremos en ti, pero si en algún momento descubrimos que nos has traicionado, no dudaré en maldecirte. ¿Entiendes? - Winnie amenazó. Me estaba empezando a dar miedo, pero necesitaba hacer esto. Sentí una mano tomar la mía, y me dio una sensación de tranquilidad, me asomé para saber de quien era, y tal como lo sospeché, era de Sarah. Su mano era fría, pero había algo en su toque que lo hacía cálido.

Now you're mine (Sarah Sanderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora