3.

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Sarah Pov.

Me gusta Olive, quiero quedármela, parece una bruja buena, es bonita y además huele rico. Winnie nunca me deja tener novios o novias porque no siempre les caen bien, pero tengo un buen presentimiento sobre esta.

- ¿Que estás comiendo ? - pregunté muy cerca de Olive, me gusta ponerla nerviosa.

-Ouh es una manzana envenenada ¿quie...- No la dejé terminar. ¿Que clase de bruja come sus propias manzanas envenenadas? ¿Acaso Olive es inmortal? - Mi manzana -dijo en tono triste.

- ¡No puedes comer eso! ¡Está envenenada!- Olive se empezó a reír. No le veo la gracia, pero... tiene una risa muy bonita. Me gusta, me gusta, me gusta.

- No está realmente envenenada, les llaman así solo porque es divertido, es cosa del halloween. -

- ¿Que es halloween? ¿Es una de esas cosas nuevas y extrañas que hacen ahora en Salem? - tengo mucha curiosidad. Por alguna razón Salem parece ser diferente, lo siento diferente.

- Halloween es una fiesta, se hace cada treinta y uno de octubre, los niños tienen como costumbre salir a pedir dulces a las casas de las personas, y van disfrazados. -

- ¿Por que van disfrazados? - me acerqué mucho más a Olive, casi sentándome en su regazo, pero en cambio, puse mis codos en mis rodillas y recargué mi cabeza sobre mis manos. Estar así me ayuda a poner atención.

- Van disfrazados porque... en realidad no lo sé, pero usualmente se disfrazan de algo que les da miedo, aunque muchas veces solo se disfrazan de algo que les gusta. -

- ¿Tu vienes disfrazada? ¿Es porque te dan miedo las brujas? ¿O es porque te gustan las brujas? ¿Te gustan las brujas? ¿Yo te gusto? - pregunté.

- Uhm... yo... como decía, soy una bruja y si, me gustan las brujas. -

- ¿Como yo? -

-¡Sarah! - llamó Winnie. Siempre interrumpe mis mejores momentos.

- No te muevas de aquí, ya vengo. - le di un beso en la mejilla. - Hmm, no sabía que tu rostro podía cambiar de color. -

- ¡Sarah! - volvió a gritar.

- ¡Ya voy! - le di una última sonrisa a Olive y fui hasta donde estaban mis hermanas. -¿Que pasa hermanita? -

- Necesitamos hablar contigo de algo importante. - con su mirada señaló a Olive, quien estaba mirando con atención los detalles de la cabaña. - ¿Te gusta Olive? - tan directa fue con su pregunta, que tan directa fui yo con mi respuesta.

- Si, mucho. Hay que quedárnosla, por favor Winnie, déjame quedarme con ella. - supliqué.

- No lo sé Sarah, ella tiene un olor peculiar, no solo huele como una criatura, hay algo en su sangre que no me convence.- apuntó Mary.

- Bueno, yo creo que huele muy bien, además prometió ayudarnos, por favor Winnie. - hice un puchero para convencerla, eso siempre funcionaba con Winnie, es especial porque soy la hermana más pequeña.

- Bien, pero si ella nos falla tu serás la encargada de maldecirla, así que también será castigo para ti. -

- Entendido.-

- Ahora, Olive querida...- se dirigió a mi chica - Cuéntanos más sobre ese tal halloween, y sobre esa planta tan especial que conoces. - Nos sentamos frente a Olive buscando respuestas, yo estaba más curiosa por saber sobre la chica bonita de cabello marrón. Nos puso en contexto de lo que era vivir en los años noventa. Nos contó sobre la música, las costumbres, y como habían cambiado los tiempos. Se detuvo a explicar con más detalle sobre eso del halloween e incluso nos regaló unas cosas que había recogido ese día. Dulces, creo que se llamaban. Nos dio una barra oscura que parecía un dedo, era una barra de chocolate. Olía muy rico. Winifred y Mary lo probaron primero, pero ellas lo detestaron. Le dieron sus chocolates a Olive y ella los comía sin ningún problema. ¿No pueden ser Yam deliciosos o si?
Le di una mordida al mío, y al principio sabía asqueroso, pero si a Olive le gustaba yo también lo comería por ella. Hice una mueca, tratando de ocultar mi disgusto para que la morena no se pusiera triste, pero cuando le di la segunda mordida sentí algo diferente, ahora era rico, muy rico.

- Al menos a Sarah le gustó el chocolate.- dijo Olive y yo sonreí asintiendo con la cabeza.

- El chocolate es muy rico, y me gusta, pero no tanto como tu. - abracé a Olive quedando muy cerca de su cara. Es realmente bonita y encantadora. Cuando su cara cambia de color me parece muy tierna.

Olive pov.

Me sentí congelada y roja de la cara. Sarah había dicho que yo le gustaba, pero tal vez puede referirse a gustar de agradar, y aunque fuese así no quiero preguntar, porque aunque no debería desear que la respuesta fuera gustar de gustar, creo que lo hago. Creo que a mi también me gusta Sarah, pero no me gusta ser adelantada con ese tipo de pensamientos, probablemente solo se me hace atractiva y casualmente solo me ha dado más de tres gay panics en una noche.

-¿Yo te gusto, Olive? - se recargó sobre mi pecho, conectando su mirada con la mía. Tan hipnotizante.

- Si. - murmuré y estoy segura de que fue un murmullo tan suave y apenas audible, que apenas y Sarah pudo oírlo.

- Bien, bien, basta de cursilerías y vayamos al punto. ¿Donde esta esa planta? - interrumpió Winifred, haciendo a Sarah saltar y sentarse con sus manitas en sus rodillas.

- Oh si, la planta. Para su suerte es una planta que suele crecer a luz de luna llena, su locación no es muy segura, pero creo que tu libro podría tener la respuesta a ello, ya que es el libro más poderoso y sabio dentro de todos los grimorios de Salem. -

- Eso es cierto. El problema es que esos mocosos se lo han llevado. ¡Hermanas! - Mary y Sarah se levantaron al llamado de Winnie. Sarah me miró de reojo, señalando que yo también debía pararme como ellas. Al entender la señal me levanté y la rubia volvió a tomar mi mano. - Vayan por sus escobas y vayamos por esos niños. - demandó.
Las tres brujas fueron a su armario donde tres escobas viejas yacían recargadas en la pared. Pero había un problema.

- Uhm... Sarah.- susurré llamando la atención de la bruja menor.

- ¿Si, querida? -

- Yo... no se volar. - le dije como si fuera un secreto que tuviera que esconder.

- No hay problema, sube conmigo. Te llevare a donde sea necesario. - su mano acarició mi mejilla y sentí que estuvo tan cerca que podría robarle un beso.

Now you're mine (Sarah Sanderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora