Whole | 2jin

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Luego de otra larga semana de espera Hyunjin concurre al centro comercial. Esta vez al horario del almuerzo porque Heejin le había dicho la semana pasada que fuera a almorzar con ella.

Hyunjin entró al local y para su sorpresa Heejin se encontraba hablando animadamente con una chica. Se veía tan animada, como cuando hablaba con ella. Ella creía ser especial para Heejin, y ver que no era a la única que trataba de esa forma, de alguna manera, le dolió. Tuvo intenciones de abandonar el lugar, irse corriendo y alejarse de toda esa escena. Pero finalmente decidió acercarse a ellas con temor. Pero Heejin no la vio acercarse y se dirigió al depósito. Hyunjin llegó hasta la chica, observándola y ésta le devolvió la mirada al verla parada a su lado, examinandola.

—¿Hmm? Tú debes ser Hyunjin —dijo con una sonrisa de orija a oreja. Hyunjin entreabrió su boca y apretó sus puños. ¿Cómo es que esa chica sabía su nombre?— ¡Eres adorable!, Heejin me ha hablado mucho sobre ti —el corazón de la pequeña comenzó a latir con fuerza— Soy Chuu —se presentó extendiendo su mano para estrecharla con la de Hyunjin, pero sin obtener ninguna respuesta por parte de ella— Oh, perdón, es verdad. Olvide que eras algo tímida.

Hyunjin no podía creerlo. Ya no se sentía mal. Ella era una de las amigas de la infancia de Heejin de las cuales ella le había hablado. Pero lo más sorprendente era que le había contado sobre ella. Le había dicho su nombre, que era tímida y quien sabe cuántas cosas más. Jamás creyó que hablara de ella con otras personas. Al fin y al cabo, Heejin era genial, era divertida, sociable, Heejin era perfecta y ella solo era, ella. No había razón para contarle a nadie sobre ella, ya que ella no era para nada interesante, y aún así Heejin lo había hecho.

—¡Jinnie! —dijo entusiasmada al ver que había llegado en su breve viaje al depósito— Que bueno verte. Bueno, veo que ya se conocieron. Ella es Chuu, rara vez habla algo coherente, así que no le hagas caso —dijo bromeando.

—¡Oye! —se quejó la pelicaramelo. Hyunjin sonrió.

—Aquí está. Ésta es la que quieres ¿Verdad? —dijo colocando sobre el mostrador una hermosa guitarra que traía en su mano.

—Si. Ésta es ¿No es la guitarra más hermosa que has visto en tu vida?

—Sigo pensando que es demasiado dinero para gastarlo en una guitarra.

Hyunjin observó entonces el papel colgando de ella con el precio escrito y abrió los ojos enormemente. Era una guitarra de la mejor marca en el mercado de la música. Al parecer Heejin no bromeaba cuando dijo que la familia de Chuu tenía mucho dinero.

—Es mi regalo de navidad debido a mis calificaciones. Ten, cobralo de aquí —dijo entregándole una tarjeta de crédito.

Mientras Heejin efectuaba la compra, la chica no le quitaba la vista de encima a Hyunjin. Quien comenzaba a incomodarse.

—Heejin dijo que eras muy linda, pero no creí que lo dijera en serio.

Hyunjin tomó un respiro rápido quedando helada y Heejin quedó boquiabierta sin saber que hacer. En su descuido, la tarjeta de crédito de Chu cayó al suelo, se agachó a recogerla y tratando de deslizarla por el Posnet para efectuar la compra. Tuvo al menos tres intentos fallidos antes de lograr pasarla correctamente.

—Creo que alguien se puso nerviosa —dijo con una pícara sonrisa.

—Chuu cierra la maldita boca. Ten tu estúpida tarjeta —dijo molesta con torpes movimientos y un leve color carmín en sus mejillas. La chica comenzó a reir con ganas.

Hyunjin simplemente no podía creerlo. Nunca había visto a Heejin reaccionar de esa manera. Nerviosa, avergonzada, contestando de esa forma y con movimientos tan torpes. Era como ella solía reaccionar, no creyó que Heejin con lo confiada que era también se sintiera así a veces. Pero eso no era lo más importante ¿Realmente había dicho eso sobre ella? El sólo hecho de pensarlo hizo que una pequeña sonrisa se dibujara en su rostro.