Esclavo del charro negro (leo San Juan y lectora )

El hombre.

Estaba oscuro y frío, aquel lugar donde se encontraba el "hombre" que según la leyenda fue una persona muy íntima en la vida del charro negro.

—es aquí.

Miro de arriba abajo la casa en ruinas en medio de la oscuridad, había llegado tan lejos a lo profundo de ese mundo.

Apenas si la lámpara de aceite alumbraba lo suficiente para ver.

—que no me vas a acompañar?—pregunto a la sirvienta a la cual le rogó por que lo llevará con el hombre.

—los pecadores no podemos entrar, valla usted con cuidado.

Casa pisada hacia de la madera vieja tronar haciendo sonidos para nada agradables, Leo se encontró con una escalara dañada subía con cuidado al segundo piso.

—¿Que haci aquí, un santo?—una voz grave se escuchó haciendo temblar la casa.

Leo:l-lo mismo me preguntó, ¿Que hace un humano en el infierno?—seguía ka voz a uno de los cuartos en completa oscuridad.

—¡Ja! debes ser muy pendejo o muy valiente para venir aquí.

Leo:creo que soy ambas.

El hombre en la oscuridad salía poco a poco dejando ver su apariencia vieja
Y cansada. Su cabello largo negro hacia resaltar sus ojos dorados.

—ahora todo tiene sentido, tu eres el patrón.

Leo:me llamo Leo San Juan.

—leo,patrón ¿A quien le importa? Eres propiedad del charro negro.

Leo: no son un objeto—reclamo molesto—vengo hacer un trato.

—el patrón quiere hacer un trato conmigo, pero que interesante...pero que recibo a cambio.

Leo: mi libertad por la tuya...es lo único que te puedo ofrecer.

El hombre lo pensó llevando una mano a su mentón, tardo uno segundos hasta sonreir retorcidamente.

—que es lo que quiere saber mi patrón.

¡Ay!
Tu sabrás si te quieres quemar en las llamas del arrepentimiento