Saber elegir.

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Aprieto fuerte las sábanas su lengua me está haciendo enloquecer, su tacto se siente como el fuego cada que me toca me quemó y eso me encanta.

—lo hago bien?—pregunta ella sacando mi pene de su boca, dios no me veas.

—s-si.

Ella ríe y vuelve a lo suyo, sus manos tocan mis pechos pellizca mis pezones  me renuevo en mi lugar dejándome llevar por el primer orgasmo de la noche.

Ella lo traga todo, se acerca peligrosa y ataca mi boca, me besa de la forma salvaje y apasionada que alguna vez leí en un libro.

Su lengua me envuelve en un fuego que me la pone más dura.

—hare que llores de placer.

Quita lo último que cubre su cuerpo bailando a una melodía se ve tan sexy que no aguanto para que esto empiece, arriba mío está haciendo círculos arriba de mi pene siento sus líquidos mezclarse con los míos. Deja marcas en mi cuello y pecho sonriente hace su va y viene arriba mío. Mis gemidos la hacen ir más rápido

Leo: y-ya mételo por favor, quiero sentirte.

Suplico por qué se que eso le encanta, que ella tenga el control de todo, que se sienta la reina y yo su exclavo.

—jaja me sorprendes —lo toma en sus manos—desde este momento eres un pecador, MI pecador.

Baja fuerte, mi espalda se arquea es tan apretado y caliente, creo que me voy a venir.

Sube y baja se apoya sobre la cabecera una capa de sudor envuelve nuestros cuerpos, sus estocadas son tan fuertes que desde la primera intento no venirme.

—¡ahhh! ¡ah! mierda— detiene sus moviéntos, respirando entrecortada — ya me cansé.

Con su frase cambia los lugares, ahora yo estoy arriba sus piernas largas blancas se aferran a mi cintura.

Leo: q-que haces?

—no es obvio, te toca hacerme sentir bien— enrolla sus brazos en mi cuello tengo su rostro muy cerca— una buena follada por tu alma, es un trato justo no lo crees.

No sé que decir,pero mi cuerpo supo que hacer sostengo fuerte su cintura y entro de nuevo despacio sin lastimarla. Mi moviéntos era lento y delicado.

Lo contrario a ella.

—puedes ir más rápido—la miro sonrojada y ella acaricia mi rostro —por favor.

Súplica y mis caderas empiezan a ir más rápido de lo fuerte que se escucha lo viscoso de nuestros intimidades se aferra a mi espalda reprimiendo sus gemidos.

Ella me hace sacar mi lado pervertido.

Perdí las cuentas de cuántas veces lo hicimos, pero si recuerdo cuando regrese en si, sostengo su cabello en una coleta mi pelvis golpea duro sus glúteos y en un gemido ambos nos venimos.

—son las 3 de la mañana.
Dice ella recuperando el aliento.

Leo: es la hora del diablo—digo y ella empieza a reír—tenemos que dormir no quiero que el diablo me lleve.

Seguía riendo, tomando mi palabra mi abraza por detrás poniendo su cabeza arriba de la mía, hablamos un rato hasta que poco a poco mis ojos se cierran y lo último que escucho es un —te amo.

Mi corazón se acelera y puedo dormir después de un tiempo en paz con amor.

¡PERO MIRA COMO PIERDE EL ELEGIDO, PERO MIRA COMO PIERDE EL HIJO PROTEGIDO!

Sonrió pues el plan que llevo a cabo casi está echo solo un poco más y por fin Leo estará en libertad. Solo un poco más

Espérame por favor que yo también te tengo que hacer feliz.

Leo.

Esclavo del charro negro (leo San Juan y lectora )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora