A la mala

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Las horas eran más que un infierno, se sentía observado en cada momento y ni hablar del horrible sentimiento de tener alguien atrás de él.

Se estaba volviendo loco.

A 2 semanas de estar en la hacienda de la mujer, hoy en la noche la puerta de su habitación fue tocada. Extrañado fue a abrir, su rostro cambio de uno sereno a uno molesto.

—necesita algo?—pregunto mirándola  de pies a cabeza.

—puedo dormir contigo?

—...

No dijo nada y se hizo a un lado dejando entrar a la alta mujer. Ambos fueron a los lados de la cama. El moreno ya vestido con su piyama  se acostó dándole la espalda a la pelinegra.

Solo oía como se quitaba la ropa haciendo que su cuerpo pareciera México en septiembre.

La cama se hundió las luces se apagaron la oscuridad reino junto con el silencio.

La mujer se acercaba sigilosa hacia el, quedando su pecho demasiado cerca de su espalda.

—que estás haciendo?...alejate de mi.

Sus palabras no fueron atendidas e incluso ella se acercó lo suficiente para atraparlo en sus brazos y piernas.

Sentía la respiración de la mujer sobre su cabeza lo ponía a temblar y en su mente los rezos le hacían cerrar los ojos y temblar como si tuviera mucho frío.

—no te haré nada—susurro ella volteando su cuerpo—que bello eres asustado.

Rio besando su frente ignorando las pequeñas lágrimas del moreno.

El reloj marcaba las 3 AM, ambos estaban profundamente dormidos. Leo se despertó por un ruido proveniente de la ventana.

Sin despertar a (___) salió de la cama a ver quién tocaba la ventana, es extraño su cuarto da al 3 piso.

—hola—abría la venta sin ver nada—me estoy volviendo loco.

La cerro y nuevamente fue tocado el cristal volteo y una cara de una niña fue lo que vio,salto del susto.

<<Que bueno que no se despertó>>

—¿teodora, que haces aquí?

—que no es obvio, venimos a rescatarte.

—vayanse...

Diciendo eso cerro la ventana ignorando los golpes de la ventana, fue a la cama viendo a la mujer acostada se veian tan tranquila que el moreno juraba que se veía bonita.

¡Ay!
Moreno de enorme valentía tienes que ganar por qué al cielo no vas a llegar.

.   .   .

Por más que corría sentía que no avanzaba nada la desesperación lo alcazaba. Y justo cuando se iba dar por vencido vio una luz al final de la oscuridad.

—¡hay esta el portal!—grito alebrije al ver a sus amigos del otro lado.

—corran no sé detengan, si se puede puede equipo.

La luz se veía cada ves más fuerte la esperanza volvía a renacer y de nuevo una sonrisa se formo en sus labios.

Todos entraron al portal, estando del otro lado salvó.

—¿donde está leo?—Xochitl pregunto.

—venía con nosotros, lagartija tu no lo tenías?

—me ves que lo tengo teodora.

—entonces dónde está?—don Andrés miro atreves del portal viendo al muchacho hay—¡Leo co...

Quedó sin palabras al ver unos ojos rojos como el fuego atrás de la espalda del moreno viéndolo con gran irá.

El diablo a venido a reclamar lo que le pertenece.

—a dónde tan solito.

—¡Suéltalo!

La voz del Xochitl la hizo sonreír.

—¡¿enserio?!— dijo incrédula —amor, diles que se vallan, no querrás ver cómo los mato verdad?

—v-vayanse...no quiero que me rescaten.

—leo...

—ya lo oíste Xochitl, el ya no los necesita por qué me tiene a mi.

Sonrió maliciosa cargando el cuerpo del chico empezando a caminar de nuevo hacia la hacienda.

¡Oh!
Elegido de Dios, haz de saber que la ira del enemigo, es más poderosa que la del dios mismo.





Esclavo del charro negro (leo San Juan y lectora )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora