Seguí a Seúl y Elías por el conducto, con Beatrix a mi espalda. Sentía que mi corazón estaba por estallar. Y por si fuera poco ahora tenía que volver a la realidad falsa y fingir que no pasaba nada.
Siendo sinceros, Seúl me había dejado de piedra…Seúl, yo nunca he sido la más popular, ni la que más amigos tenía, pero Seúl, ese chico nunca había tenido amigos.
Ahora era diferente, ahora nosotros le necesitábamos a él, y Elías tenía que callarse y escuchar, aunque sé que no podía, y esa era la razón de las últimas peleas entre los dos.
Y en cuanto a Beatrix, me sentí tan mal por ella, si lo hubiese sabido…tal vez no le habría dicho a Elias de despertarla, habría sido mejor para ella. Mi vida entera se había desmoronado ante mis ojos y yo preocupada por Beatrix, pero, es que, bueno, era Beatrix. Sonreí para mis adentros. Por lo menos estaba con ella.
Seúl se detuvo en una de las trampillas. -Esta es la habitación de Beatrix. -Dijo- Sabrina ¿Crees que puedes ayudarle a ponerse los cables?
Asentí rápidamente.
-Aprovecha. -Dijo Seúl, en voz tan baja que dudé si realmente había hablado.
Bajé junto con Beatrix hasta la habitación.
-¿Crees que puedes Brina?- Preguntó Beatrix con su melodiosa voz mientras se tumbaba en la cama.
-Si, si, si, si, claro, claro.
-¡Perfecto!- Sonrió, y yo sonreí a su vez.
Puse los cables cuidadosamente, y Beatrix cayó dormida.
Subí de nuevo por el conducto.
Todo se oscureció al irse Beatrix, continuamos por los conductos hasta mi habitación vacía.
-¿Quieres que te ayude con eso?- preguntó Seúl.
-Si…me vendría bien.
Seúl bajó de un salto por la trampilla, pero no hizo ruido, bajé tras él.
-Trata de no ahorcar a Elías con los cables- Dije.
-Tengo más cuidado del que parece.- contestó
-Oye, Elías solo quiere que los demás se sientan bien ¿Sabes?
-Lo sé, pero va siendo hora de que salga de sus pensamientos narcisistas y ególatras de una vez.
Sonreí y caí dormida automáticamente.
Escuché los pitidos de una máquina.
-¿Sabrina? ¿Hija? Rápido Lucas llama a la enfermera.
-¿Mamá?- Pregunté mientras me sujetaba la cabeza, me dolía mucho.
-Aquí estoy, tu padre ha ido a llamar a la enfermera. ¿Te acuerdas de lo que ha pasado?
Recordé entonces todo lo que había pasado: la realidad, los científicos, los conductos… saber que todo era falso. También recordé a Seúl y lo duro que debió de ser para él estar solo en un mundo como ese, a Elias que ha tenido que enfrentarse a todo de golpe y renunciar a todo y por último a… ¡Beatrix!
-¿Sabrina? ¿Te has quedado en blanco?- Mi madre me sacó de mis cavilaciones.
-¿Que?¿Que decías?
-Que si recuerdas algo sobre lo que ha pasado.
-Creo que me desmayé en la fiesta de pijamas de Sarah. ¿Está bien Bea? ¿Puedo ir a verla?
-¿Cómo que Bea? Pero si Beatr…- Intentó decir mi madre antes de que la enfermera y un desfile de niñas con los ojos rojos entraran por la puerta de la habitación.
-Sabriiiiiiinaaaaaa!!!- Dijo Lucía mientras venía llorando hacía mi cama.
-Estábamos muy preocupadas por tí Brina! Maila se tuvo que ir porque sus padres la obligaron pero está muy preocupada por tí también!- Hice una mueca de asco al oír las palabras probablemente falsas de Sarah y Lucía, pero me alegré de que Beatrix estuviese ahí con ellas.
-¿Pero qué estáis diciendo? ¿Podéis dejar de fingir? Oí todo lo que dijisteis en la fiesta de pijamas.- Les respondí mientras me levantaba de la cama.
-¿Que? Nosotras nunca hemos hecho eso. Probablemente fue una pesadilla mientras estabas desmayada.- Dijo Sarah.
Lucía la miró extrañada pero no tardó en seguirle el juego.
-Es verdad, ¡Nunca diríamos nada malo sobre tí, somos tus amigas!.
Iba a quejarme, pero vi que Beatrix me miraba avisándome. Tal vez no valiese la pena discutir con ellas. Todo tenía que salir bien, había asuntos más importantes que esos y era mejor no causar más problemas.
-Creo que tenéis razón, habrá sido un sueño probablemente.
Mis "amigas" tuvieron que irse y se despidieron de mí con un abrazo en el orden de Sarah, Lucía y Bea.
-Recuerda que no debemos llamar la atención Brina. - Me susurró en el oído Beatrix.
Asentí y se fueron.
Pocas cosas pasaron después de eso. Me dieron el alta así que mis padres y yo volvimos a casa.
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El Mundo Tras La Realidad
Teen FictionImagínate y que el mundo en el que has crecido y vivido se convierte en una mentira