Capítulo 5

115 27 2
                                    

Ya de madrugada, el saiyajin decide abandonar tu habitación y regresar a la suya para descansar, pero ni él, ni Bulma han conseguido dormir hasta ahora. En la mente de Vegeta dan vuelta miles de pensamientos que le imposibilitan descansar. Él se gira, dándole la espalda a la mujer a su lado, en busca de acomodarse y relajarse al fin, hacía días que no podía descansar a gusto, y aquello ya comenzaba a afectarle.

—Vegeta —consigue oír el tenue llamado de su esposa.
—¿Qué quieres? —pregunta tajante.
—¿Aún me amas? —cuestiona en seco, causando tensión en el pelinegro.
—Sabes que no me gusta que me hagas esas preguntas.
—Solo responde, por favor.
—Si —se limita a responder—, ahora duérmete.
—Es que ya no me lo demuestras —juega con sus dedos, nerviosa. Aún así no obtiene respuesta por parte del saiyajin—. Imagino la clase de situación en la que te encuentras...
—¿De qué situación hablas, mujer? —se voltea bruscamente para mirarla a los ojos.
—Bueno  —aprieta sus puños con fuerzas—, no sé si la amas más a ella que a mi, y eso de alguna forma u otra, termina causándome mucho pavor.

No es ninguna noticia que desde tu llegada Bulma comenzó a sentirse un tanto insegura, aunque sea algo extraño en ella, puesto que es una mujer con una autoestima muy alta, nunca antes había tenido una especie de "contrincante". Y si se trata de  Vegeta, el hombre que tanto ama, y del que tanto está enamorada, claro que le causaría inseguridad.

Vegeta se encuentra en una situación en la que no sabe que hacer con exactitud, la empatía no es algo que se le dé muy bien, a no ser que se trate de tí.

Y es que ese es el problema, no puede negarle a Bulma el hecho de que te ama con tanta intensidad, que fue capaz de amarte incluso después de dieciséis años, creyéndote muerta.

No puede negarlo porque mentiría al hacerlo.

Pero en el fondo, quizás también sienta algo de amor por la mujer que le ha brindado una buena vida en la Tierra, quizás siente un amor muy profundo por la mujer que le ha dado un maravilloso hijo saiyajin.

Entonces, Bulma no está tan alejada de tener la razón.

—Eres mi esposa, ¿qué es lo que te preocupa? —decide hablar finalmente.
—Ser tu esposa por conveniencia.
—Estás completamente equivocada.
—Entonces ayúdame a ya no estarlo, Vegeta —ambos se vieron envueltos en un profundo silencio— ¿la amas?
—¿A dónde quieres llegar con esas preguntas, mujer?
—¡A la verdad! —increpa— ahora dime, ¿la amas?
—Sí, lo hago —confiesa finalmente, causando que el pobre y acongojado corazón de su esposa se deteriore en mil pedazos.
—Lo sabía —murmura cubriendo su rostro con ambas manos.
—¿Entiendes que todo esto pasó antes de conocerte?
—Entiendo esa parte, Vegeta, no soy estúpida.
—Entonces, ¿cuál es la maldita parte que no entiendes? —pregunta casi en desespero, cuando decide tomar asiento tras entender que esta noche tampoco conseguiría dormir.
—¡Qué todavía sientes amor hacia ella! ¡eso es lo que no entiendo! —interpela sumada en cólera, saliendo de la cama para ir hasta el balcón de la habitación.
—Hablas cómo si nos hubiéramos distanciado por una tontería —sigue los pasos de su esposa— ¡mi planeta fué destruido!
—Y, ¿¡por qué te casaste conmigo si todavía sentías algo por otra mujer!? —se voltea abruptamente para ver a su marido a los ojos.
—¡Porque creí que estaba muerta! —se sincera.
—Pues resulta que no lo está —afirma con obviedad—, tienes que decidir ahora.
—No me hagas elegir, Bulma.
—¿Por qué no?
—Trunks no va a crecer con padres separados.
—Entonces, ¿me estás diciendo que a partir de ahora estarás conmigo solo por nuestro hijo? —la mira incrédulo.
—¡No pongas palabras en mi boca que nunca dije! —regresa alterado al interior del cuarto para vestirse con su ropa de siempre.
—¿A dónde vas? —pregunta ella.
—Necesito tomar aire —toma asiento sobre el acolchado para ponerse sus botas— tu deberías descansar —se pone de pie, ambos se miraron por un breve instante, él besa la frente de su mujer con cierta congoja, mientras ella cierra los ojos ante aquella muestra de afecto, él camina con prudencia nuevamente hacia el balcón.
—Estoy embarazada —suelta aquello como si nada. Vegeta detiene su paso rápidamente, su cuerpo se transforma en una estatua tras oír las palabras de Bulma.
—¿Qué? —voltea a verla, fue lo único que pudo salir de la boca del saiyajin.
—Lo que dije —murmura apenada—, estoy embarazada.
—¿De cuánto? —regresa hacia donde ella se encuentra.
—Dos semanas... —suspira.
—¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Iba a decírtelo en mi cumpleaños... —solloza— pero ya sabes, otras cosas surgieron.
—Bien... —Bulma busca abrazar el torso de su marido, quién la recibe de brazos abiertos— imagino que querrás hacer una enorme fiesta para enunciarlo.
—Claro —sonríe con timidez— ¿estarás presente? —levanta la mirada para observarlo.
—Quizás un rato —agacha su cabeza para encontrarse con sus ojos azules, secando con sus pulgares las lágrimas de su esposa, que se escurren por sus mejillas.

Y justo cuando parecía que todo marchaba un poco mejor, un fuerte estruendo se oye en la Corporación Cápsula, seguido de otro mucho más fuerte.

—¿Qué es eso? —pregunta asustada. Unos gritos desgarradores se escuchan a lo lejos.
—Oh no... —pellizca su frente con fastidio.
—¿¡Qué pasa!?
—Hoy es noche de luna llena...
—¿Y?
—Olvidamos por completo que _____ aún posee su cola.
—Santo dios, ¡tienes razón!

Vegeta le ordenó a Bulma quedarse en el cuarto de Trunks para cuidarlo mientras el se encargara de tí en tu forma Ōzaru, rápidamente se dirige hacia el cuarto de observaciones, pero no quedó nada de aquella habitación,  lo destrozaste todo. No fue difícil encontrarte, a causa de tu gran tamaño, habías avanzado unos pocos pasos fuera de la Corp. Cápsula, en dirección a la ciudad, a pesar de tu gran tamaño, aún continúas muy débil.

—¡_______! —grita para llamar tu atención, pero es inútil. Decide elevarse por los aires y acercarse, hasta quedar cara a cara contigo— No quiero pelear, así que vas a tener que calmarte por las buenas —un gruñido fue lo único que consiguió de tu parte, elevas una de tus manos y la cierras en forma de puño, buscando golpear con fuerzas a tu contrincante, quién esquiva tu ataque con facilidad—. ¡Ja! —masculla— ¡no me hagas reír! ¡tendrás que hacer más que eso si quieres causarme algún tipo de daño!

Vegeta continua llamando tu atención, te provoca para que lo ataques, y así guiarte hasta un lugar seguro, donde nadie corriera peligro alguno.

—Ya me cansé de jugar contigo —afirma en un tono severo—. Si no te calmas por las buenas, te aseguro que vas a calmarte por las malas —otro gruñido se escapa de tu boca grotesca, tu fuerte aliento impacta contra Vegeta, quien se cubre el rostro con sus brazos, evitando terminar empapado a causa de tu saliva.

De nuevo buscas enfrentarlo, lanzando una bola de energía hacia él, quién nuevamente esquiva tu ataque ágilmente, pero en esta ocasión no sólo va a dedicarse a esquivar tus golpes. En un rápido movimiento Vegeta se posiciona tras de tí, sujeta tu cola con fuerzas, y en consecuencia sueltas un enorme grito, sintiéndote desvanecer.

—Nuestro cuerpo en forma Ōzaru puede ser muy fuerte, pero nuestra cola siempre ha sido nuestro punto débil —alza una de sus manos, y en un acto completamente frío y calculador, corta tu cola sin preámbulo alguno.
Un grito grotesco y desgarrador se escapa de tu boca, es tanto el dolor que experimentas, que te sientes desvanecer poco a poco, cayendo al suelo rendida, causando todo un temblor.

Cuando No Te Recuerdo - Vegeta x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora