- Naruto Baratheon

CAPÍTULO 25: TODO O NADA

Ssansa agitó su espada de madera, haciendo todo lo posible para mantenerse al día. Deslizó los pies contra el suelo de piedra, moviéndose como una flor en el viento. Sus ojos se arrastraron para seguir a Arya, observándola moverse como una profesional. Aparentemente, su hermana de hecho NO era una maestra, y en verdad, estaba lejos de serlo. Sansa respiró hondo y se movió una vez más, balanceando su espada de nuevo, tratando de seguir el ritmo de la Primera Espada de Braavos. El hombre dio instrucciones en cada paso del camino y le dio a Sansa consejos útiles para hacerlo mejor.

Para empezar, Sansa tenía el pelo recogido, ya no suelto. En lugar de un vestido, se había acostumbrado a usar pantalones como los que Arya ahora usaba siempre. Me tomó un tiempo acostumbrarme, pero ha pasado una semana desde que comenzó y, para ser sincera, Sansa lo estaba disfrutando. Si bien no se parecía en nada al ganchillo, requería una precisión similar. Sansa empezó a golpear y apuñalar como pez en el agua. Pero su juego de pies necesitaba un trabajo serio. Se movía con demasiada rigidez y ser fluida era mucho más difícil de lo que Arya describía. Sansa miró a su alrededor, repasando los movimientos, girando como si estuviera haciendo una pirueta. Estaba segura de que lo estaba haciendo bien. De repente, algo le llamó la atención. Syrio estaba ansioso por probarla a ella y a su hermana. Giró para los dos, pero Sansa fue la primera en reaccionar. Ella chocó su espada de madera con la de él. Sonrió suavemente antes de balancear su espada casi como si fuera una pluma. La espada de Sansa fue derribada, pero Arya llegó para ocupar su lugar. Syrio, aunque no parecía intimidado; de hecho, parecía que estaba disfrutando esto.

Arya salió disparada hacia adelante, manteniendo los pies ligeros. Sin embargo, Syrio era igual de ligero. Sansa supuso que cualquier encendedor y el hombre bien podrían estar flotando. Los dos fueron a por ello, chocando constantemente. No hubo un momento en que los dos se detuvieran. Sansa saltó hacia adelante en el momento en que vio la apertura que esperaba. Con un golpe rápido, Syrio esquivó en el último segundo, deteniendo y empujando a Arya hacia atrás. Hizo girar su espada de madera y levantó un dedo.

"Tsk. Tsk. Tsk. Sansa niña, te estás moviendo demasiado fuerte". Él suspiró. "Suave y veloz. Baila como el agua y las olas. Sé como el viento". "Si señor." Sansa asintió con la cabeza antes de volver a ponerse en posición.

"¡Otra vez!"

Naruto se pasó las manos por la cara, sintiendo que el sudor brotaba de sus poros. A su alrededor, sus compañeros de batalla se pararon alrededor de la mesa de guerra, también con miradas preocupadas. Gendry estaba a su lado, como debería hacerlo cualquier hermano. Eso no venía al caso, lo que era, era el problema inherente que parecían tener en este punto.

"¡¿Cómo diablos pueden DESAPARECER diez mil hombres?!" Naruto golpeó su frente contra la mesa rugiendo de frustración. "¡¿Qué pasó con nuestros exploradores?! ¡¿Qué pasó ahí fuera?! ¡Ha sido una maldita semana, y ni una señal de Lord Randyll Tarly!

¡Maldita sea!"

"Naruto, por favor". Mayra susurró, envolviendo sus brazos alrededor de su espalda. "Cálmate, estás empezando a hacernos sentir incómodos".

"¡¿Puedes culparme?!" Gritó con frustración. "¡Por favor, explícame cómo DIEZ MIL hombres pueden simplemente desaparecer!"

Mayra suspiró y se apoyó en la mesa. Bran se paró en el extremo opuesto y puso los ojos en blanco mientras asentía con la cabeza a Mayra. Naruto caminó hacia adelante y pateó una mesa, rugiendo como un animal rabioso. Estaba irritado, todos podían verlo, pero no necesitaba hacer una rabieta. Una copa de vino estaba sobre una mesa; ya no. Naruto balanceó su brazo tan rápido que lo destrozó por completo sin siquiera sentir nada. Se llevó las manos a la cabeza y fue entonces cuando Bran sintió que ya había visto suficiente.