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Marc

─¿Por que aun no despierta?.─ Pregunte asustado.

Llevaba mas de 13 horas durmiendo Alex, a pesar de querer despertarla, no pudimos. Pero el único preocupado era yo, marcus había dicho que dejara que siguiera descansando su cuerpo.

Llevaba toda la mañana admirando su rostro, su hermoso rostro, su largas pestañas, sus jugosos y carnosos labios que siempre me daban ganas de devorar.

Era una maldita obra de arte.

Soy afortunado de ser su novio.

─¿Que haces?.─ La voz de Marcus me saca de mis pensamientos.

─Son pasadas las 12, fuiste demasiado bruto anoche. ─Reprendí.

─Le chupaste toda sus energía.

─No solo eso le chupe.─ Contradijo mientras encendía una sonrisa tras su taza.

─¿Estas de buen humor no?

No respondió

─Volveré.

Gire mi cabeza al escuchar la voz de Alex, aun estaba con sus ojos cerrados, pero balbuceaba palabras al azar.

─Alex cariño, ¿estas bien?.─ Acaricie su pelo.

─¿Porque no lo estari---

Su cara se tenso al moverse, lo comprendía.

─Deberías guardar un poco mas de reposo, no creas que esta noche te dejare libre.─ Dijo marcus desde el marco de la puerta.
 

─Que gentil.─ Murmuro Alex.

─Cambiando de tema, debes desear uhn buen baño ¿no?.─ Sonreí volviendo mi atención a mi pelirroja favorita.─ Y si me lo permites, me ofrezco como su cuidador joven bella dama.

Asintió con una amplia sonrisa, con esa afirmación emprendí camino hacia el baño para preparar todo.

Después de unos minutos, regreso y con delicadeza levanto a su novia en forma nupcial, la dejo dentro de la gran bañera con mucho cuidado.

Alessandra jugaba con las burbujas, mientras que Marc se encargaba de lavarle el pelo, durante todo la sección de baño las risas y besos estuvieron presentes en todo momento. Luego de sacarla, prosiguió a secarle el pelo, con suma delicadeza y paciencia, amos se veían por el espejo, sus ojos demostraban todo el amor que podían derrochar de sus miradas.

La calidad de sus miradas calentaba el corazón de ambos jóvenes, parecían un joven matrimonio en su luna de miel.

Pero simplemente eran pareja, amantes, novios, que harían lo que fueran por el uno al otro...

(...)

La tarde paso, dando inicio a la noche. Quedaba una semana para que mis hombres volvieran a su labores.

Pero al día siguiente una noticia cambiaría todo.

Al despertar, Marcus les informo que el y Marc debían viajar a Australia.

─¿Cuantos días?─ Pregunté.

─Un mes.

─¿Un mes?.─ Inquirió el menor con una sonrisa sarcástico.─¿Quien se hará cargo de la universidad en nuestra ausencia?

─No vuelvas a interrumpir cuando esté hablando.

El semblante de Marcus se oscureció.

─Ya me encargue de todo. Tu te quedarás en Cambridge, estarás a cargo de la universidad, al igual que el cuidado de Alessandra.

Dulce ambición. [+24]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora