guilty

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Aún si estaba sentado frente a la oficina del director, el cual parecía perder un pelo por cada segundo que pasaba caminando de un lado a otro frente a su escritorio no podía dejar de encontrar todo divertido.

Honestamente no era su culpa, bueno, al menos no lo fue al principio. El solo se había saltado una clase para estar con sus amigos en las gradas de la cancha, mezclarse con los tercer año y aparentar que simplemente no estaban haciendo los ejercicios del maestro de educación física, pero a Yeonjun se le había ocurrido la idea más asombrosa que había tenido alguna vez en la vida la cual consistía de tres sencillos pasos:

1-Entrar al salón de arte.

2-Robar pintura en spray.

3-Pintar los muros debajo de las gradas.

¿Divertido, no?

Pues eso mismo pensó Jeno asi que junto a sus otros compañeros—Hyunjin, Jisung y San—fueron al salón de arte y robaron toda la pintura que pudieron, honestamente había sido más fácil que contar dos más dos así que ni siquiera había mucho que decir de aquello.

Al principio quedaron en que harían algo sencillo, frases, firmas anónimas, algunos dibujos, nada muy preocupante, pero en algún punto Hyunjin había decidido que sería divertido hacer un dibujo del director con la cabeza gigante y los pantalones abajo, al principio le pareció inmaduro pero cuando le agregó los dientes frontales gigantes Jeno tuvo que rendirse ante el talento nato de su amigo.

Al menos eso estaba listo para decirle a cualquiera que quisiera inculparlo y tuviera pruebas, por ahora era una tumba porque el director los había llevado allá con alegaciones de que "Alguien los había visto" pero como no había pruebas el se seguía negando, y lo continuaría haciendo hasta que se cansara, y dudaba cansarse pronto.

O al menos eso pensó, creyó que debería usar su voz quebrada mientras hablaba con enojo y juraba ante cualquier deidad que el, Lee Jeno, jamás haría algo así, sin embargo, la puerta se abrió de repente y ese olor a colonia de frutos rojos se hizo presente en el lugar.

Jeno casi sonríe, pero solo casi.

-Oh, señor Kim, digo, Director, lo siento...

-Renjun...-el suspiro.-Te he dicho un millón de veces que debes tocar la puerta, ¿Si?

Renjun asintió apretando sus libros contra su pecho antes de inclinarse en disculpa.

-Lo siento, solo quería dejarle las copias que mando la bibliotecaria y pensé que estaba en su hora de almuerzo.-susurró dejando los papeles en el escritorio.

El hombre miró su reloj y se contuvo de lanzar una maldición antes de asentir.

-Yo lo siento, gracias Renjun, te puedes retirar.

El pelinegro asintió antes de girarse pero al instante volvió su vista al mayor.

-¿Puedo saber que está pasando aquí?

El hombre suspiro mirándolos con decepción.

-¿Qué puedes suponer cuando se trata de estos chiflados?

Renjun hizo una mueca negando.

-Son tantas cosas...-soltó una risa.

El hombre casi lo acompaña antes de señalarlo.

-Vandalismo. En mi propia escuela.

-Oh...-Renjun giró a mirarlos y negó.-Mal, muy mal.

-Lo se.

-Pero... ¿Los descubrieron...?

-Ayer, por suerte lo hicimos con tiempo.

-¿Ayer? Oh...-Renjun frunció el ceño mirando a Jeno antes de señalarlo.-Lee Jeno, ¿Estaba?

-Eso dicen mis fuente, ¿Por qué?

-Oh, es raro porque Lee Jeno se pasó todo el día conmigo...-soltó confundido mirando al mayor.-Esta tomando tutorías, la maestra Lee me pidió que lo ayudara así que es extraño.

El mayor miró de Jeno a Renjun antes de suspirar cruzándose de brazos.

-¿Y pensaba hablar hoy Lee?-el director le hizo una seña echándolo del lugar.-Sal de aquí, Jesús...

Jeno ignoró la mirada de sus amigos sobre el y tomó su mochila del suelo rápidamente para salir del lugar, Renjun se inclinó una última vez antes de seguirlo. Cuando estuvo fuera camino por unos largos segundos buscando al pelinegro solo para ser arrastrado por una fuerte mano a la habitación del conserje.

Casi chilla pero no lo hizo porque sabía perfectamente de quien se trataba.

-Eres mi héroe...-susurró sonriendo llevando sus manos a sus mejillas.

-Adoras meterte en problemas, ¿No?-golpeó su cabeza antes de cruzarse de brazos.

-Lo siento.-soltó una risa ocultando su rostro en el cuello del mayor, tomó una respiración abrazándolo.-Soy totalmente culpable.

-Mmm...-acarició su espalda.-Tienes tanta suerte de que el director sea mi padrino, que sea algo tonto y de que te ame irracionalmente demasiado.

Jeno se alejó y sonrió apretando las mejillas del mayor.

-Si, yo también te amo. Te debo una.

-Me debes como mil.

-Mil y una.-soltó divertido.-¿Aceptas besos como pago?

Renjun hizo una mueca intentando ignorar el caliente de sus mejillas y se encogió de hombros.

-No lo se, empieza a pagar y quizás lo piense...-tomo la manija de la puerta.-Sal cuando te escriba.

Jeno dejó un beso en su mejilla antes de dejarlo salir. Si, el definitivamente no merecía un novio como Renjun.

Noreninktober [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora