Capítulo 23

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Me quedé unos días más en Bristol. Quería estar un poquito más con mi madre antes de dejarla sola e irme a recorrer el mundo en un tour. Supongo que ella no esperaba que esto ocurriese algun día, al menos, no de este modo. Yo tampoco esperaba estar lejos de ella durante meses, trabajar en otra ciudad, trabajar para la banda más famosa del momento y encima recorrer con ellos medios mundo. No, ninguna lo esperábamos. Y era duro permanecer una lejos de la otra. Siempre habíamos estado muy unidas. Y ella tiene que quedarse ahí en casa, en una vida en la que yo ya no estoy tanto como quisiese. 

Estaba en mi habitación, recogiendo algunas cosas y seleccionando otras para llevarme conmigo a Londres. 

- No me dejes esto muy vacio - decía mi madre sonriente desde la puerta de la habitación. Se notaba que estaba triste, pero sonreía con lágrimas en los ojos. 

- No te preocupes, solo me llevo esto. - dije señalando una caja de encima de la cama. 

- Te echaré de menos, ya lo hago 

- Yo también mamá. Sabes que me puedes llamar cuando sea, y venir a visitarme cuando te de la gana. - Dije acercándome a ella para darle un abrazo. 

(horas más tarde)

Estaba conduciendo hacia Londres. Estaba mejor, ¿qué mejor? Estaba muy bien, me había despejado y estaba feliz. Comprendí que si algo ocurre no hay que hundirse, es normal sentirse mal. Pero no hay que dejar que te afecte demasiado. 

Iba en el coche con la música a tope, 'Change Your Life' de Little Mix inundaba en autocar. Mientras yo la cantaba a todo pulmón. 

Le había dicho a Eleanor que iba a volver pero nadie más, absolutamente nadie más lo sabía. Había quedado con ella en mi casa a las dos de la tarde. Eran las doce, y estaba ya a la entrada de Londres, así que tenía tiempo de sobra. 

Hacía meses que no veía a Eleanor, y como ya dije, ella y yo nos hicimos grandes amigas. Las dos estabamos en la misma situación, no solíamos salir en la televisión, como Perrie y Danielle y eso nos unió bastante. 

Entré al garaje con 'Wings' a todo volumen, había pillado cariño a Perrie y Danielle y cuando nos veíamos lo pasábamos realmente bien. Parece extraño que esté diciendo esto después de mi primer encuentro con ellas, pero ahora no hay ni punto de comparación. 

Subí a uno de los ascensores con la caja entre mis brazos, la verdad es que pesaba bastante. Llevaba también la mochila con la ropa a la espalda y una bolsa en uno de los brazos con comida que mi madre se había empeñado en que me levase. No me pude negar a unas buenas empanadas de carne. 

Estaba ya en el pasillo, no veía muy bien, la caja me tapaba un poco de vista. De repente 'PUM', la caja y todo lo que había en ella se fué al suelo. 

- Lo siento, no te había visto - era un chico, de unos veinti algo años.

- No pasa nada, no te preocupes - comenté mientras recogía y metía todo dentro de la caja de nuevo. Él se agachó y me ayudo a meter las cosas en la caja. - No te preocupes, enserio, no hace falta... 

- Tardarás menos si te ayudo - dijo con una preciosa y blanca sonrisa. Sus dientes estaban perfectamente alineados y perfectamente blanqueados. Un blanco perfecto, ni mucho ni poco. Perfectos. Me dediqué a devolverle la sonrisa. Seguro que la mía no era tan bonita, pero tampoco estaría tan mal. Terminamos de meter todo en la caja y él cogió esta en brazos. - Te dije que tardaríamos menos - dijo otra vez con su perfecta sonrisa. 

- Tenías razón - dije amablemente extendiendo los brazos para coger la caja de sus manos. - Gracias - dije a modo de despedida. Él simplemente sonrió y desapareció de mi vista. 

Llegué a mi piso. ¡Por fin! pensé. Fuí hacia mi habitación y dejé la caja encima de la cama. Y fuí deshaciendo la mochila con la ropa. Me metí a la ducha y en menos de media hora ya estaba duchada. Todo un record, sin duda. 

Salí de la ducha, con la toalla enrollada en mi cuerpo. Sequé el pelo con una talla pequeña y escogí la ropa para esa misma tarde. 

Un jersey granate con tachuelas en los hombros, unos vaqueros pitillos y mis botas militares preferidas fueron la indumentaria elegida para esa tarde. 

Me hice una coleta suelta, hacia un lado. Como llevaba el pelo 'rizado' del día anterior, no hizo falta preder el tiempo rizándomelo. Me maquillé los ojos y me dí un poco de brillo en los labios. 

De abrigo, m puse uno que hacía tiempo que no me ponia. Era marron clarito con borreguillo en las empuñaduras de las mangas y en el cuello. No recuerdo muy bien que bolso cogí y bajé al portal, estaba esperando a Eleanor. Cuando la ví a aparecer en su coche. Rápidamente me subí a  éste y le dí un gran abrazo. 

- Que contenta estoy de verte de una vez por todas - dijo mientras nos abrazábamos. Reí. 

- Yo también tenía ganas de verte. - contesté. 

- ¿Qué tal estás? - Le conté todo a Eleanor. Ella ya lo sabía pero no del todo. Una hora más tarde ya estábamos en el estudio de los chicos. Estaban ensayando allí, ya que en una semana comenzarían el tour Europeo. 

- ¿Preparada? - preguntó Eleanor haciendo mención de abrir la puerta del cohe. 

- Mas que nunca - dije. Las dos abrimos las puerta a la vez y salimos del autocar. 

Si, ese recorrido es el que hice semanas atrás para decirle a Harry lo de mi embarazo. El y yo ya sabíamos el camino. Se escuchaba la voz de Liam cantando al otro lado de la puerta...

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