Capítulo 48

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- Estaré bien - dije dándole un gran abrazo. 

- Cuando termines de hablar con el llámame, ¿vale? - dijo antes de depositar un cálido beso en mis labios. 

- Lo hare, Styles. Te quiero - dije mientras me soltaba de sus brazos y me metía en el coche. Lo volví a saludar una vez más antes de salir de su casa. Dejaría Holmes Chapel y Anne me conduciría a la estación para coger un tren dirección Londres, ya allí, hablaría con Marco. Teníamos una charla concertada. 

(Ya en la estación)

- Bueno, Julia, muchísimas gracias por haberme ayudado tanto con la boda y cuidate, ¿de acuerdo? - dijo Anne, se que realmente sentía lo que decía. 

- Tonterías, fue un placer ayudarte en todo lo que pude. Pásalo bien el el Caribe. - dije sonriente. Ella y Robin se iban de luna de miel al Caribe la semana siguiente. 

- Lo haré. Espero que nos podamos ver pronto cariño. - dijo abrazándome. 

- Lo mismo digo. Gracias Anne - dije ya alejándome de ella. Ella me mandó un beso y seguí mi camino hacia el andén. 

Apreciaba mucho a Anne, siempre había sido muy amable conmigo, al igual que toda la familia de Harry. El viaje duró hora y media. A las doce del medio día ya estaba en Londres. 

Primero fui a mi apartamento, me di una ducha y me cambié de ropa. Me puse unos vaqueros, unas zapatillas con estampados de flores y una camiseta básica blanca de madia manga. Después cogí una mochila de piel marrón. Me recogí el pelo en una coleta y me puse unas gafas de sol de Harry que se dejó en mi casa. Como no encontraba, decidí ponerme las suyas. A penas me maquillé. Cogí las llaves del coche y salí por la puerta.

Conduje durante una hora hasta llegar a su casa en la centrica ciudad londinense. Hoy, no llovía. Buen día. 

Llamé al timbre. Llegaba un poco tarde, puñetero tráfico. 

- Adelante Julia - Contestó Marco por el telefonillo automático. Puso los ojos en blanco y empujé la puerta. Subí al ascensor. 4B. 

El esperaba en el umbral de la puerta de su piso. 

- Hola - saludé cordialmente con un beso en la mejilla. El me correspondió. 

- Bueno, Julia, cuéntame. - dijo mientras me hacía un gesto para que me sentase en uno de los sofás del salón. Me senté obediente. 

- Ya sabes lo que pasa. - dije confundida

- Quiero que lo expliques. - ¿Estaba tonto o qué? Pero si ya lo sabía... pensé.

- Vale - contesté - Mi padre tiene cáncer de hígado. No hay ningún método de cura, por lo que lo único que nos queda es esperar hasta que... Ahora está en casa con mi madre, pero mi madre no puede hacerlo todo sola. Solo pido un tiempo para poder estar ahí, ademas quiero pasar el mayor tiempo posible con mi padre. En cuanto todo haya terminado puedo reengancharme. - dije

Marco no dijo nada, estaba pensando. Tras uno segundos de margen, abrió la boca. 

- Bueno... supongo que eso está mejor que lo que digiste al principio. ¿Cuánto tiempo sería mas o menos? - tragué saliba, no esperaba esa pregunta. ¿Teía que poner fecha a la muerte de mi padre? 

- No lo se... En el mes de Julio, am, supongo que ya estaré de vuelta. - dije 

- De acuerdo. - dijo estrechándome la mano. Me levanté y me encaminé hacia la puerta, Marco me seguía. No pude contener mis impulsos. 

- ¿Qué te ha pasado Marco? - pregunté sin poder evitarlo. 

- ¿A qué te refieres? - preguntó confundido

- A que no eres como antes, controlas demasiado. Tú y el resto del puto management os estais pasando. - la cara de Marco cambió drásticamente. Me agarró del brazo y me llevó dentro de la casa otra vez. 

- ¿Qué? Te acabo de dejar que te tomes unas vacaciones, un timpo. - dijo como si fuese de lo menos normal darse un tiempo cuando tu padre se está muriendo. 

- ¡¿Unas vacaciones?! - grité 

- Venga no chilles aún, Julia - dijo agarrándome de la cintura - te haré chillar dentro de un rato - dijo bajando sus manos lentamente y acercándose a mis labios. Le aparté de mí. 

- No te acerques a mí. - dije, acto seguidó, mi mano fue a parar a su cara. Él incrédulo tocó su mejilla para ver si era real lo que acababa de suceder. Abrí la puerta y me decidí a salir. 

- ¡Como salgas por la puerta estás despedida! - gritó. No me lo pensé dos veces y cerré la puerta en sus narices. 

Dios, estaba despedida. ¿Cómo pagaría los medicamentos de mi padre? Mi madre trabajaba, pero no era un sueldo superior a unos setecientos euros. 

Decidí ir a ver a Tom, él estaba en Londres. Conduje hasta su casa, pero no había nadie. Así que entré con la copia de las llaves que Lou y Él me habían dado y lo esperé en casa.

Un hora más tarde él llegó a casa. La verdad es que no estaba triste por lo que acababa de pasar. Por una parte, no creo que hubiese sido bueno seguir en ese ambiente, aunque... ya no vería tanto a Harry.

- Hola Tom - dije con las manos detrás de la espalda cuando lo ví entrar por la puerta

- Hombre, hola. - saludó sonriente y me dió un beso. 

- Me han despedido - dije haciendo una mueca. 

- ¿Qué? - preguntó sorprendido. 

Le conté todo y supongo que me comprendió al decirle que casi era mejor. 

(Un mes y medio más tarde) 

"Hoy nos reunimos aquí para dar la despedida a un hombre que tal vez no lo hizo todo lo bien que podía, pero disponía de un gran corazón. Un corazón que sabemos que ha sentido como cualquiera de los presentes. Hoy nos reunimos aquí para recordar a este hombre..."

Hacía un mes y medio que ya no formaba parte del equipo de One Direction. Harry no se lo tomó muy bien al principio, pero supongo que lo bueno fue que Marco tampoco formaba parte del equipo, ahora ya no. 

Mi padre había muerto días antes de entierro. Este último mes no había sido fácil. Habíamos logrado pagar las facturas y los medicamentos que evadieron a mi padre del dolor que padecía. Ahora ya no estaba con nosotros. 

Fue dificil enterrar a mi padre, no pude pasar con él todo el tiempo que habría deseado, pero sabía que había aprovechado sus últimos momentos de vida. Mi madre estaba afectada, pero las dos sentíamos un descanso. Sabíamos que él estaba sufriendo, lo había pasado increiblemente mal y el dolor se le hacía insoportable. El momento llegó y él simplemente siguió su destino. Al menos, ya no sufríría más. 

(Semanas después al entierro) 

Seguía en Bristol y Harry y los chicos estaban en los Estados Unidos. Hablábamos por movil casi a diario y de vez en cuando por skype. 

Estaba en el supermercado de mi barrio cuando recibí una llamada de un número desconocido. 

+conversación telefónica+

- Hola Julia,  soy Dylan parker. - ¿tenía acento australiano? Si, era acento australiano. 

- Hola am.. ¿quién es usted? - pregunté extrañada por la llamada. 

- Bueno, quiere ofrecerle una oferta de trabajo...

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