Capítulo 27

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Harry me estaba mirando fijamente. Estaba a punto de darme un ataque, ¿qué me quería decir? Me recoloqué un cabello y lo puse detrás de mi oreja. 

- Serí importante para mí si aceptases vivir conmigo, juntos, siempre - dijo al fin. Mis ojos se llenaron en lágrimas, sonreía plenamente. Madre mía, no podía creérmelo. 

- Abrázame - le dije. los dos nos fundimos en un amoroso y cálido abrazo. Notaba como su corazón se iba relajando. Antes no sabía que se pudiese amar así a alguien. 

Después de estar un rato abrazados nos quedamos un rato mirándonos. Nos recorríamos la cara mutuamente con las llemas de nuestros dedos. 

- Eres perfecta - dijo 

- La perfección no existe - contesté ruborizándome un poco por su comentario. Se supone que llevávamos tiempo saliendo, pero cuando es amor de verdad todo es como el primer día, y en ese caso lo era. 

- Pero para mí, tu eres perfecta- dijo. Sonreí. 

- Y tu lo eres para mí - contesté coincidiendo con su opinión. Los dos estuvimos mirándonos durante más tiempo, no se exáctamente cuanto. Pero, ¿a quién le importa cuanto tiempo está mirándose con alguien fijamente sin decir nada cuando amas a esa persona? Supongo que a nadie le importa. 

- Y dime, ¿te ha gustado el pequeño concierto privado de esta noche? - preguntó refiriéndose a cuando había cantado. 

- Eres increíble, enserio - dije sonriendo. - ¿la has compuesto tú? - pregunté convencida

- Si, Zayn me ayudó un poco - respondió con una sonrisa tímida sin apartarme los ojos de encima. - Quiero estar contigo - dijo de repente. 

- Ya estás conmigo - dije sin acabar de entender lo que había dicho. 

- Quiero estar contigo siempre, quiero que vivamos juntos, necesito oirlo salir de tus labios - dijo 

- Me muero por vivir juntos - dije rápidamente casi sin dejar un espacio entre su frase y la mía. Él sonrió, los dos sonreimos. Nos besamos, fue un beso corto pero perfecto, como todos. 

Pasamos la noche en la azotea, no, no lo hicimos, basicamente porque estaba con el periodo, sino el final de la noche hubiese sido diferente. 

(A la mañana siguiente)

El despertador sonó puntual. Los dos nos despertamos perezosos. Sin hablar. El sueño puede con cualquiera y tan pronto no apetece entablar una conversación, tan pronto no. 

Yo me levanté primero, Harry seguía remoloneando en la cama, haciéndose el despierto, pero estaba dormido. Hacía eso siempre, un dormilón en toda regla. Parecía raro como nos conocíamos el uno al otro. 

Me metí al baño rápidamente, no podía aguantar las ganas de mear, para ser sincera. Me mojé la cara y salí del cuarto de baño con el cepillo de dientes en la boca. 

- ¿Quieres levantarte? - dije torpemente a Harry que seguía tumbado en la cama. Durmiendo. Me acordé entonces del día anterior, cuando él me cogió en brazos mientras me comía esa sabrosa chocolatina y no la pude terminar, POR SU CULPA. 

' Se va a enterar ' pensé para mis adentros. 

Me tumbé en la cama, él estaba boca abajo, me senté encima de su trasero, con las piernas hacia cada lado de su cuerpo. Saqué el cepillo de dientes de mi boca y se lo unté por toda la espalda desnuda. Él dió un respingo. 

- ¿Estás loca? - dijo . Cuando se dió la vuelta le planté un beso en los labios con toda la pasta de dientes. No pude dejar de reír. Él se pasó la mano por la boca para comprobar que era, tenía una ligera cara de asco. No podía dejar de reir, esa risa tonta que se te pone cuando haces una broma a alguien, esa exactamente. 

- No sabía que comías pasta de diente - dije picándolo. Me levanté de encima suyo. 

- Preparate, no sabes con quien te metes - dijo levantándose bruscamente de la cama. 

Tenía miedo, ya sabeis, el miedo que tienes a que te pilen cuando juegas al esconcidite o cuando tienes que estar alerta por cuando te quieren devolver una broma. 

¿Donde voy yo ahora? pense mientras correteaba nerviosa por la habitación. 

- No, por favor - decía riendo a la vz que un poco nerviosa mientras veía como Harry me iba a pillar. 

- La has cagado, Julia - decía haciéndo como que me amenazaba. 

¡Bingo! Solo llevaba una camiseta larga y la ropa interior, pero abrí la puerta del baño y me metí dentro. Intentaba cerrar la puerta, pero Harry hacía presión desde el otro lado, y en realidad l chaval me ganaba y me gana a fuerza.  

- No por favor, no - dije mientras me pegaba contra la pared del baño. Otra vez, esa risita tonta me acompañaba. 

- ¿Te crees que está bonito hacerle eso a tu novio? - preguntó pegando su pecho contra mí y mirándome hacia abajo. Era más alto que yo, él medía 1'83 y yo no llegaba a los 1'70, pero por poco. 

Cada vez que él se acercaba yo me movía por la pared, hasta que llegué a la ducha. 

- Oh... ¿así que quieres mojarte? - preguntó Harry. 

- ¡NO! Párate - dije hablando en serio por una vez. - Enserio, no bromeo, para, no lo hagas. - le advertí. ''Corre Julia, corre'' eso era lo único que mi cerebro me decía. El corazón me latía muy deprisa. Corrí por el pasillo. - Lo siento, enserio. Siento mucho haber sido tan mala... - dije acercándome a sus labios. - Tal vez me puedas perdonar de alguna manera... - propuse poniendo voz de niña.

Harry sonrió complaciente. Se acercó a mis labios y cerró los ojos. Sin que se diese cuenta, cogí la alcachofa de la ducha y la puse encima de su cabeza, y abrí el grifo. Lo chipié, mojé entero. Corriendo salí de la habitación, Harry no podía creer lo que acababa de suceder. 

'Tiene que costumbrarse' pensé mientras reía sin parar. 

- Ahora si que la has cagado - gritó Harry desde la habitación, pero era tarde, yo ya estaba en el pasillo. 

Vi una puerta abierta en el pasillo, empujé a la persona que estaba en la puerta dentro de la habitación y me metí dentro, cerré la puerta. 

Harry golpeaba la puerta. Me apoyé en la puerta y suspiré. Cuando abrí los ojos de Niall estaban clavados en mí. 

''Tierra llamando a Julia, mensaje: RIDÍCULO.''

- Hola... - dije bajándome la camiseta o más que pude. Él me saludó con la mano.  Harry seguía golpeando la puerta. Niall m miraba asombrado. Él estaba sin camiseta, con unos pantalones de chandal puestos, pero iba descalzo. 

- ¿Qué pasa? - preguntó e intentó abrir la puerta, pero no lo dejé. 

- Salvame, Niall. - dije riendo. - Le he untado pasta de dientes en la espalda y en la boca y luego lo he mojado entero en la ducha. - Niall no pudo evitar a risa. 

- ¿Cómo lo has conseguido? - preguntó. 

- Por favor.. Niall, ¿por quién me tomas? - dije chuleándome y haciendo como que me quitaba el polvo de los hombros. 

- No te pases que te entrego - dijo riendo ante mi chulería. Hice una mueca y me senté en la cama, mientras Harry llamaba insistentemente a la puerta. - ¿Y que se supone que hago yo ahora? - preguntó desde la puerta, mirando por la mirilla. 

Make Up LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora