Recuerdos.

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Nos encontramos en el reino de Lugunica...

Podemos apreciar un castillo de alta elegancia en los pasillos distintas decoraciones y múltiples habitaciones, pero uno en especial. La habitación o recamara de un ex- caballero se encontraba la reina de Lugunica una hermosa medio elfa de altura promedio, delgada y de piel blanca está se encontraba llorando en la cama de su amado.

Emilia: no estabas mintiendo ( recordando todas las beses que le avía dicho que la amaba y le adoraba.) Verdad Subaru. Snif snif snif.

Emilia empezó a sentir como la esencia de su amado desaparecía el sentimiento de inutilidad abruma al elfo solitario

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Emilia empezó a sentir como la esencia de su amado desaparecía el sentimiento de inutilidad abruma al elfo solitario.
El egoísta deseo de aferrarse a los pocos sentimientos que había despertado se iso añicos cuando recordó la carta de despedida de su amado. Ella juro un boto que fue silencioso en la habitación. Pero muy claro más fuerte que nunca en su egoísta y negro corazón congelado un boto que solo Emilia conocería y cumpliría con su torpe de caballero.

Emilia: juro que te encontraré mi caballero Subaru Natsuki.

Sus pensamientos y llantos fueron interumpidos por una
mujer hermosa con ojos color ámbar, pelo largo y de color verde oscuro, el cual le llega a la mitad de la espalda, qué entro a la habitación cinque Emilia se diera cuenta.

Crusch: una princesa no debe mostrar debilidad, Emilia-sama lo entiende, cierto?

Crusch: una princesa no debe mostrar debilidad, Emilia-sama lo entiende, cierto?

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En ese momento la Emilia se recompuso, se limpió las lágrimas.

Emilia: tienes razón, disculpa por lo que acabas de ver.

Crusch: no obstante está situación en la que nos encontramos lo amerita, al igual que usted, señorita Emilia siento una punzada el corazón, fui una Dama paciente, yo quería este tipo de interacción, calidez y la necesidad de una compañía, ( abrazando a Emilia) lo que ría del chico qué hora usted está sufriendo, mi reina.

Crusch: no obstante está situación en la que nos encontramos lo amerita, al igual que usted, señorita Emilia siento una punzada el corazón, fui una Dama paciente, yo quería este tipo de interacción, calidez y la necesidad de una compañía, ( abraza...

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La Hermandad : kazuma y SubaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora