Cinco.

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—No podré dejarte ir después de esto. -le asegura Genji a Izaki.

Hace poco más de media hora que están en aquel salón, hicieron casi de todo, excepto verdadera penetración. El pelinegro masturba el miembro del rubio, nota que este soltó una lágrima cuando, segundos atrás, lo escuchó decir aquello.

Izaki tapaba su boca con su mano, no quería que nadie, ni el propio Genji le escuchara. También cubría su rostro con su otro brazo, moviéndolo a veces sin querer, a causa de la excitación, ya estaba cerca de terminar.

—Hey... -habla Takiya continuando con los movimientos en el miembro del rubio, pero acercándose al rostro de este, con su mano libre intenta hacer a un lado el brazo que le cubre parte del rostro para que puedan mirarse. —Izaki, quiero besarte de nuevo. -le pide.

Desde que empezaron, Izaki trató de cubrirse, por lo que los besos se fueron haciendo cada vez menos. En su última posición, en donde Genji puso su miembro entre las piernas de este y embestía como si realmente estuviera dentro de él, no se dieron ni un solo beso; la posición en sí, tampoco es que fuera la indicada para hacerlo. Ambos terminaron a la vez, pero el pelinegro volteó boca arriba al otro y siguió masturbándolo, alargando así más su orgasmo, haciéndolo terminar y volver a estar erecto. Se controla a sí mismo para no tener él otra erección, por ahora solo quiere satisfacer en su totalidad a Izaki, sabe que ya ha pasado algo de tiempo y alguien podría venir, no sabe cómo los afectaría eso a ambos, así que por el momento no quiere causar mucho revuelo.

Genji retira la mano que cubre la boca de Izaki, este aún no le permite hacer contacto visual, mas no parece estar en desacuerdo con besarlo.

Aprovechando su mano libre, Takiya juega con los pezones del rubio, quien gime fuerte entre el beso, Takiya aumenta la velocidad en su otra mano, que se ocupa de darle placer al miembro de este, haciéndolo así, correrse otra vez.

Por suerte ninguno de los dos trae puesta su ropa, a excepción de los pantalones y boxers que cuelgan de las piernas de ambos, de otra manera, estas terminarían más que solo sudadas.

Unos segundos es lo que le toma a Izaki recuperarse de su orgasmo, y empuja a Genji rompiendo el beso.

—¿Por qué fue eso? -le pregunta el mencionado casi enojado.

Izaki retrae sus piernas y se mueve lejos de él, se levanta y sube sus pantalones, busca lo demás sin mirar al otro, quien le copia al levantarse y acomodar sus pantalones.

—Oye. -le llama con desconcierto.

“¿Ahora qué hice mal?” Se pregunta.

—¿A dónde vas? -lo mira terminar de ponerse su chaqueta, camina hasta él recogiendo su playera roja y poniéndosela mientras le continúa llamando. —Oye, Izaki, ¿A dónde vas? Hey...

—No me sigas. -responde el rubio dándole la espalda y saliendo de ahí, cerrando la puerta detrás de él.

—... ¡¿Huh?!


~


—Qué mierda... Ni siquiera me dejó decir nada más... Por lo menos quería limpiarlo...

—¿Limpiar a quién? -le pregunta Makise a su amigo cuando llega a su lado.

—Cállate, largo, fuera de mi vista. -responde un Genji molesto fumando en la azotea de Suzuran.

—¿Qué pasa? ¿Serizawa te dijo algo? ¿Volviste a perder contra él?

—¡Déjame solo, Makise! -repite levantándole la voz exasperado.

El mencionado se preocupa.

Algo pasó y es serio.

Toma asiento en el primer escalón de las muy cortas escaleras, donde Genji estaba en el tercero y último, todavía fumando, además de varias colillas de cigarros pisadas cerca de este, indicando que ya lleva un rato ahí.

—¿Qué sucedió? Somos amigos, puedes hablar conmigo. -le dice Makise, pero no obtiene respuesta alguna. —¿Tiene que ver con Izaki?

El pelinegro deja caer su cigarro y se levanta.

—¿Por qué debería?

—Con que era eso.

—¡Te dije que...! -gira irritado a mirarlo. —Agh, mierda, sí es por él. -admite bajando en cuclillas, revuelve su cabello con frustración. —¿Lo sabías, Makise?

—¿Tú lo sabes? -devuelve la pregunta para asegurarse que hablan de lo mismo. No quiere meterse en problemas con Izaki por hablar de más.

—Sí... ¿Qué diablos? ¿Todos lo sabían excepto yo? -masajea su rostro sin delicadeza.

—¿Él te lo dijo?

—No. Tokio lo hizo.

—¿Hablaste con Izaki?

—¡Ja! -expresa sarcástico mientras vuelve a levantarse, pateando lo primero que encuentra cerca. —¡Hicimos más que solo hablar y mírame! ¡Qué tipo de situación de mierda es esta!

—Genji, no grites, está bien si yo lo sé, pero no tengo idea sobre otros.

—Al demonio con eso, Makise. ¿Qué estoy haciendo mal? Es el primer maldito día y ya tuve suficiente. A la mierda con Izaki, ¿Por qué debo de sentirme así por él, huh?

El más alto se levanta y toma al pelinegro por los hombros.

—¿Y cómo crees que se sintió él durante todo este tiempo? Deja de ser tan infantil, Genji.

Por lo visto, eso era lo que necesitaba escuchar para volver a sus sentidos.

Juego de alfas - Crows Zero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora