Juego de alfas - Crows Zero

Seis.

En el club.

—¿No te estás excediendo un poco? -más que preguntarle, le dice Tokio a Genji.

—Cállate. -le responde este bastante ebrio.

—Ignóralo, Tokio. -habla Serizawa. —Ya tengo suficiente con tener que botarlo fuera de aquí cuando se desmaye, no pienso escuchar sus lloriqueos de alfa mediocre.

—Pero míralo, ni siquiera dice otra cosa. -se acerca un poco al más bajo que está sentado en la barra, a un lado suyo, pero contrario de Genji. —Está escuchando y no hace nada por defenderse de tus insultos. Además, está llorando como un niño, ¿No crees?

Serizawa mira al menor, qué trágica escena, Genji tomando sin parar con un cigarro en su mano que está a punto de apagarse mientras se limpia sus lágrimas una y otra vez sin resultado.

—... Qué fastidio. -opina. Tokio le mira en reclamo. —¿Por qué debo ser yo quien hable con él? -se queja. —Tú eres más su amigo que yo.

—Por eso mismo no me escucha. -se levanta de su asiento y deja el lugar libre, haciendo una seña a su alfa para que se siente ahí. —Iré al baño. Ocúpate de Genji por mientras.

—... Qué fastidio. -repite y hace caso, cambiándose de asiento. —Oi, Genji. -le llama sin importancia. —¿Podrías dejar de llorar? Te ves patético. De hecho, ¿Por qué mierda estás llorando así?

—No tiene que ver contigo. -responde el menor, sorbiendo sus mocos y dejando el cigarro en el cenicero.

—Eso ya lo sé, tonto. Pero Tokio quiere que te pregunte. -da un trago a su bebida y juega con el vaso esperando una respuesta que no llega, por lo menos el otro alfa está dejando de llorar. —¿Dónde están tus amigos? Se supone que eres el líder, no puedes andar dando lástima por ahí sin mínimo uno de tus aliados. ¿Izaki te botó?

Y aquí vamos de nuevo. Genji cubre su rostro llorando de forma ruidosa.

—Woah, qué mierda... -Tamao se sorprende. —¿Qué fue lo que dije? -pregunta para sí mismo en voz alta regresando a sus palabras. —¿El GPS? -no ve ninguna reacción por parte del alfa y continúa. —¿Dar lástima? -nuevamente, nada. —¿Izaki?

Se escucha otro ruido raro viniendo del menor.

—Así que por eso era... -entiende y suspira. —¿Qué pasó? Aunque ahora sé que es por Izaki, no veo el por qué te haría llorar. Digo, le gustas, debería ser él quien esté llorando, ¿Cierto?

—Él me rechazó. -responde finalmente Genji, sirviendo más alcohol en su vaso para tomarlo de una.

—¿Qué? Espera, ¿Eso significa que a ti también te gusta?

—... Sí.

—Bromeas.

—No. Le dije que iba en serio y no me escuchó... Contando este, van dos días que no me habla. -hace la seña de dos con sus dedos, su mano está algo temblorosa debido a la ebriedad.  —A mí no me hace caso, pero lo he visto pasar el rato con ese estúpido omega de primero... ¿Realmente le gusto yo?

—Kirishima Hiromi. -acierta el mayor. —Son amigos desde escuela media, lo escuché de Tokio.

—¿Cómo es que Tokio sabe todo? No, en realidad, ¿De verdad él sabe todo? ¡Tal vez estaba equivocado cuando dijo que yo le gustaba a Izaki!

—Baja la voz, Genji, molestarás a los demás.

—¡A la mierda los demás! ¡Estoy cansado de escuchar eso! -se levanta y tambalea, Serizawa rápido lo ayuda a mantenerse de pie. —Suéltame, maldito.

—Cierra la boca, estoy tratando de ayudarte. -le reclama. —Vamos afuera, es hora de irnos. -busca con la mirada a Tokio, quien los estaba observando desde una mesa cercana a la puerta de salida junto a Yuji y Shoji. —Agh, piensa dejármelo a mí. -se queja de nuevo en voz alta.

El menor ya está casi inconsciente, no le escucha y parece estar susurrando un montón de cosas incomprensibles.

~

~

Suzuran.

—Aquí está. -el pelinegro le entrega la chaqueta al alfa.

—Ten más cuidado. -la acepta colgándola sobre su hombro. —Es molesto tener que hacer esto todo el tiempo.

—... Lo sé.

—No parece, Hiromi.

—Izaki-san, no lo hago a propósito, lo juro. -se excusa el menor. —Mi celo es muy irregular, no tengo idea de cuándo está por llegar o no, cargo supresores conmigo, pero a veces no funcionan.

—Puedes pedirle a Makoto que lo haga en lugar de a mí. -replica. —Él también es alfa, y sería más comprensible que lleves su chaqueta con sus feromonas.

—Izaki-san, no se trata de omegas o alfas, sino de estatus.

—Tampoco es que sea débil, no deberías hablar mal de tu amigo.

—... Como si él no lo supiera.

—Bien, lo que sea; nos vemos después. -dice como despedida.

—Ah, Izaki-san, hay algo más que quiero decirte. -lo detiene Hiromi.

—¿Qué es?

El pelinegro se siente algo decaído por ver al alfa tan irritado con él, aunque sabe que así es como se ha estado comportando con todos durante los últimos días; siendo más exactos, después de lo que pasó en aquel lugar.

—No quiero molestarte, pero estoy demasiado intriga- no, estoy preocupado por ti. -admite, e Izaki frunce el entrecejo. —Primero, quería disculparme por lo que hice el otro día y-

—Hiromi, solo olvídalo, no es necesario que te disculpes. -lo corta el rubio y vuelve a girar en sus talones para irse.

—Izaki-san, escúchame por favor. -pide mientras se apresura a interrumpir el camino del alfa. —La verdad es que... Sé que Takiya Genji te hizo algo ese día, y aunque no sé qué es, me preocupa verte tan mal. No actúas como tú... Si no quieres decirme lo que pasó, está bien, pero puedes apoyarte en mí. Tamb-

El omega no termina de hablar cuando Izaki le revuelve el cabello con cariño.

—Puedo cuidarme solo. -dice el rubio sonriendo. —Gracias por preocuparte por mí, Hiro. Actúas todo rudo, pero en realidad eres bastante tierno.

—... ¿Ti-tierno?

Si alguien más hubiera dicho eso, no viviría para contarlo, pero ya que se trata de Izaki, sería poco decir que el pelinegro se siente feliz.

—Tu apodo de secundaria no va con tu verdadera personalidad, ¿No crees? -pasa la mano que jugueteaba con el cabello de Hiromi, al hombro de este. —Recuerdo cuando eras mucho más bajo que yo, ¿Cómo te atreviste a crecer tan rápido? -le dice en broma manteniendo la sonrisa.

—Yo también tengo muy buenos recuerdos de la secundaria con Izaki-san. -confiesa. —Como esa vez en que me desmayé en medio del pasillo y me llevaste a enfermería cargando frente a todos, la enfermera dijo que parecíamos una pareja predestinada.

—... Cierto, ya me había olvidado de eso. -le suelta y su sonrisa también se borra.

—Yo también pensé lo mismo que ella.

—Hiromi... Lo siento. De verdad, no puedo verte de otra forma.

—Puedes decir eso una vez lo hayas intentado. -da unos pasos hacia el mayor cortando más la distancia. —Necesitas a un omega, dos alfas no pueden estar juntos. Izaki-san, solo una oportunidad está bien. Por favor.

—... Hiromi, yo... -lo mira a los ojos con duda y algo de tristeza, pero inmediatamente gira su rostro hacia los pasos que escucha venir.

Muy tarde.

Cuando quiere reaccionar, el alfa ya está atacando a Hiromi.

—¡¡Hey, Genji!! ¡¡Detente!!