capitulo 4: The Devil Himself.

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La oscuridad de la noche nos rodea a mi equipo y a mí en medio de la pista de aterrizaje en donde llegará en 15 minutos la nave aérea que Dominick dijo nos recogería, según el perteneciente a nuestro nuevo jefe Kyros Blackburn.

Puedo leer la expresión de curiosidad en el rostro de mis compañeros, no los culpo, mentiría al negar que no me causa ni una pizca de curiosidad conocer a una de las familias más importantes y que rebasa por mucho a cualquier presidente o político importante de cualquier potencia mundial.

Pasados los quince minutos que faltaban, un helicóptero militar  que jamás en mi vida había visto, ni en los mejores ejércitos desciende enfrente de nosotros dejando a mis compañeros pasmados por semejante máquina original que acaba de aparecer enfrente de nosotros.

- Por la grandisima mierda - masculla Shenka logrando que solo nosotros escuchemos. 

Termina de descender la máquina y nosotros nos acercamos para poder subir a esta llevando las maletas con ciertas cosas del equipo, el piloto va encerrado en la cabina, lo que significa tampoco tiene permitido dirigirnos la palabra.

Terminamos de acomodarnos y no se como el piloto lo sabe iniciando a arrancar la nave aérea para empezar el largo trayecto a Ginebra.

Analizó la postura de todos mis compañeros y capto que no están del todo cómodos con los cambios de planes que Dominick nos hace pasar, tampoco de la aparición de Frederick para esta nueva operación, tenía entendido que las personas que están en el nivel de Dominick eran personas de rango importante en algún órgano de cualquier gobierno y para llegar ahí tendría que haber estado en algún proyecto de alta confidencialidad.

Y Frederick no se ve como esa clase de persona, tiene el semblante de un criminal o un asesino maquiavélico.           

Recuesto la cabeza en el asiento  cierro los ojos concentrándome en el sonido que hacen las aspas del helicóptero y con el paso del tiempo reduciendo la velocidad volviéndose en un sonido lejano y lento.

El olor a desesperación, moho y excremento me tienen mareada, la fría pared en la que tengo recostada la espalda desnuda es lo único que me mantiene consiente, perdi la nocion del tiempo a las 32 horas de llegar acá, el pelo lo tengo enmarañado y siento mi garganta arder por la falta de líquidos en mi, mi mente me pasa una mala jugada viendo a alguien en la esquina opuesta en la que estoy...

- Estas en mi mente otra vez... - susurro sin saber si la persona o cosa de enfrente me escucha - ¿que quieres?         

pregunto al aire, desde que llegué mi mente me juega pasadas a cada nada viendo cosas que no son, la cosa de enfrente no deja de verme directamente y por la nubles de mi vista no lo puedo definir bien, pero percibo que tiene una sonrisa adornando su rostro, me causa miedo y nerviosismo, no quiero que se me acerque.

cierro los ojos con fuerza para que se vaya, los abro otra vez y estoy sola de nuevo sintiendo la tranquilidad mezclada con el dolor físico y mental al saber en el agujero en el que estoy metida...

no lo quiero volver a ver...

Cierro los ojos nuevamente y una sensacion de escalofrio me obligan a abrirlos de golpe viendo unos ojos completamente rojos acompañados de una sonrisa burlona enfrente de mi cara.

- Tu alma...- la voz siniestra de lo que sea que se encuentra enfrente me hace pegar un grito.

El recuerdo me hace abrir los ojos en el mundo real dándome cuenta que sigo en el helicóptero junto al escuadrón que todos están dormidos menos Sashenka que se encuentra enfrente mío mirándome.

Con el demonio adecuado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora