Capítulo 1

1.1K 88 77
                                    

Fue una gran batalla, la más dura de mi vida... tardé toda una maldita semana en despertar y cuando lo hice... mi corazón dio un gran salto... eran sus ojos y esa sonrisa que tanto amaba, viéndome a mi y solo a mi... Ochako... te amo tanto preciosa, no sabes lo feliz que soy al despertar contigo a mi lado... pero, oi... no llores por favor... sabes que odio ser la razón de tus lágrimas...

Estiré mi brazo para alcanzar su mejilla y limpiar bajo sus ojos, pero... algo en mí no estaba bien... ¿Q..qué demonios pasa...? Le pregunté... entonces, su sonrisa decayó y sólo lloró más... se aferraba a mi cabello y se escondía bajo mi cuello mientras me pedía perdón... ¿Por qué tendría que perdonarla, si siempre soy yo el que la caga...? Oi, oi, oi... no llores así... La abracé para acercarla más a mi y... de nuevo no pude... me estaba moviendo maldita sea, pero no la sentía... me comencé a desesperar... levanté mi cabeza y miré hacia todas partes y... oh, no... no... no, no, no... ¡NO!

- Ocha...Ochako... ¿dónde... - Lloré desesperado sin poder creer lo que pasaba. - ¿Dónde está mi brazo...? – Me hiperventilaba de apoco. - ¡¿Donde está mi brazo?! ¡Ochako! ¡Ochako!

- Katsuki... - Sollozó sin poder responder más que sólo eso.

- ¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTÁ MI BRAZO?!

Fue un grito desgarrador... el bramido adolorido de una bestia herida y desahuciada.

Fue ahí, justo en ese instante que, todo se fue a la mierda...

No sé cuánto tiempo pasó... pero no me podía calmar... nunca antes había sentido tanta puta desesperación en mi vida... gritaba como un maldito niño pequeño mientras Ochako me abrazaba e intentaba tranquilizarme... me sentía incompleto... estaba roto...

Mi carrera de héroe había llegado a su fin... y yo apenas tenía 36 años...

.

.

.

Mientras dormía, recordaba el día en que torpemente le había declarado mis sentimientos a Ochako...

Solo era un mocoso de apenas 18 años... estábamos a punto de salir de Yuuei, cada uno iría a una agencia distinta, tal vez a una ciudad diferente... yo ni siquiera era su amigo... solo su malhumorado compañero de curso y en ocasiones de entrenamiento.

No la iba a volver a ver nunca más... nunca más podría volver a bromear con ella, ya no tendría excusas para acercarme, ni levantarla de la cintura para decirle que estaba gorda o sorda por no escucharme llegar... no me volvería a hacer flotar luego de enojarse conmigo, ni amenazarme con patearme el trasero mientras frotaba sus dedos de gatito por mi cara para quitarme de encima mientras le hacía alguna llave...

Yo ya no sería nada de ella, pero el nerd y sus otros amigos sí... Fue en ese momento que me di cuenta que tan insignificante era en su vida...

Nos estábamos graduando, celebrábamos por eso, pero no era capaz de sonreír, ni siquiera porque el invierano hacía el ridículo todoborracho arriba de una mesa.

Estaba vestido de gala y solo era capaz de beber sentado en una esquina ese extraño ponche que habían preparado la Uva y Kaminari... miraba hacia la pista de baile, como la cara de ángel bailaba con sus amigas y los otros nerds... sus ojos tan brillantes y grandes... su sonrisa tan amplia... Ya nunca más iba a sonreír para mi...

¿Qué demonios...? Me limpié la cara y fui a buscar más de esa mierda... me sentía aturdido... Entonces, eso pasó...

- ¿Bakugou-kun, te sientes bien? - Preguntó tomándome por sorpresa y también del brazo... esa tonta... le encantaba colgarse de mi brazo, como si fuera tan ligera...

Cuidados Especiales - KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora