Capítulo 9

671 64 60
                                    

Katsuki... ¿dónde estás...?

Durante semanas se esforzó por ignorar las insistentes llamadas de Izuku, en donde le reclamaba el golpe que le dio su padre y el término abrupto de su "cita" en la playa. Le había exigido verse, incluso la amenazó con ir de improviso al departamento, pero jamás creyó que tendría el valor de hacer eso último sabiendo que Katsuki podría estar ahí.

Según él, sólo quería aclarar las cosas, pero la verdad es que la estaba acosando.

Cielos...

Pasó saliva, estaba demasiado tensa... no quería estar sola frente a él en una situación así... Lo último que deseaba era molestar a Katsuki y causarle tristeza, por ello no le había dicho nada. Estaba muy consciente de su complejo de inferioridad y del cómo se había estado sintiendo este último tiempo... por eso, no quería lastimarlo con algo así... Tuvo que hacer un gran esfuerzo hace unas semanas atrás para calmar a su padre por teléfono y convencerlo de que desistiera de viajar a confrontar a Bakugou. Temía que le sacara en cara a Katsuki que por su culpa Izuku se había pasado de listo con ella y la había lastimado...

No quería que su marido se enterara de la verdad, más que para protegerse a sí misma, era para protegerlo a él, porque estaba segura de que se volvería a culpar de absolutamente todo.

Katsuki...

Pero de pie ahí, justo ahora, frente a su hostigador, nada deseaba más que él estuviera a su lado... tenía miedo, esa era la única verdad. Deku la intimidaba, y estaba muy segura de que ni siquiera se molestaba por intentar ocultarlo.

- Tú papi, me rompió la nariz, ¿sabes?

- Eso no me consta. - Sabía que era cierto, pero no lo iba a admitir, después de todo si no tenía un video del hecho, nadie le creería que un hombre de edad, común y corriente como su padre, podría ser capaz de herirlo.

- Ja, claro que sí, pero bueno, supongo que eso fue culpa mía. - Suspiró poniéndose de pie.

- ¿? - ¿Se iba a disculpar?

- Cuando lo vi llegar hecho una furia a la recepción del hotel, no creí necesario tener que levantar la guardia, después de todo, sólo se trataba de tu padre.

- ... - Por supuesto que no se iba a disculpar.

- Jamás se me pasó por la cabeza que traía una piedra del tamaño de su puño escondida debajo de la chaqueta y menos que me iba a saltar encima para estampármela contra la cara. - Dijo eso último casi entre dientes, por supuesto que le había molestado.

- Pues te lo merecías. - Contestó con firmeza y sin bajar la guardia, él había comenzado a caminar nuevamente hacia ella, y esta vez no le iba a permitir tocarla sin permiso de nuevo.

- ¿Por qué tan tensa, Ochako?

- Ya perdí la cuenta de cuántas veces te he dicho en los últimos 5 minutos que te vayas de aquí.

- ¡Por favor! - Sonrió "amable" - Vine en son de paz, vamos trae un par de copas para que bebamos algo, no hay que desaprovechar el tiempo.

- ... - Maldito...

- Mira, es un Screaming Eagle Cabernet Sauvignon de 1992, me lo regaló el gobernador de California antes de volver de América. Es un regalo para que ya no discutamos más por tonterías, Ochako.

- No se bebe alcohol en esta casa. - Contestó molesta. - Y ya te dije que no me llames Ochako.

- Por All Might, relájate un poco, te hará bien. - Dijo tomando un par de copas de la vitrina donde guardaba la vajilla. - Sé que estás molesta, por eso te traje un regalo, es muy descortés de tu parte rechazarlo...

Cuidados Especiales - KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora