Mutilado, así me había dejado el villano de rocas filosas... Por suerte llegué a tiempo y... demonios, no sé qué carajos hubiera pasado si Ochako continuaba peleando con él... no habría soportado regresar a casa yo solo... Supongo que de hacerlo ya me hubiera lanzado al vacío por el balcón del apartamento, pero... al mismo tiempo, por alguna razón que no me explico... no era capaz de sentirme tranquilo, ni feliz... No era capaz de demostrarle afecto a mi esposa... yo la amaba... la amaba tanto, pero en aquel momento me sentía como si estuviera encerrado en alguna clase de burbuja de vidrio, podía verla, sabía todo lo que ella se esforzaba por mantener esto a flote y sacarme adelante, pero aún así yo... yo no podía hacer nada para corresponderle... simplemente me enojaba más, más y más...
Joder...
Era un maldito bastardo frustrado, y ahora la estaba hundiendo hasta el fondo de este pozo de mierda junto conmigo... Esa era la única verdad.
Ya había pasado una condenada semana desde que desperté en el hospital, Kirishima, Denki y los otros bastardos no paraban de atosigarme, con intentos de visitas que yo hacía a Ochako rechazar por mi, llamadas y mensajes... supongo que de esos días la única visita que acepté a parte de la de mis padres, mi maldita familia, fue la de ese par de mini bastardos infantes... Eiji el hijo de Kirishima y la pequeña Ryoka, hija de ese otro rubio retrasado... Al parecer el par de pequeñas sabandijas no hicieron caso a las advertencias de sus madres y de mi esposa, cuando dije que no quería ver a nadie, y aprovechando el carrito de la enfermera que traía mi almuerzo, se escabulleron hasta a mi... "Tío Katsu" "Tío Bakudo"... experimenté un raro escalofrío cuando los oí... No los quería ver... o en verdad no quería que me vieran...
Sus vocecitas chillonas, lastimeras y manipuladoras... No tuvieron ni un poco de consideración cuando me saltaron encima y se colgaron de mi cuello... Eiji de bebé siempre fue un pequeño mocoso llorón, Ryoka incluso siendo menor, era un poco más recatada... "¿Dónde dejaste olvidado tu brazo tío?" me chilló al oído mientras me restregaba sus mocos sobre el vendaje.
Tonto...
Era tan inútil que ni siquiera los podía abrazar para hacer que se calmaran... Y al parecer Ryoka sí se dio cuenta... supongo que sacó lo de su mamá...
- ¡¿Ya no vas a pelear más contra los malos?! - Exclamó entre llantos.
- N..no lo sé... - Le intenté contestar sin parecer más patético de lo que ya era...
- ¡¿Y entonces ahora quién va a cuidar de mi papá cuando salga a perseguir a los malos de noche?!
- ... - Eso último sí me partió el corazón... el estúpido de Eijiro siempre decía que yo les cuidaba la espalda a ambos, a él y a Denki... supongo que los mocosos creían que no se sabían defender solos y que yo al ser su jefe los cuidaba... mierda... no puede ser... ya no le podía hablar más... ¿Dónde demonios estaban sus malditas madres...?
- No digas eso Eiji... - Habló por fin la pequeña rubia de ojos morados...
- ¡Pero el padrino...
- El tío Bakudo se va a mejodar... - dijo con su voz temblorosa de bebita asustada y consentida... - Él no dejadá a papá solo de noche...
- ...
Maldita sea... joder... JODER...
Intenté cerrar los ojos y mirar hacia otro lado... me sentía tan pequeño... Eiji al fin había cerrado la boca, pero el muy descarado de igual forma se había acomodado bajo las mantas de mi lado izquierdo para seguir embarrando de mocos mi brazo "bueno" abrazado a mi como una lapa... Malditos niños... ya no valía la pena preguntar en dónde demonios estaban sus madres... ya se encontraban cómodos e instalados, los cabrones... uno a mi izquierda y la otra acunada en el hueco de mi derecha acariciando mi cabello como si se tratara de su mascota, aprovechándose ambos de que no me podía mover, ni quitármelos de encima...
![](https://img.wattpad.com/cover/324249250-288-k692428.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cuidados Especiales - Kacchako
FanfictionNo sé cuanto tiempo pasó, pero no me podía calmar. Nunca antes había experimentado tanta puta desesperación en mi vida. Gritaba como un maldito niño asustado mientras Ochako me abrazaba e intentaba tranquilizarme... mi carrera había acabado... me se...