𝐖𝐡𝐲 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐬𝐭𝐚𝐲/ Tanzen

𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐛𝐮𝐞𝐥𝐨/#4

Jigoro ha estado observando a Zenitsu mucho últimamente. Tiene miedo de una cosa...que Zenitsu acabe involucrado con los Kamado.

Zenitsu está muy feliz por la nueva amiga que ha hecho, que cuyo nombre es: Kamado Nezuko. Sospechaba desde el principio que haría buenas migas con algún Kamado, pero, no esperaba que tuvieran una relación estrecha, y todo por culpa de esos dramas que ve.

¿Qué ocurrirá cuando Zenitsu encuentre la verdad?, Seguramente ya lo descubrió, debido a como lucía hace unos días; ya lo sabía, no había duda. ¿Qué mente tendrá Zenitsu para ignorar ese hecho y seguir su vida normal?, ¿Le habrán lavado el cerebro?, Esperaba que no, porque, de lo contrario le arrancaría la cabeza a ese tal Kamado Tanjiro.

No quiera preguntárselo a la cara, solo porque no quería dar explicaciones de su pasado complicado y de lobo solitario. Ya sé luciría cuando Zenitsu madurara y entendiera la situación en la que estuvo.

- ¿Dónde vas?, Otra vez con esa tal Kamado - podía sentir los pasos sigilosos de Zenitsu a leguas de distancia.

- ¡Ahss!, ¿Ves porque no te aviso?, Siempre te quejas porque no salgo de la casa, y ahora qué salgo te quejas, ¿Qué os pasa a los mayores? - Jigoro ni se molestó en mirarlo.

- No me gustan los Kamado - tomó su té.

- Lo se, me lo has repetido como....unas...¡100 veces! - Zenitsu se cruzó de brazos, cansado de las constantes quejas de su abuelo.

- Escucha a este viejo, sabe lo que dice...- Zenitsu rodó los ojos.

- No te hagas el sabiondo abuelo, ¡No sabes ni distinguir entre el comino ni la pimienta!,
¿Tu me vas a decir que sabes lo que dices?.

- ¡VETE ENTONCES, NO ESCUCHES A TU VIEJO LOCO!.

Lo último que se esperaba es que de verdad se fuera.

Asquerosos, bastardos, algún día, el karma hará sus maravillas.

Ahí estaba otra vez, ese maldito teléfono sonando, sabía de quién trataba, pero no quería responder, ya tenía suficiente con sus hijos. Fulminó con la mirada el teléfono, antes de agarrar el teléfono y contestar la llamada.
Era Kamado Tanjuro.

Ese hombre lo había estado llamado desde que se fue de la organización, simplemente porque "le preocupa su bien estar". Chorradas, Jigoro estaba en buen estado, hasta donde el sabía y su doctor. Pero acepto esas llamadas de preocupación, no sabe el motivo por el cual lo hace, sin embargo, si no contestara el Kamado seguiría insistiendo en hablar. Sigue sin sabes de dónde saca el tiempo.
Jigoro está harto de los Kamado, ya había tenido suficiente en sus momentos más jóvenes, no podía seguir desperdiciando los en ellos. Será el destino que los junta de todas las maneras.

- ¿Ahora que quieres? - se escuchó una risa en la otra línea.

- No seas así de testarudo Jigoro, sabes más bien que yo porque te llamo, hoy - ese tenía más ojo que un águila. De él venía ese dicho: "las paredes tienen ojos y orejas".

- Ya, ya, ya, ve al grano, no estoy de buen humor.

- Cuando no lo estás. Pero no vine a quejarme de ti, bueno, no vine a quejarme - se escuchó un suspiro - Parece que el destino está jugando en tu contra, ¿Estoy en lo cierto?.

- Oh, ¿Dices porque mi nieto está en tu empresa y es amigo de tu hija?, Si, me está maldiciendo.

- Jajajaja, que gracioso...cada vez que te alejas de los Kamado más te acercas, el peso del pasado cae poco a poco sobre ti - Jigoro quería cortar la llamada - Algún día tienes que contárselo.