CAPÍTULO 2

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Después de quedar navegando en mis pensamientos, noto que jeremías tenía su consola de videojuegos en mano jugando The Legend of Zelda. Así que pase el tiempo solo viendolo jugar hasta que escucho que tocan la puerta.

    —Enhorabuena— dice jeremías pausando su videojuego para ir hacia la puerta.
   
—Tranquilo, yo abro. Al abrír la puerta era exactamente quien esperaba.

Carlos, un chico común que se mudo al lado de mi casa hace dos años, pero que conocía desde que tenía corta edad.

Ha llegado como de costumbre. Bien perfumado, buen estilo al vestir, su cabello bien peinado y razurado, y lo que más se refleja en su rostro las mejillas rojas.
Se apoya en un lado de la puerta y chilla.
   
—disculpa la demora, estaba dejando todo listo para mañana, salimos a primera hora.
   
—me tienes esperando desde la mañana— reclamo con el seño fruncido.

—oye tranquilo, solo se complicó un poco las cosas, es todo—mientras suelta pequeñas carcajadas dice: —el lugar que iremos será fantástico haremos todo lo que hemos querido, que va ser tener plata a morir—una buena forma de alegrar la noche por lo menos.

    —Oye, necesito saber para donde vamos, creo que si me voy a lanzar la aventura contigo por lo menos tengo que saber el destino—inmediatamente nota mi molestia al querer ocultarme para donde vamos y responde:
   
— ¿Acaso no confías en mí?.
   
—Por su puesto que si solo que es extraño—digo mientras el pone los ojos en blanco y chilla. —joder es una sorpresa..... de todos modos te gustará, calmate es lo unico que te pido.

Miro el reloj veo que son las ocho y media, y Carlos sigue mi mirada.

—¡mierda! Es tarde, ya me tengo que ir. Acuérdate a primera hora vendré por ti—me choca la mano como señal de despedida y se va dándome una sonrisa de esperanza que todo estará bien.

Después de cerrar la puerta decido ir a darme una ducha. Me dirijo al dormitorio a buscar mi toalla y la ropa que usaré para dormir. Al entrar veo a jeremías acostado en mi cama boca arriba usando su teléfono, se para de ella y viene hacia mí preguntando
   
— ¿Como te fue?
   
—Bien...... Supongo— contesto entre los dientes y decido intentar buscar mis cosas rápido para que no me interrogue como de costumbre pero es demasiado tarde.
   
—¿Cual será tu destino? — me mira con cara de sospecha y no me queda otra que responder sus preguntas.
   
—No lo sé, no quizo decierme. Dijo que confiara en el, que íbamos hacer mucho dinero aunque me da mala espina— el se queda pensando y ruge. —No puedes ir a ese lugar sin que te digan el destino, te puedes arrepentir.
   
—Lo sé pero no tengo otra opción—digo.
   
—¡Por supuesto Que la tienes! quedate—me dice en tono de voz molesto.

—ya está decidido. Voy a arriesgarme.

He salido de la habitación directo a la ducha, escucho a mi hermano hablar pero trato de ignorarlo. Me encierro y prendo el parlante a todo volumen «tal vez así siento menos estrés» pienso. Comienzo a desnudarme y Me doy la ducha lo más lento posible, tal vez tarde una hora para calmar mis pensamientos.

Ya seco y con ropa limpia, salgo de la ducha y miro a los lados. Son las diez y nisiquiera mi hermano mayor ha regresado. Voy directo a mi habitación, coloco la alarma dos horas antes y lo dejo cargando para tener carga durante el viaje. Acomodo mi maleta y llevo la ropa más nueva que tengo.

Después de dejar todo en orden decido tirarme a mi cama, hoy ha sido un día agotador y lo único que quiero es descansar. Reviso el reloj por última vez y son las once, pensando que dormiré poco tal vez por los nervios, miro al techo unos minutos hasta que me quedo dormido inconscientemente con la luz prendida.

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