HISTORIAS ABDL

DE PRESIDENTE A KINDERGARDEN

Esto es real. Realmente está pasando. Tengo 27 años y yo... ¡No puedo dejar de mojar mi pañal! Es por eso que voy a tomar clases con un grupo de niños de kinder... ¡Esto es tan humillante!Soy la heredera de la compañía D, hace poco estaba liderando la empresa como nunca se había visto en una joven empresaria en décadas. Los inversionistas me respetaban, mis empleados me admiraban y mis rivales me temían... Sin embargo, detrás de toda esa fachada de empoderamiento, se encontraba una niña asustada por toda la presión que significaba una mala decisión, un mercado en contra o un accidente laboral para que todas las miradas se postrarán sobre mí. Para que todos me juzgaran y echar todo a perder. Aquél sentimiento se iba apoderando de mí cada vez más, la presión era demasiada. Hasta que bajé la guardia. Como todos los grandes problemas, tenía que haber un hombre involucrado... Jamás debí confiar en esa sonrisa encantadora... ¡Aún no puedo creer que diga eso! Oh, Peter... Cuando lo vi entrar solicitando el puesto de Jefe de Departamento de Recursos Humanos. Recomendado como uno de los mejores psicólogos del estado... Vi sus ojos. Azules como el tonto uniforme que llevo en éstos momentos, pero encantadores.Así es, me debilité a mí misma con su sonrisa. Y la presión fue demasiado fuerte, más de lo que yo pude serlo. _"(...)Entonces, supongo que así será. Puedo comenzar a partir del lunes". Me dijo con su encantadora sonrisa._"Excelente" -Respondí aguantando todo lo que pude. "Y en cuanto a sus res... responsabilidades. E-espero las cumpla como lo he señalado"._"Así será" -Respondió guiñando su hermoso ojo. "...Jefa". Simplemente me quedé congelada. Ruborizada y deseando algo además de poder por primera vez desde que heredé la Compañía. Y entonces lo sentí... Calor. Recorriendo mis piernas y un desagradable sentimiento de inconformidad en mi abdomen. Acababa de mojar toda mi silla y mi ropa. Tal como una bebé.__________________________________________________________________A partir de entonces, cada vez que la presión se ceñía sobre mí, la pipí también caía. Mi cara roja lo hacía notorio, pero gracias a mí mejor amiga, Dee Dee, la maestra de Kínder, obtuve una ayuda inesperada. Al principio me negué, pero dada mi situación no tuve otra opción. Comencé a utilizar pañales. Sin embargo, debía ir con ella para que realizara el c-cambio. Recostarme sobre la manta donde se cambiaban los niños pequeños era tan... Penoso. Me sentía humillada, avergonzada... Pero sigo sin entender, ¿Por qué me sentía alegre cada vez que me cambiaban?_"Esta rutina no puede seguir así, Sofia". Me dijo Dee Dee._"¿Crees que me gusta más que a ti?" Le respondí totalmente sonrojada. "Lo que debemos hacer es encontrar la forma de cambiarme en la oficina sin que nadie sospeche..."_"Bromeas, ¿Cierto?" Me dijo sarcásticamente. "Lo que debemos hacer es un entrenamiento de pañal". _"¿D-de qué estás h-hablando?" _"Lo que escuchaste, mira, conozco a un psicólogo excelente que tiene experiencia con casos como este. Sus métodos... Son poco usuales, pero efectivos"._"¡De ninguna manera! No permitiré que nadie se enteré de esto y, yo..."Mientras discutía con Dee Dee, la vergüenza sacó a flote mi pipí. "Me tomaré un tiempo fuera de la Compañía..."_______________________________________________________________________Y aquí me tienen, lista para comenzar con mi primer día de clases en el Kínder. El psicólogo que supervisará mi tratamiento está por llegar aquí y me han prometido que todo se mantendrá en secreto. Dee Dee me acaba de presentar con los niños que... Mis nuevos compañeros de clase. El tratamiento indica que debo comportarme como una niña para que reeducarme en el uso del baño sea más sencillo. Así podré liberarme de todo el estrés. Mis compañeros se están burlando de mí, ¡Dios, esto es tan humillante que creo que voy a...! ¿Qué? La persona que acaba de entrar al salón es... ¿¡Peter!? "Parece que tendremos que pasar mucho más tiempo juntos, ¿Eh, Jefa?" No pude evitar soltarlo todo en mi pañal, mientras Dee Dee y él ahogaban una sonrisa. "He mojado mi pañal... ¡Por favor cámbiame!"......