Nuestro mayor secreto

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otro día común y corriente, otro catastrófico día que sentía ese mismo vacío por levantarme. Estaba cansada de ir al colegio, después de todo no lograba entender nada y el estar tan lejos de mis padres ha hecho que me afecte académicamente.Así que desganada me levanté sin mucho ánimo dirigiéndome a la cocina, donde se encontraba mi único motivo de sonrisa, mi compañera de cuarto y mi crush secreto, así que con pasos silenciosos para que no me notara atravesé la sala entera con la intención de servirme mi taza de café matutino, continuando con mi ritual diario hasta que sentí una voz detrás de mi diciendo.-Madrugaste Sofia ¿te encuentras bien? -llegando a ser tan sorpresivo para mi la voz de mi compañera por la espalda que solté un pequeño grito y pegué un brinco con la taza en la mano.-Milena por el amor de Dios no vuelvas a asustarme así por la espalda. -dije en un tono ligeramente agitado dejando la taza medio llena de café para voltearme y poder verla a la cara. ¿Cómo es que pude toparme con una mujer tan maravillosa y vivir en el mismo techo con ella?-no te quería asustar, solo que me sorprendió el hecho de que te levantaste como veinte minutos antes de lo habitual. – realizando un pequeño puchero en frente mío, con un ligero rubor apenada por el susto que me metió y desviando un poco la mirada. En serio esta mujer es un peligro andante con su belleza, ¿cómo alguien que actúa tan madura tenia comportamientos tan infantiles a veces?-eso es porque hoy no tenia muchas ganas de hacer locha, simplemente me antoje de café antes de lo usual. -dando pequeños pasos para atrás ya que estaba peligrosamente cerca haciendo ese tierno puchero a unos cuantos centímetros de mi cara. Deseaba poder besar esos tiernos labios rosados, pero apenas éramos amigas y no podía arriesgar eso.-espera, ¿Entonces siempre te levantas veinte minutos antes y aun así siempre haces que vayamos tarde a la escuela por tu locha? – como un baldado de agua fría me delate parcialmente, ya que no era capaz de decirle que últimamente esos veinte minutos los gastaba era pensando en ella y en como quería todo tipo de relaciones a su lado. -Sofia respóndeme. -dijo ligeramente seria viéndome fijamente con sus pequeños pero brillantes ojos de color avellana, no sabía como responder. Pero por suerte un olor a quemado llego hasta mi fosa nasales.- ¿Mile no se te esta quemando algo? – dije rápidamente evadiendo aquella pregunta haciendo que la reacción épica de Milena fuera correr un poco asustada a la estufa para revisar el desayuno y en ese pequeño desorden aproveche a terminar de servirme mi taza de café y correr al baño a hacer mi rutina de cuidado matutina.Ya el resto de la mañana paso con tranquilidad, Milena aun me miraba seria al inicio del desayuno, pero luego me deleito con su enorme y brillante sonrisa habitual, después del cómodo. Pero volviendo a la realidad ya debíamos ir al infernal colegio, no podía concentrarme y menos cuando siempre, absolutamente siempre era la rara y marginada del salón.Después de un infernal día donde todos mis compañeros como cosa rara me despreciaban y me hacían invisible, decidí esperar a Milena en la puerta del colegio, así que apenas me pare en la puerta decidí encender mi teléfono vi un mensaje de Milena diciendo que tenia que confesarme algo de extremada importancia y que era la única que podía enterarse, Así que me esperaba en casa.Sin pensarlo dos veces corrí a toda velocidad, mis piernas me dolían, el aire me faltaba. Pero logre llegar en muy poco tiempo a la casa, no paso ni un minuto sin que abriera la puerta preocupada para luego cerrarla con cuidado.-Milena ya estoy acá, ¿paso algo? – con un tono alto de preocupación, buscándola por todo lados hasta que la encontré en la sala y lo que vi me dejo sin palabras, la mujer que amo, mi crush inalcanzable estaba sentada en el sofá con una blusa de color rosa pastel con un grabado que no alcanzaba a leer, dos coletas que amarraban su lindo cabello morado de una manera muy infantil, un biberón en la boca y un pañal azul de gran tamaño. No podía creer lo que mis ojos veían, así que atónita decido acercarme lentamente.-siéntate Sofi, es hora de que te explique lo que estas viendo. -dijo en una sonrisa muy dulce y contenta pero aun así se le veía apenada ya que sus mejillas estaban muy teñidas de rojo, al acercarme un olor de una vez golpeo mi nariz. El olor a orina, lo cual quería decir que estaba mojada tal como una bebé y ya con una mejor perspectiva pude ver el grabado de su blusa que decía "sweetest baby girl in the world" con el dibujo de un planeta en el frente de un chupón.-se lo que pasa en el colegio y se que no te sientes nada bien al estar allá. - me dijo inmediatamente al estar frente de ella, sin darme cuenta me sentó de un tirón a su lado y me abrazo. - no quiero que me odies o pienses que soy una loca por andar así, después de todo esta es mi forma de relajarme en mi cuarto.Me abrazaba con fuerza y su voz casi llorando decía lo apenada que estaba y siendo honesta al encontrar a la mujer que me gusta como una bebé me impresiono, pero ahora solo sentía dulzura en el corazón, se veía demasiado tierna, así que en un rápido movimiento corresponde a su abrazo y la acaricie la espalda susurrando-tranquila bebé mile no te odiaría jamás, no podría odiarte al ser una persona tan dulce y demasiado tierna. -después de esas palabras sentir el abrazo aflojarse y lentamente la sentí despegarse de mi viendo sus ojitos ligeramente aguados, pero vi una sonrisa crecer en su carita.-me alegro de que en serio me aceptes. -acaricio mi rostro con dulzura y viéndome dulcemente a los ojos soltó la segunda bomba del día en un tono demasiado dulce. - quiero que pruebes por el día de hoy ser una bebé como yo.Quede en blanco, mi cara palideció al punto que un mimo tenia más color que yo en este momento, no sabia que responder y mi boca estaba ligeramente abierta de la sorpresa, después de todo una cosa era ver a Milena siendo una bebé grande, otra cosa era yo volverme una bebé grande junto a ella. -confía en mi sofi, ¿esta bien? – dijo al no notar respuesta proveniente de mí, así que después de esas palabras me puso su chupón en mi boca lo cual no me dejo contestar bien, así que con un fuerte rubor en mis mejillas asentí con la cabeza. Y en cuestión de segundos fue empujada con cuidado en el sofá.-esto será rápido pequeña, disfrutaras ser una bebé. -dijo rápidamente sacando detrás del sofá todo lo necesario para ponerme un pañal. Inicialmente me resistí cuando Sofía empezó a quitarme la falda y las bragas de la vergüenza, pero cuando estaba haciendo esto ella empezó a llorar como una niña pequeña a le negaron su postre favorito, al ver eso decidí quitarme el chupón. – ponme el pañal rápido solo haz que no sea tan vergonzoso.Dicho esto, por arte de magia dejo de llorar y una sonrisa triunfante creció. Fui manipulada por lágrimas de cocodrilo, pero es imposible resistirse a su dulzura así que viéndola en todo momento con una sonrisa tontarrona mientras alistaban mi parte inferior para ser cubierta por un pañal. En cuestión de minutos tenia un pañal grueso rodeando mi cintura y aunque odie admitirlo y me cueste decirlo, tanto el chupón como el pañal se sentía demasiado bien, me sentía diferentes.-Te vez muy linda. -fue lo ultimo que alcance a escuchar antes de sentir un cuerpo ligeramente más alto que yo, lanzarse encima mío y empezara a besarme toda la cara. Hacia cosquillas, no pude evitar reírme sin control.-milen para, para. Tus besitos hacen cosquillas. -en cuestión de segundos paro, pero aun así seguía encima de mío.-¿entonces que tal se siente tener un pañal?. -había un brillo fuera de lo usual en ella, se sentía un ambiente más tranquilo, libre y evidentemente muy infantil, se sentía tan puro y agradable que no podía negarlo.-me encanta, aunque aun no me imagino usando el pañal.- no te preocupes Sofía es demasiado sencillo, si serás una bebé aprovecharas que tus partes de princesa están cubiertas por un pañal y los usaras. -viendo como crecía una sonrisa traviesa en su rostro que honestamente me asusto, después de todo estaba planeando algo y tenia miedo de saber que era.Así que antes de decir algo ella empezó a hacerme cosquillas sin parar, estaba riendo como loca después de todo era demasiado sensible e inmediatamente que inicio esto supe su plan. Quería que me orinara de la risa y siendo honesta, estaba cerca de lograrlo. Tenia la vejiga llena después de todo, así que en cuestión de segundos no pude aguantarme más y sentí mi pañal calentarse y expandirse. Estaba absorbiendo toda la orina y no era poquita. Después de haber mojado mi pañal como una bebé Milena se detuvo abrazándome-¿qué tal se siente mojar tu pañal como una bebé?- no podía verle el rostro pero sabía que sonría aun más victoriosa que cuando gano su berrinche.-siendo honesta se siente calientito y es hasta agradable. -dije tartamudeando con un sonrojo cubriendo todo mi rostro, después de todo éramos dos jóvenes de dieciséis años en pañales mojados. ¿Qué podía ser peor más vergonzoso? Y odio, pero a la vez amo haberme hecho esa pregunta. Ya que, a pesar de la pena, me sentía más libre y tranquila que nunca.-ven vamos a mi cuarto pequeña Sofía.en cuestión de segundos corrimos como dos niñas pequeñas por las escaleras ansiosas de entrar a su cuarto. Al entrar quede más que sorprendida, después de todo no se veía como el cuarto de una chica de dieciséis, menos el de una chica de siete años, Parecía el cuarto de una bebé muy crecida. No parecía, era el cuarto de una bebé demasiado grande, después de todo la cuna era enorme. Era más grande que mi cama, tenia una mesa para cambiar pañales de nuestro tamaño y ni hablar de un closet lleno de pañales de todos los colores y el piso con dibujos, peluches y muñecas.-por eso es por lo que nadie podía entrar a este cuarto hasta ahora. -dijo con demasiado orgullo y una sonrisa enorme de felicidad, se notaba que este era su santuario privado, donde era ella misma sin importarle ser tan infantil como es realmente, así que en cuestión de segundos decidimos entrar al cuarto y sentarnos a jugar con sus peluches.Amaba este cuarto con locura y eso que no llevaba ni dos horas dentro de él, pero sabia que este se volvería mi santuario también y la idea de compartir el cuarto de Milena, para ser una bebé grande simplemente me tenia igual o más sonriente que ella.Jugamos por cuatro horas seguidas en su cuarto, nos habíamos cambiado el pañal como hace una hora, después de todo Milena insiste en que las bebés debemos es ser cambiadas cuando se den cuenta y al no haber adultos debíamos durar un largo tiempo con nuestro pañal mojado. Así que después del cambio continuamos jugando y pues ya se nos estaba haciendo de noche.-mile creo que deberíamos ir a comer algo antes de seguir jugando. -dije al sentir mis tripas rugir y sin quitarse el chupón solo asintió para acto seguido salir de su cuarto a la cocina para prepararnos dos biberones con fruta picada y un sándwich.Después de comer volvimos a la habitación de mile a sentarnos a jugar con muñecas, pero justo antes de entrar se detuvo y me susurro de forma un tanto macabra.-se me olvido decirte que nos haremos de todo en los pañales. -al escuchar eso mi curiosidad creció y a la vez me dio miedo saber a lo que se refería y pues una cosa era orinar el pañal y otra era hacerse popo en ellos.-¿QUÉ?. -pregunte exaltada y nerviosa. Me daba asco la idea, pero también mucha curiosidad. Pero ella solo ignoro mi grito entrando al cuarto como si nada con una sonrisa tontarrona. -que tú también harás esto bebita. – ya dentro de su habitación se puso en la mitad de esta poniéndose de cuclillas haciendo fuerza, en cuestión de segundos se escucho un gas salir y acto seguido su pañal empezó a colgar y un olor a popo invadió la habitación, Milena se había hecho popo enfrente mío. -definitivamente es un alivio usar pañal.-no puedo creer lo que acabas de hacer. -justo terminando de decir eso y viendo una sonrisa enorme en su rostro se sentó como si fuera lo más del mundo, pues cuanto tiempo no habrá hecho eso ella sola.-inténtalo sofi, te hará sentir mucho más pequeña e infantil. -la curiosidad ya me mataba, aunque el olor me molestaba, así que decidí pararme enfrente a ella y liberar todo el popo, odiaba admitirlo, pero se sentía bien, lo único horrible era el olor. Así que con seguridad decidí sentarme con fuerza llegando a sentirme bastante traviesa.-se siente bien no? Te acostumbraras al olor, pero es divertido sentir tu colita así y jugar un buen rato.Así que decidimos jugar unas dos horas con los peluches, me sentía liberada, me sentía contenta. Disfrutaba cada momento. Llegaron las 10 de la noche y decidimos que era necesario un cambio de pañal, pero que era mejor una ducha. Decidí ir primero ya que era la primera vez que hacia esto. Después de bañarme Milena me puso un pañal nuevo y se fue a bañar, ya ambas limpias y cambiadas, me disponía a salir de su habitación cuando sentir un agarre y una voz infantil decir.-duerme conmigo sofí, mi cuna es grande. – tanto por el hecho de que amo con lo cura a la mujer que tengo atrás mío como por la linda experiencia no me negué. -estaré encantada de dormir en su cuna majestad. -diciendo burlonamente pero alegre, llegando a dirigirnos ambas a dormir.No duramos mucho tiempo sin caer rendidas en los brazos de la otra, después de ese día seguimos siendo unas bebés cuando estamos en casa sin limitarnos. El uso del pañal era tan frecuente que el inodoro solo lo usamos cuando vienen visitas. Y aunque no he podido decirle a Milena que me gusta, puedo ser una bebé junto a ella.

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